No hay nada novedoso aparte de lo exótico que pueda parecer ver un thriller policiaco de las Islas Feroe. Rodado en feroés, las islas autónomas de tradición y cultura danesa, e idioma similar, nos muestran exuberantes y agrestes paisajes verdes bajo las brumas y nieblas del Mar del Norte, nos ofrece una historia de defensa del medio natural frente a los intereses de las corporaciones pescadoras, con la investigación de un posible asesinato que se hallaría relacionado con la defensa de las ballenas.
Llama poderosamente la atención la fotografía en tonos amarillos y verdosos en interiores (al más puro estilo Kirchner en sus pinturas),
La trama y el desarrollo de los acontecimientos nos lleva a diferentes sospechosos, aunque apuntan siempre a una dirección, a conflictos de intereses y finales que dejan abierta la segunda temporada para ver las consecuencias del desenlace de la primera temporada que, en 6 episodios de 45 minutos, sigue todos los pasos del noir danés. En esa línea que arrancaron hace tiempo los daneses y sus series de investigaciones policiales de asesinatos y desapariciones.
Se nota la diferencia de medios y de actores, claro. Aunque esta coproducción está correctamente trabajada y se ve de manera amena y rápida.

Y es que en esta historia, en la que me esperaba alguna escena de París, alguna vista, aunque fuera un escenario de París en los 60. Nada. Todo interiores.
El hombre deseando visitar París, y una chica de padres españoles que lo engatusa y lo evade del París majestuoso que a ella no le gusta.

Escenas sensuales, y poco más. Una película hecha para el lucimiento de la protagonista, con un sentido del amor muy peculiar, que lo va exprimiendo desde París a Murcia y de Murcia a París.

No obtengo mucho más de esta película, la primera que veo de Garci. Interesante. Escenas cortas fragmentando el ritmo. ¿Será el estilo Garci?

Un taxista kurdo ( ¿iraní?. No hay ninguna referencia explícita a la nacionalidad) que vive en Suecia, allí está casado, con dos hijas. Un día recibe noticias de su país, de su anterior vida, que le empiezan a cambiar su rutina diaria. Debe acomenter una tarea para poder seguir adelante. Se entrelaza una historia paralela de acoso escolar a un joven que va con la hija del taxista a clase, con una resolución a lo americano, y no cinematográficamente, sino en la realidad. Una historia que narra la desolación de dos personajes, obligados a actuar de una manera impuesta, por distintos factores, reflejado en su soledad temporal, perdidos en su mundo. El azar les juega una mala pasada

Se podría haber hecho más con una historia que daba juego. No habla de qué país es, no habla de qué conflicto se trata, ni siquiera se cierra bien. Y hay momentos de la película que no son nada creibles, o al menos no lo parecen.
Un film frío, sin capacidad de camelar al espectador, con una historia interesante.

Esto le dijo Borau a Gutiérrez Aragón: "Quiero hacer una película en un bosque y con Lola Gaos". Lola Gaos que lo había encandilado en "Tristana" con su personaje de Saturna.* El bosque es la inmensidad de España, Lola Gaos, será la "Saturno" de la película, llamada en esta ocasión Martina.

Es una película en la que cada plano está cuidado y meditado, que representa lo que quiere enseñar Borau. La censura no autorizó la licencia para proyectar la película y un director avispado se la mostró a la crítica para poder estrenarla sin cortes, dejándonos una impresión y una obra real y sincera, que muestra una realidad social; un Gobernador tonto, y los amiguetes de cacería. La crítica impresa en estas acciones: cacerías deleznables, como califica el propio director. Una madre que quiere retener a su hijo, una mujer sensual que lo engatusa, y como complementos imprescindibles de la España de aquella época, la Guardia Civil y el Cura. Todo eso mezclado da como resultado una dura, pero a la vez cómica película que refleja simplemente una parte de esa España tardofranquista. En esa España las luces brillaban por su ausencia y queda demostrado en ése frívolo gobernador, carente de lucidez, en sus tititireros acompañantes y en un guión perfectamente orquestado y preparado para conseguir una película en la que se masca la tragedia.

* Explicación en el spoiler (contiene partes del final).

Es una buena manera de contactar con la Historia de Irán, vista desde una única postura.
Es didáctica, es interesante, y está muy bien estructurada. Con momentos muy sugerentes.
Hay escenas, en las que la animación no tiene nada que envidiarle a un rodaje en carne y hueso.

Destaco algunos detalles que me han gustado:

- La crítica a la religiosidad desmesurada en Irán.
- La crítica al anarquismo de Europa occidental.
- La conversación con Dios.

Y no me ha gustado:

- El maniqueismo y la facilidad para presentarnos buenos y malos. ¿Lecciones de moralidad? ¿Qué moral?
- El desaparpajo de la pequeña Marji, con apenas ¿5 años? Quería saber y conocer la historia de su familia, y de su país. y todo lo entendía.
- Demasiada modernidad en la abuela, una abuela iraní en los años 80. ¿Tan liberal?

Una biografía y un retrato particular de una sociedad, a través de los ojos de una iraní, que emigra, huyendo del régimen islamista radical de su país, y acaba afincada en Francia. EL país de acopgida, al que le debe agradecer mucho, no es para criticarlo, aunque sea criticable. Más le dolerá a Marjane Satrapi, encontrarse con un Irán como el que tienen. Totalmente comprensible.
¿Preferimos una democracia consensuada con sus defectos, o una tiranía religiosa, dirigida por unos cuantos elegidos?