Más de lo mismo. La decadencia de Hollywood es ya un realidad. De acuerdo que la película no es lo peor que se haya visto, pero en el fondo no hay por donde cogerla. Puede que los productores de films como este crean que la gente es idiota y que poniendo un poco de efectos visuales medianamente pasables, un poco de moralina de mercadillo en las relaciones paterno-filiales, rescatar viejas glorias como Mickey Rooney y poner un par de graciosillos como Ben Stiller y Owen Wilson ya conseguirán un producto de éxito. Y la verdad es que puede que hasta tengan razón, sólo hay que ver lo bién que está funcionando en taquilla.

Entonces, que es lo que pretende Hollywood? Hacer buenas pelis o simplemente productos de usar y tirar. Por desgracia parece que esto último, y lo peor es que están consiguiendo sus objetivos.

En definitva una película olvidable, sin gracia ni originalidad que, si pueden, no vean. Se ahorrarán tiempo y dinero.

La verdad, cada vez me da más miedo ver una película de Clint Eastwood. Uno no puede dejar de pensar que algún día se puede llevar una decepción. Mantener el nivel de excelencia film tras film se antoja casi una misión imposible, y digo casi porque una vez más Mr. Eastwood lo ha conseguido, otra vez nos ofrece una obra maestra con todas las letras.

De acuerdo, Eastwood no es un innovador, no rueda a ritmo de videoclip, no pretende innovar ni impactar a lo Tarantino, pero que más da. Eastwood responde a los cánones del director clásico, lo que importa en sus películas es lo QUE está contando y no el CÓMO. Lo mejor de todo es que Clint siempre ofrece más de lo que parece. Si Million Dollar Baby parecía una peli de boxeo, para pasar a parecer un debate sobre la eutanasia, en realidad era una película sobre el amor y la distancia en las relaciones paterno-filiales, en Banderas de nuestros padres Eastwood parece hacer un film bélico y a cambio lo que nos muestra és una crítica demoledora a los clichés del heroismo americano y una exaltación de la amistad entre los hombres.

Uno de los puntos fuertes de la película está en su acertadísimo reparto coral. Se huye de los grandes nombres y se opta por jóvenes promesas del cine, quizás para dar un aire más realista al conjunto. Si además sumamós la pericia con la que están rodadas las escenas de guerra ( el desembarco en Iwo Jima le da sopas con honda al de Spielberg en Salvar al soldado Ryan y parecía imposible) y una banda sonora impecable que impregna de aires melancólicos al film, obtendremos quizás la mejor película bélica jamás rodada hasta el momento.

Sólo le pondría un pero al film. Es tan buena que no imagino cómo Cartas desde Iwo Jima podrá estar a la altura, aunque conociendo a Clint todo es posible.

Cojan ustedes una coctelera. Viertan una base de denuncia militarista, unos gramos de LSD, un chorrito de hippismo trasnochado, una avance de rabiosa blaxpoitation, sumen zombis albinos que parecen miembros de la santa inquisición española, un gurú sectario y una dosis de Charlton Heston en plan rojeras. A continuación agítenlo todo y el resultado es esta delirante película.

Cuesta decir si estamos ante una obra maestra o una tomadura de pelo absoluta. En realidad la película se inscribe dentro del subgénero "mundos apocalípticos futuros" tan de moda en la época (El planeta de los Simios y secuelas, Soylent Green) y aunque no es la mejor de éllas si constituye un grato divertimento.

Para acabar dos apuntes:

1- No perderse el capítulo de los Simpsons, inscrito en uno de los especiales de Halloween, llamado El último Homer Vivo. Un homenaje divertido a la película.

2- En Hollywood están en fase de pre-producción del remake de la película, parece ser que la protagonizará Will Smith. Que Diós nos coja confesados!!!

En el mundo del cine, y más concretamente en el mundo del espectador, ha surgido una nueva subespecie, los podriamos denominar gafapastas, culturetas, intelectualillos del 3 al cuarto..etc.
Son este tipo de espectador que solo disfruta con planos de media hora viendo como una cucaracha se pasea por el desierto (Abbas Kiriostami), con creidillos que se creen que han reinventado el cine y solo hacen pestiños infumables y aburridos (Von Trier) o con el denominado cine social con mensaje (Ken Loach).

Supongo que este tipo de espectador despreciaría sin más un film como los Bingueros. Los motivos? Caspa hispánica, actuaciones patéticas, guión infumable etc etc etc.

Pues bién yo creo que siguiendo los parámetros gafapastiles esta película debería estar en cualquier videoteca o ser exibida regularmente en cualquier filmoteca o cinefórum.La razón es muy simple, esta es una pelicula con MENSAJE. Señores, hay algo evidente, no se puede entender un fenómeno histórico como la transición española sin las pelis de Pajares, Ozores y Esteso. Estas peliculas (y los Bingueros es su mejor exponente) són un claro reflejo de la sociedad española de la época. En ella vemos a hombres feos, bajitos y acomplejados buscando realizarse en un mundo que seabre después de 40 años de gris dictadura. Los intentos continuos de escarceos sexuales con suecas de buen ver no son más que el reflejo de todo sueño humedo del español medio. Lo que se está pidiendo a gritos es: quiero cepillarme a una mujer de verdad, moderna y sexualmente liberada. Estoy harto de irme a Perpignan para poder ver dos tetas y un culo!
Además la pelicula entronca con la tradicional cultura de la picaresca española, del enriquicimiento fácil, del éxito sin pegar golpe. En definitiva, la pelicula va más allá del simple humor de brocha gorda y se convierte, acaso sin saberlo, en un espléndido fresco de la España de finales de los 70. Un ejercicio de realismo que ya quisieran los mojigatos del franquismo feliz de Cuéntame o el demagógico Ken Loach español Fernando León de Aranoa.

Hasta ver The Keep siempre había pensado que habían dos tipos de peliculas en la filmografía de Michael Mann, las muy buenas (Miami Vice, Ali, Collateral) y las Obras Maestras (El último Mohicano, El dilema, Heat). Ahora puedo decir que se añade otra, las pelis sencillamente HORRENDAS.
La peli es una colección de desaguisados, Nazis dirigidos por militares antifascistas (!???!!), efectos especiales dignos de una peli de Ed Wood, un guión que no hay por donde cogerlo, unas actuaciones esperpénticas (fijaos que Scott Glenn aparece acreditado en primer lugar y no suelta su primera linea de diálogo hasta el minuto 46), escenas de sexo por la patilla y sin sentido, una banda sonora que pretende ser épica a lo Blade Runner y que acaba siendo una mezcla de cutrez electrónica ochentera y sonidos realizados con un casio PT1 por un niño de 5 años.
Para rematar la faena el fantástico monstruo final, un refrito de predator y skeleton que más que miedo inspira hilaridad.
En definitiva, una pelicula que podía haber acabado con la carrera de todos los que participaron en ella, amén de acabar con la paciencia de cualquier espectador.