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España España · Ciutadella
Críticas de KillerCarrot
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Críticas 36
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
23 de octubre de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un gato negro, dos grullas de colores, glóbulos oculares, melones, poetas, agujas, una piscina de vino.

En plena dinastía Tang, un Holmes budista y un Watson histriónico investigan cómo murió veinte años atrás la concubina favorita del emperador, pues sospechan que en su trágica historia se esconde el misterio del gato asesino que aterroriza a los descendientes de los implicados en su muerte.

“Legend of the Demon Cat” es un ejemplo perfecto de los tópicos de la cinematografía china: ritmo dinámico, historias aparentemente simples que van retorciéndose y reestructurándose a cada paso, ambientación elaboradísima (qué decorados, qué vestuario, qué maquetas), sobreactuaciones, y efectos digitales evidentísimos. Pese a que los dos últimos puntos mencionados solo sirven para sacar al espectador de la historia, supongo que tenemos que aceptar que, por algún motivo, a los autores chinos les gusta que sea así.

La historia realmente parece tener potencial, pero no llega a transmitir mucho, quizá por una dirección demasiado plana, como lo haría un arisco felino que tiene muy claro dónde quiere llegar y que quiere hacerlo con elegancia y sin mojarse.


www.cinequanon.cat
KillerCarrot
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5
23 de octubre de 2018
38 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reciclaje, una caja en el espacio, una caja dentro de la caja, Juliette Binoche dentro de una caja dentro de la caja del espacio.

Un puñado de criminales condenados por delitos de distinta gravedad son enviados a adentrarse en el espacio en una misión aparentemente trascendental para la humanidad. ¿Qué puede salir mal?

“High Life”, el pretencioso intento de Claire Denis de ubicar un drama existencialista en un thriller sexual de ciencia ficción, no convence. Es difícil que una película funcione cuando muestra más ínfulas filosóficas que consideración hacia el espectador.

Los actores hacen cuanto pueden con unos personajes sin mucho interés metidos en una trama que destaca más por las situaciones ridículas y las inconsistencias que por los momentos decentes (sí, también tiene alguno).

Al fin y al cabo, quizá no había mejor sitio para esta película que en la edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges que conmemora los 50 años de “2001: Una odisea del espacio”. Puede interpretarse como un tributo al experimento espacial de Kubrick, ya que repite el tono narcótico y la sensación de tomadura de pelo… pero sin aportar ningún recurso interesante ni innovador.


www.cinequanon.cat
KillerCarrot
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8
9 de enero de 2018
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
El amigo de infancia sin responsabilidades que puede hacer lo que le venga en gana, el compañero de clase a quien dejaba copiar en los exámenes y que ha prosperado más que yo, el primo que tiene un trabajo mucho mejor valorado que el mío, la amiga que se gana la vida felizmente cuidando perros, los del blog de cine con 40.000 seguidores, el amigo que ha conseguido más dinero del que jamás podré contar, el compañero de universidad que sale por la tele… Cabrones.

Los hombres blancos heterosexuales de clase media (y media-alta, como en el caso de Brad, el protagonista de la peli) también lloramos. Sabemos que queda mal decirlo, porque existen refugiados sirianos, víctimas de maltrato, personas que viven en la indigencia y enfermos terminales que quizá lloran menos que nosotros. Ahora bien, yo no soy quién para afirmar que siento que sufro menos que una niña explotada o más que un millonario, porque nunca he sido ninguna de estas dos cosas. La cuestión es que, una vez tenemos cubiertas las necesidades básicas, y viviendo en una sociedad capitalista competitiva, nos queda tiempo libre para pasar a un nuevo espectro de sufrimiento que nos hace obsesionarnos en la comparación y nos mata de envidia. Aunque racionalmente sepamos que es ridículo, que vivimos bien, que en términos generales hemos tenido mucha suerte.

Mike White, el prometedor guionista de ‘The Good Girl’ (Miguel Arteta, 2002), aquí también director (y actor en un pequeño papel), finalmente vuelve a acertar, esta vez hablando de las crisis que parece egoísta reconocer en voz alta. Y si hay una crisis, no puede faltar un Ben Stiller para ponerle cara (‘Greenberg’, 2010; ‘The Secret Life of Walter Mitty’, 2013; ‘While We're Young’, 2014; ‘Zoolander No. 2’, 2016; ‘The Meyerowitz Stories’, 2017). Lo aderezamos con acertados secundarios e intermitentes golpes de violín bien colocados, lo metemos en un bonito envoltorio indie, y obtenemos un pausado drama capaz de mantenernos sonriendo en todo momento. Sin necesidad de ser hombres blancos heterosexuales de clase media o media-alta.

De digestión agradable (pero debe digerirse).


La frase: «En realidad no hay ninguna cantidad de dinero que usted pueda pagar para cambiar de clase.»
El personaje: el rico amigo jubilado que vive la vida ideal de surfista (Jemaine Clement).
La escena para el recuerdo: el concierto.


cinequanon.cat
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
KillerCarrot
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8
6 de enero de 2018
78 de 100 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ambiciones, adicciones, olor a ron y frambuesa, una rama.

Tras poco más de tres años de publicarse el libro autobiográfico de Molly Bloom, la reina del póquer, podemos ver su adaptación al cine. ‘Molly’s Game’ recuerda inevitablemente a ‘El lobo de Wall Street’, pero al no ser tan excesiva gustará a más tipos de público.

Tenemos a un personaje fuerte que nos enseña con el cinismo procedente los tejemanejes de uno de los sectores más podridos de la sociedad. Y se agradece que lo haga con este humor y a un ritmo tan endiablado, ya que pararse a pensar mucho en ello resultaría estremecedor.

El guion es inteligente, las actuaciones de premio, la dirección dinámica... Como punto no del todo positivo, me queda la sensación de estar dando demasiadas vueltas en el mismo sitio y pasar de puntillas por los temas que dejarían peor a la protagonista.

Y una advertencia: id al cine bien despiertos, ya que entre la voz en off y los diálogos acelerados apenas hay momentos en los que pasan más de cinco segundos sin que alguien diga nada.


La frase: «Es increíble lo rápido que se avanza cuando no se cobra por horas», dice un psiquiatra.
El personaje: el único irlandés (Chris O’Doud) que juega a póquer con los rusos.
La escena para el recuerdo: la partida en la que un error te invierte la racha.


www.cinequanon.cat
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
KillerCarrot
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7
14 de julio de 2017
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Odio, venganza, autoridad, misericordia, supervivencia.

Antes de nada, hay que avisar de que el título de la película es engañoso: debería haberse intercambiado con la anterior (“La guerra del planeta de los simios” <=> “El amanecer del planeta de los simios”), ya que en esta no vamos a encontrar una épica guerra entre simios y humanos, sino básicamente una misión de comandos que servirá para “acabar de enlazar” la saga digital con la película del 68.

Estamos en el último episodio de la trilogía iniciada con “El origen del planeta de los simios” (Rupert Wyatt, 2011), por lo que ya tenemos algunos pilares sólidos: sabemos que la saga se distingue por ser dramática y sensible, por esconder un buen puñado de referencias y detalles ingeniosos, por ofrecer una banda sonora y una fotografía poderosas..., y por mostrar simios con metralletas (que, no nos engañemos, en el fondo es lo que vamos a ver todos los que pagamos la entrada).

Realmente, “La guerra del planeta de los simios” no falla en nada de eso. Su problema es que no aporta mucho más, ni tan solo con su principal reclamo, el enemigo de turno: el Coronel, un humano capaz de dar la réplica a la intensisísima mirada del simio protagonista. Siempre vale la pena ver un papel de Woody Harrelson (“Los blancos no la saben meter”, “Asesinos natos”, “Defendor”), y esta película no es una excepción, pero, pensándolo fríamente, lo único que le vemos hacer aquí es una imitación del coronel Kurtz de Marlon Brando (imitación muy buena, claro está, pero teatrera al fin y al cabo).

Y sí, ya se anunciaba que “La guerra del planeta de los simios” contendría alguna referencia a “Apocalypse Now” (Francis Ford Coppola, 1979), pero lo que no se esperaba es que directamente fuera un remake encubierto. No lo veo ni positivo ni negativo; es… curioso. Quizá se ponga de moda este nuevo género: el remake ambientado en una franquicia. ¿Veremos, por ejemplo, un remake de “Mrs. Doubtfire” inserido en la saga de “Alien”?

A grandes rasgos, me parece una película bastante completa; solo le fallan algunos inverosímiles golpes de un guion que ahora se hace el cabrón para hacer sufrir a los protagonistas y ahora se las apaña mágicamente para sacarles las castañas del fuego.

En definitiva, aunque la saga haya ido de más a menos, con “La guerra del planeta de los simios” logra ¿acabar? dignamente. No me arrepiento de haberla visto, pero también es cierto que le echo en falta alguna emoción o tensión que las anteriores sí supieron transmitirme.


La frase: «¡Oop uh-ak-ak chee ack eek!»
El personaje: el pobre caballo blanco que tiene que aguantar todo el peso de Luca.
La escena para el recuerdo: me quedo con la introducción; te pone en situación de forma muy efectiva, sabe hacerte generar preguntas, y te transmite más sensación de peligro e incertidumbre que el resto de la película. Y todo eso con personajes que no te importan.

www.grushenko.cat
KillerCarrot
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