Ana (Carmen Maura) es una mujer que va camino de los cincuenta años y que ve en qué se ha convertido su vida. Su marido Félix (Manuel Manquiña) idealista roquero cuando se casó, es ahora un mediocre empleado de una agencia de viajes. Su hija (Duna Jové) es una adolescente desmadrada y ella ha sucumbido a la rutina.

Todo esto sería normal si no fuera porque cuando Ana se queda sola, su cabeza comienza a soñar, a imaginar una vida diferente a la que lleva. Porque Ana tiene dos vidas, la real y la que desea, la que sólo existe en su pensamiento, en sus sueños.

Hasta que se le presenta la ocasión de revivir uno de sus sueños juveniles: viajar a París y buscar a Pierre (Thierry Lhermitte) el que fue su primer amor. Desde siempre ha soñado con ese amor romántico y alimenta sus días con el recuerdo de Pierre. Pero, en realidad, de aquello sólo le quedan las clases que recibe de francés y el sabor del vichisuás.

Cuando le surge la oportunidad de viajar, Ana acepta una oferta laboral que la lleva a París. Allí un simpático florista (Alex Brendemühl) la ayudará ¿desinteresadamente? a reencontrarse con un amor de adolescencia. Ana no lo piensa dos veces y decide hacer lo imposible para convertir su sueño en realidad.

Ana es la típica mujer madura que quiere volver a sentir la pasión y el deseo con alguien que no sea su marido. Algo que la falta para ser completamente feliz, ese despertar del que nos habla el poeta. Muchos de los sueños de Ana han sido creados a partir de los recuerdos.

Carmen Maura acaba por ser, una vez más, lo mejor de la película.

La película ganó el premio Goya como mejor opera prima, además mejor actriz de reparto (Elvira Mínguez) y mejor director novel (José Corbacho y Juan Cruz), además de otras distinciones en festivales de cine en que participo.

Las tapas aludidas en el título se refieren al clásico plato español que en realidad son muchos platos pequeños, pero también es "la actitud de los personajes que intentan tapar parte de sus vidas, ocultar pequeñas particularidades de su vida. Hay humor y ternura, pero no es ni comedia ni drama.

La película gira en torno de un bar (que existe en la vida real) y de las calles del barrio por donde se cruzan. Lolo (Ángel de Andrés López), el dueño del bar; Raquel (Elvira Mínguez) una cuarentona algo desilusionada de la vida; los entrañables ancianos Conchi (María Galiana ) y Mariano (Alberto de Mendoza); César (Rubén Ochandiano) y Opo (Darío Paso) dos empleados de supermercado, amigos y compinches) y Mao (Alberto Jo Lee), un cocinero chino, entre otros, con sus amores y desamores, encuentros y desencuentros.

Una historia urbana, con humor irónico y ternura camuflada. Lo consigue todo: la risa, el llanto y la emoción. Los diálogos entre el dueño del bar y el cocinero chino no tienen precio, la relación entre la cuarentona y el joven empleado del supermercado es muy particular. Vivimos en un mundo donde la gente va de un lado a otro y se mezcla todo el tiempo, a pesar de que a algunos no les guste.

Son veteranas estrellas del cine, que se reúnen en esta histórica comedia para tratar los peligros de la jubilación.

Esta es la historia de tres veteranos de guerra, Burt Reynolds de 72 años (Sam LeFleur), Robert Loggia de 78 años (Carl Campobasso) y Charles Durning de 85 años (Eddie O'Brien), viven en una comunidad de retiro de casas rodantes de clase media en las afueras de Arizona. Tienen como centro de atención a una atractiva vecina ex-corista de Las Vegas, Christine DeLee (Raquel Welch de 68 años).

Se encuentran accidentalmente con $4, 000, 000, la fortuna de un mafioso robado por su sobrino que está en el programa de protección de testigos. Entonces comienzan a vivir la gran vida, sin saber que la mafia y el FBI están detrás de ese dinero. Sin darse cuenta entran directamente al mundo del crimen organizado.

Ahora su agradable y tranquila comunidad está a punto de convertirse en un campo de batalla entre vecinos, agentes federales, criminales de todo tipo y tres envejecientes que pensaron que estaban en su día de suerte.

Esta comedia ganó el premio a la mejor película en el Festival de Cine Internacional de Nueva Jersey.

Enaltecer las virtudes de la vejez; ese es el objetivo de "Conversaciones con mamá". Se trata de una película que pretende enaltecer las virtudes de la ancianidad, apuntando a una sociedad que por lo general ignora que en la sencillez de su sabiduría está la profundidad de la vida misma", es básicamente sobre la falta de comprensión y amor al que son sometidos los ancianos.

La vejez es una etapa de la vida en la que la experiencia llega a su grado superlativo. Las sociedades que condenan a sus viejos al olvido y al abandono, pierden la posibilidad de rescatar algo determinante para su existencia como la memoria y algo imprescindible para afrontar las vicisitudes propias del acontecer de las sociedades, como la sabiduría.
Explora la relación entre una madre y su hijo. Comedia con las actuaciones de China Zorrilla, Eduardo Blanco y Ulises Dumont, entre otros.

El argumento es simple pero con muchísimo contenido:
Madre e hijo viven en mundos muy diferentes. Jaime tiene mujer, dos hijos, una hermosa casa, dos autos y una suegra que atender. Mama se las arregla sola y sobrelleva su vejez con la misma dignidad con que ha llevado toda su vida. Pero un día ocurre lo inesperado; la empresa para la que trabaja Jaime lo deja en la calle por razones de ajuste. La lamentable situación lo lleva a decisiones drásticas porque los números enfrentados a su tren de vida no le cierran.

Jaime y su mujer, Dorita, son los dueños del departamento donde vive Mama. Jaime se da cuenta que no le queda alternativa: tiene una hipoteca sobre su casa, el pago atrasado al colegio privado de los hijos, las tarjetas de crédito sin cubrir, etc. Cuando Jaime va al departamento para decirle a su madre que no tiene mas remedio que venderlo, sucede algo que desmorona todas sus expectativas y que va a producirle un cambio radical en su existencia: Mama tiene un novio, con quien acaba de formalizar y con quien piensa quedarse a vivir en su departamento cueste lo que cueste y caiga quien caiga.

Muchísimo humor, exceso de emociones y sentimientos.

Sylvester Stallone, un astro de cine en picada que no piensa tirar la toalla, aunque hasta sus más leales fanáticos se ruboricen al verle darlo todo en pantalla sin demasiado éxito. "Avenging Angelo" es una comedia de acción sin excesivos alardes de ingenio que cuenta con escaso brillo. Salvo la participación de Anthony Quinn en la última película de su agitada filmografía, antes de morir el 3 de junio de 2001 a los 86 años víctima de un cáncer de garganta y de complicaciones respiratorias causadas por una neumonía.

Anthony Quinn interpreta a un capo mafioso, Angelo Allieghieri, que al ver cada vez más cerca el día de su muerte, decide grabar sus confesiones con una cámara de vídeo. Su guardaespaldas y hombre de confianza, Frankie Delano, interpretado por Sylvester Stallone, se encarga de grabar las declaraciones filosóficas de su jefe, que finalmente perderá la vida en un ajuste de cuentas con un restaurante como inevitable escenario del crimen.

Antes de expirar, el viejo gángster confiesa que tiene una hija perdida por el mundo, que un día cedió en adopción para que nunca corriera peligro. Sin embargo, las familias rivales, entre ellas los terribles Malatesta, no parecen cesar en su empeño de borrar toda huella de Angelo Allieghieri, incluida su perdida primogénita, Madeleine Stowe. La única persona que puede encontrarla y protegerla es, por supuesto, el bueno de Frankie. Stallone deberá cuidar de Jennifer Barrett (Madeleine Stowe). La mujer, ya mayorcita desconoce la historia de su verdadero padre y su existencia no pasa precisamente por un camino de rosas. Acaba de descubrir que su marido le engaña y peor aun una tormenta de tiros está por llegar.

Los momentos de acción son contados, la trama juega con temas siempre atractivos, como el amor, la nostalgia y la venganza. Como dato curioso, cabe señalar que la actriz Madeleine Stowe ya había trabajado en la pantalla grande con Anthony Quinn en el "thriller" romántico "Revenge" (1990) donde encarnaba a su amante. En esta ocasión, se ha introducido en el rol de su hija, mientras logra atrapar los sentimientos de su protector, un papel al servicio de un inspirado Stallone, que logra lucirse en algún momento cómico y reírse de sí mismo, ante la sorpresa de sus máximos detractores.