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España España · Ciutadella
Críticas de KillerCarrot
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Críticas 36
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
26 de octubre de 2016
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tumor terminal, teléfonos, películas, gatos, relojes.

Un joven cartero lleva una vida normal, sencilla, sin grandes pretensiones, pero acaba de saber que le queda poco tiempo de vida, y está dispuesto a hacer lo que sea para seguir en el mundo aunque sea un solo día más. A partir de este triste punto de partida, se desarrolla una entretenida fábula buenrollista con sentido del humor blando y llena de encanto.

“If Cats Disappeared from the World” es, en definitiva, una reflexión sobre las cosas que definen nuestra vida, hasta qué punto las valoramos, qué vale la pena conservar, y por qué. Pese a los temas que trata, logra no hacerse pesada ni empalagosa; no evita el punto melodramático, pero tampoco llega a pasarse, aunque en un par de momentos camine por la cuerda floja (puede decirse que, para ser japonesa, es muy contenida).

Se trata de una historia universal; funcionaría igual de bien en cualquier sitio, con cualquier otra cultura. Ahora bien, si a alguna mente brillante se le ocurre estrenar un remake en enero protagonizado por Eddie Redmayne y Carey Mulligan (o dirigido por David O. Russell) será una firme candidata a los Oscar.


cqn.cat
KillerCarrot
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7
20 de octubre de 2016
19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bochorno, exteriores infinitos, interiores claustrofóbicos, sangre, ¿WTF?

Sam es un vendedor ambulante que busca clientes atravesando el desierto de Mojave como quien recorre la nada. Nadie le abre la puerta, y no consigue ver ni un solo cliente de ninguna de las maneras. Parece que todo el mundo se esconde de él. Pero no será exactamente así; por alguna razón, también habrá quien le persiga…

Nos encontramos en un mundo “premóviles”, lo que hace que el viaje de Sam sea más frustrante aún: no puede contactar con nadie, ni tan siquiera a través del teléfono. Deja sus tarjetas de visita, deja mensajes en los contestadores automáticos desde cabinas telefónicas, pero nunca nadie le responderá. Su único “contacto” con el mundo es un programa de radio que recoge las quejas e indignaciones de los oyentes.

El desierto, una misteriosa luz en el cielo, mensajes intimidatorios en el “busca”, un oso de peluche, un programa de radio, música electrónica, máscaras… Christophe Deroo nos invita a ir recogiendo piezas y piezas de un rompecabezas tenso, perturbador, violento y también paranoico. Son piezas de una belleza inquietante, que siempre te dejan con ganas de ir a por la siguiente, pero cuando coloques la última te darás cuenta de que, para completar el cuadro, te faltan más que las que has recogido. Lo cual también significa que podrías haber encajado de otro modo las que ya tenías…

No tengo manía a las historias con libre interpretación, pero “Sam Was Here” acaba pisando la línea (sin llegar a traspasar la frontera delirante del peor David Lynch). Con su primera película, Deroo demuestra que sabe atraparte, pero el final que propone, aunque no esté mal, decepciona un poco, más que nada porque con cada paso que daba te estaba haciendo esperar un desenlace más potente.


Más (en catalán) en www.cinequanon.cat
KillerCarrot
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5
20 de octubre de 2016
29 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mujer vulnerable, psicópata inmortal, noche larga, plan absurdo, parto difícil.

La situación da su juego: una mujer embarazada, sola, con problemas auditivos y con un trauma en una casa grande en una noche lluviosa.

La dirección acompaña apropiadamente la historia; no me quejo de nada por lo que respecta al apartado técnico, veo algunos efectos bien pensados y un par de situaciones más o menos originales, pese a que la película no destaque precisamente por ser innovadora. Es una de mil del género. Esperas una característica que la distinga de las demás y la sitúe un poco por encima, y realmente parece que tenían la intención de hacerlo…, pero el fracaso es exagerado.

¿El problema? El habitual: un guion (escrito por Jaume Balagueró y Manu Díez, rehecho del guion de la recomendable «À l’intérieur», escrita y dirigida en 2007 por Alexandre Bustillo y Julien Maury) que no entiendo cómo pasó los “controles de calidad” para llegar a materializarse. El argumento no se desvela hasta el final, te ha generado una expectativa, te ha ido dando una serie de pistas de por dónde puede ir…, pero la explicación final no tiene nada que ver con las cosas que podrían tener una cierta lógica, no hay por dónde cogerlo… Y no entiendo cómo ninguno de los actores, operadores, etc., que veían lo que se estaba rodando no pararon para preguntarle al director «¿Seguro que es eso lo que tiene que pasar?, es que no tiene ningún **** sentido».

Poco más que decir: es una película bien realizada, con una buena ambientación, actores solventes, ritmo más o menos decente, pero que vuelve a caer en todos los tópicos del género (reacciones absurdas, proezas físicas inverosímiles, cadena de coincidencias increíbles…) y no aporta nada.


www.cinequanon.cat
KillerCarrot
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7
20 de octubre de 2016
49 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Padre divorciado egoísta adicto al dinero y al trabajo, hija que echa en falta el modelo paterno, viaje en tren, infectados, bates de béisbol.

Nos encontramos ante la típica relación paternofilial con apocalipsis zombi de por medio. Con zombis de hoy en día, es decir, infectados contorsionistas que corren mucho y por lo tanto suponen un auténtico peligro para el ciudadano moderno, que ya no se deja atemorizar por simples muertos lentos y torpes.

La novedad esta vez es que las personas que quedan sin infectar tienen que conseguir sobrevivir en un espacio cerrado y en movimiento: un tren que viaja de Seúl a Busan. Y los trenes repletos de zombis dan su juego. Un ritmo correcto (con momentos realmente adrenalíticos incluidos) y unas cuantas situaciones interesantes, pero en líneas generales no se aleja mucho de los tópicos: encontraremos personajes planos, asistiremos a una sucesión de muertes no demasiado sorprendente, reviviremos situaciones mil veces vistas de interacción con los zombis, nos sorprenderemos de cómo los protagonistas van ganando confianza y destreza en el arte de matar, volveremos a descubrir que los peores monstruos son los humanos “normales”, etc.

En conclusión, sí, aún pueden darse nuevos envoltorios a la misma peli de zombis que tantas veces hemos visto. Es buena, pero a estas alturas le echo de menos el punto innovador que sí he encontrado este año también en Sitges en “Melanie. The Girl With All the Gifts”. Lo que “Train to Busan” tiene realmente de original es que se complementa con “Seoul Station”, una película de animación simultánea a esta que a su vez le hace de precuela. Y ambas las firma Yeon Sang-ho, el director de “The Fake”, recomendabilísimo thriller sobre sectas que en el año 2013 ganó el premio a mejor película de animación en el Festival de Sitges.

A los incondicionales de los zombis les parecerá bastante satisfactoria. Para el resto del mundo, será una película del género que no está mal pero que podrían ahorrarse sin ningún problema.


cinequanon.cat
KillerCarrot
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9
12 de octubre de 2016
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veraneo, isla tranquila, niños, selección natural.

Un buen rollo que te cagas desde el principio: una cancioncilla más perturbadora que la de los niños saltando a la comba de "Pesadilla en Elm Street" se intercala con fragmentos de noticiario de sobremesa (estilo NO-DO, por supuesto, ya que la película es de 1976) que resumen las injusticias que se han llevado a cabo con los niños en la historia reciente. Ese montaje nos introduce en una versión de "Los pájaros" con toques de "La semilla del diablo" que presenta a los niños como agentes vengadores y consigue convertirse, atención, en una de las películas de terror más efectivas que he visto nunca.

La historia de "¿Quién puede matar a un niño?" se desarrolla en una atmósfera atípica dentro de este género: un caluroso verano, en una tranquila islita de pescadores aún no invadida por el turismo masivo. Además, como curiosidad, recordemos que estamos en el año 76, lo que permite, por ejemplo, que en los diálogos los personajes se metan tanto con los comunistas como con los fascistas.

La otra característica que hace destacar "¿Quién puede matar a un niño?" es que los “monstruos” de esta película no son demonios ni bestias, sino niños que, sin saber que están cansados de representar la inocencia y de ser los que pagan el pato, se dedican a jugar cruelmente (y a la vez inconscientemente, inocentemente) con los protagonistas. Puedes esperar de ellos cualquier cosa. Y dicha situación es perfecta para disimular las limitaciones interpretativas que suelen presentar los más pequeños, puesto que actúen como actúen (preferiblemente si no hablan) resultarán inquietantes.

En resumen: si queréis pasar un mal rato, os recomiendo que visitéis este pueblo veraniego de casas pintadas de cal.


El personaje: el niño que pesca. ¿Con qué pesca?
La escena para el recuerdo: cuando los niños de un grupito van posándose uno a uno al lado de una barca, como si fueran pájaros, siempre vigilando, quizá esperando el momento de atacar.

cinequanon.cat
KillerCarrot
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