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España España · Madrid
Críticas de Wanchope
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Críticas 201
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
5 de julio de 2023
65 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doce episodios de 15 minutos, uno por cada mes del año. 'Poquita fe' habla de todo el ruido que les impide a los cuarentones concentrarse en lo importante a través de un año en la vida de Berta y José Ramón, dos cándidos inocentones que viven en su mundo pequeño, hecho de detalles pequeños y pequeños momentos. La rutina del mes a mes envuelta en situaciones cotidianas, cercanas y de a pie de calle, y en un humor sencillo, blanco, atemporal y universal.

Los propios Pepón Montero y Juan Maidagán lo explican a la perfección: Es una serie que surge de mirar y escuchar a tu alrededor. Historias que te pasan, historias que te cuentan, personajes que ves por el barrio... Ese tipo de historias mínimas, sin importancia pero simpáticas que cuentas en forma de chascarrillo a quienes ves semana a semana, porque de un mes a otro ya la has olvidado. O porque otras las han reemplazado en nuestra memoria cortoplacista.

Historias que lo pueden ser todo para quienes llevan una vida poco emocionante, de la que nunca harán una película o de la que nunca escribirán un libro. 'Poquita fe' se toma con picardía y humor una vida normal y corriente. Aburrida. La comedia costumbrista que hay a nuestro alrededor, de barrio de toda la vida, con aroma a un tiempo inmediatamente pasado que vale, no fue necesariamente mejor, pero que sí se siente más puro y genuino.

Que sí se siente más cándido y castizo.

'Poquita fe' son doce episodios de 15 minutos, uno por cada mes del año. A nivel argumental no cuenta nada en especial, ni va de nada en particular. Es un repaso a un año de simpáticas anécdotas de una pareja, y de todos los personajes de una forma u otra han formado parte de su existencia durante ese tiempo. Una suerte de 'Modern Family' muy compacto y condensado, de andar por casa y con un toque Berlanguiano para ver, a ratos o del tirón, de camino a cualquier parte.

Para ver una, o más veces, con la alegría de la incipiente carcajada a la vuelta de la esquina, la intensidad de no dar ni un segundo de tregua, su carácter coral, atemporal y universal o la imposibilidad de memorizar tan alto volumen de gags. Puro "humor" de la mano de los creadores de 'Justo antes de Cristo', con otra nueva comedia costumbrista desarrollada a golpe de gag, cotidianidad y las continuas, breves pero geniales aportaciones de secundarios más o menos inesperados.
Wanchope
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8
1 de junio de 2023
79 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que ya lo fueron 'Spider-Man 2' y 'The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro', esta primera secuela de 'Spider-Man: Un nuevo universo' es una estupenda secuela que realza y potencia las virtudes de su antecesora. También sus vicios, siendo en la práctica una continuación que lleva uno, dos o tres pasos más allá lo visto en la primera. Tanto lo bueno como lo no tan bueno. Una auténtica secuela "más grande, más larga y con cortes" que arrolla a su paso de paso que ratifica que pueden hacer las películas que quieran de Spider-Man que, al igual que ocurre con Batman, mientras conlleven la responsabilidad con tanto honor, orgullo y entusiasmo siempre nos quedaremos con ganas de más.

'Spider-Man: Cruzando el multiverso' no sólo es mejor que la anterior, también es uno de los blockbusters más completos de los últimos años y a nivel visual, una de las producciones más fascinantes y desacomplejadas que haya respaldado nunca un gran estudio. No hay razón para pensar que no vaya a gustar a los que ya les gustó la primera, ni consuelo que alivie la desazón de tener que esperar tantos meses para ver como acaba. Al menos serán "sólo" diez meses y no tres años como con 'El imperio contraataca'. Una película que a pesar del "continuará" se siente, lo dicho, muy completa. Como cine, secuela y blockbuster; como una animación, de superhéroes o de multiversos.

Una producción altamente satisfactoria que te obliga a estar muy pendiente, dado lo imprevisible de su alocada genialidad y su abrumadora esquizofrenia visual. Además, sostenida por un armazón dramático bien armado que respalda con endiablado entusiasmo unas intenciones que por descontado, van más allá de la extensión gratuita de un éxito comercial o de rendir pleitesía a los superhéroes, a la animación o al multiverso de la (en este caso) auténtica locura. Los Daniels seguro que la disfrutan, Sam Raimi también. Y todo pagado por una Sony que igual, quien sabe, debería dejar todo su Universo Marvel en manos de su división de animación y sentarse a mirar (y a disfrutar) desde la barrera.

Porque este "Spider-Man' apesta a lo que por ahora no huelen 'Venom' y compañía: A pasión y responsabilidad. Una incontenible y desbocada pasión por lo que se está haciendo y un extremo sentido de la responsabilidad: Hacia el personaje, su historia, lo que representa, la animación, el propio cine o el espectador. A veces en dosis excesivas: Porque a veces su intermitente seriedad emocional corta un poco el rollo, su interdisciplinariedad plástica resulta demasiado caprichosa o su desenfrenado entusiasmo metatextual es un caos tan arrollador como confuso. Es lo que tiene ir a por todo con tanto ímpetu y determinación: Que arrollas todo en tu camino -interrumpido- hacia el Olimpo.
Wanchope
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7
20 de mayo de 2023
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mayo de 2020 decía que la primera temporada de 'La unidad' podría ser un buen comienzo. Una primera temporada que en un mundo sobresaturado de ficciones televisivas y tiempo de sobra para ver muchas de ellas no suponía una gran diferencia. Decía, porque a pesar de vestirse de domingo en todo momento para orgullo y gloria de sus responsables, no dejaba de ser una más. Otra más de un pelotón formada por otras tantas buenas series a la sombra de otras que, sencillamente, se hacían notar más y mejor.

Un pelotón del que en marzo de 2022 se escapaba con su segunda temporada, en apariencia, también en esencia y sobre todo en la práctica, sustancialmente mejor que la primera. Una segunda temporada con la que se hacía un hueco en un mundo sobresaturado de ficciones televisivas y tiempo de sobra para ver muchas de ellas, mejorando en todo a una primera a la que además ponía en auténtico valor. Aunque no dejase de ser más o menos lo mismo de siempre: Esto es, en resumen, policías a la caza de malos.

Esta tercera temporada ni es mejor que la segunda ni supone un nuevo salto de calidad, siendo en la práctica algo menos estimulante que aquella, si bien, como indica su título, se atreve cuanto menos a cambiar de contexto y de dinámica, en un claro intento en gran medida exitoso por no repetirse. Si 'La unidad Kabul' puede que no sea más y mejor es, en parte, porque trata de ser diferente planteando con los mismos personajes una situación distinta llegando a ser, a efectos prácticos, incluso una serie distinta.

Una serie que recuerda más a 'Oficina de infiltrados', aunque sin la brillantez de la hegemónica producción francesa. Valiente, por todo lo que a nivel de producción exige para una industria como la española, pero que después del subidón que supuso su segunda temporada rebaja el entusiasmo, que no el respeto. Y al contrario de lo que pudiera suponerse, no es debido a la falta de recursos con los que nos ha malacostumbrado la industria norteamericana en sus incursiones en la zona. Nada que envidiar.

El problema es más de un guión modélico que sin embargo, en su sexto episodio, y a diferencia de lo que ocurría con su segunda temporada, no acaba de recoger los frutos de todo lo sembrado en los cinco anteriores. Su teórico clímax ni es tan contundente ni tan concluyente como debiera, siendo entonces cuando los apenas 40 minutos por episodio se antojan insuficientes para dar nueva vida y dimensión a los clichés con los que inevitablemente colabora de manera tan entretenida como a la postre, superficial.

Algo similar a lo que pasaba en su primera temporada, una notable producción que aunque cumple como notable pasatiempo "no supone una gran diferencia" respecto a otras congéneres. Aun después de una estupenda segunda temporada de cuyas bondades apenas se nutre. De esta manera, 'La unidad Kabul' vendría a ser una tercera entrega (o miniserie) altamente competente, eficaz, digna, respetable y en resumen disfrutable cuyas buenas y nobles maneras sin embargo no son suficientes "para sobresalir".

No al menos en última instancia, a la hora de rematar y redondear una en cualquier caso, exquisita faena.
Wanchope
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7
13 de marzo de 2023
74 de 105 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al grano: 'Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones' viene a ser una producción del estilo a 'Willow' algo hinchada por la obligación y/o necesidad de sentirse y/o comportarse como si fuera un gran blockbuster de esos. Es... una de aventuras y más aventuras con algo de sobrepeso que acaba recurriendo a más de dos horas de metraje y retórica para desplegar su irrefrenable y dicharachero encanto.

Menos es más. A menudo lo sigue siendo.

Y la película reclama esa misma pragmática, juguetona e inocente sencillez ochentera que poseía 'Willow' -la película- para luego complicarse en exceso, no poniendo en valor del todo sus puntos fuertes -como su cariz cómico, su innata simpatía o su espíritu genuinamente aventurero- en su intento por ser más grande de manera algo tosca y simplona. De manera algo gratuita y sobre todo innecesaria.

Es... algo así como 'Willow' unos 35 años después, oh, casualidad, aunque sólo sea para evidenciar como ha cambiado el cine desde aquel entonces. Un "Willow" de dos metros que no quiere esperar esos mismos 35 años a tener una secuela, esté o no a su altura. Un "Willow" inquieto y jovial que trasciende de lo servicial de la mano de los inquietos y joviales Jonathan Goldstein y John Francis Daley.

Los de la inquieta y jovial 'Noche de juegos'.

A pesar de algunos molestos tics por otro lado habituales del cine de gran presupuesto y responsabilidad comercial, tales como un dramatismo algo impostado, personajes poco aprovechados, un exceso de metraje y CGI no siempre creativo, o un montaje un tanto atropellado, así como de cierta irregularidad derivada de su condición de "monstruo comercial ingobernable".

A pesar de, 'Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones' es en cualquier caso una película de aventuras (bastante) disfrutable. Como para ver sus anuncios y querer repetir dos semanas después. No es perfecta, pero sus pros superan ampliamente sus contras, cuenta con algunas grandes escenas, referencias y guiños, y aunque sólo sea por sus enormes posibilidades como gozosa franquicia, ya merece la pena.

No sólo es mucho mejor que la película de 2000. También es bastante mejor que la gran mayoría de los blockbusters a los que se quiere parecer, siendo, de hecho, en verdad, este su único problema: Que quiere parecerse a otras en lugar de dejarse llevar, no abrazando del todo su condición de divertimento altruista y desenfadado. De ahí la necesidad de una secuela que una vez establecida, ya lo pueda ser.
Wanchope
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6
21 de octubre de 2022
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
La elección de Jaume Collet-Serra como director no deja margen de duda: 'Black Adam' pretende ser una película resultona con la que no de tiempo a aburrirse. Y así es, como la mayoría de las películas de Collet-Serra es una película muy entretenida que vista con buenos ojos, nos puede valer perfectamente. No deja de ser una película de orígenes. Una precuela. Un prólogo de dos horas tan necesario (o innecesario) como uno lo quiera ver. O disfrutar.

Porque, lo dicho, se trata de una película de Jaume Collet-Serra. Alguien que ha hecho carrera a la sombra de Liam Neeson, y cuyo cine no se caracteriza por lo refinado o lo inteligente. Para nada. El cineasta es al cine lo que McDonald's a la cocina, un cliché en cualquier caso muy acertado. Lo mismo se puede decir de 'Black Adam' respecto al cine, otra superproducción protagonizada por Dwayne Johnson abandonada al noble arte del entretenimiento.

Y entretiene aunque no sorprenda. Y mola, lo justo, lo habitual, aunque no sea molona sin dejar de pretender serlo. Y ahí, sobre esa fina capa en donde el pie con el que nos hayamos levantado de la cama puede suponer una gran diferencia, se mueve está película que no crea afición pero que saciará al que si la tenga y se acerque a ella sin ambición. No es una obra con la personalidad de 'The Batman', ni con el recochineo lúdico de 'El escuadrón suicida'.

Tampoco es '¡Shazam!' aunque se le parezca no por casualidad, siendo un acercamiento algo más oscuro, ambiguo y violento de lo habitual. Pero no mucho: No deja de ser una producción comercial de gran presupuesto cuya turbiedad está a la sombra de 'Joker'. O de cualquier Joker. Y sigue siendo una producción de DC marcada aunque sea de lejos, muy de lejos por el semblante serio que impuso Christopher Nolan y que luego Zack Snyder hizo suyo.

Sea como fuere, 'Black Adam' es una producción que cumple, aunque sea con lo mínimo y básico que se propone y cabe exigirle.

Sin alardes ni florituras. A lo Collet-Serra. Es entretenida pero genérica, distraída pero olvidable. Le pesan las regrabaciones y un ligero exceso de seriedad; la falta algún elemento memorable o diferencial; y abusa de un buen CGI al que entre la realización y el montaje le hacen un flaco favor. Esto es, los pros y contras habituales de un género demasiado acostumbrado a usar sólo el envoltorio para llamar la atención. A lo evidente y acomodado.

A darle demasiado menudo la razón a gente como Alan Moore y Martin Scorsese, le pese a quien le pese.
Wanchope
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