Cuando vemos películas ya sea solos, acompañados, en el cine o en casa, siempre buscamos que lo que estamos viendo nos marque, ya sea algo terrorífico que nos deje mal cuerpo, o una de risa que nos alegre el día, o incluso en esos días lluviosos los cuales estamos solos y nos apetece llorar con una romántica. Pero... ¿cómo reaccionar frente a algo tan brutal, tan extremo como una snuff movie? que sentimientos provocaría el visionar una cinta que contiene una muerte real... Ahora podrás saberlo.

Tom es un hombre de familia, al cual le gusta usar su tiempo para estar con su mujer y su pequeña hija. Pero Dan, su mejor amigo y compañero cinéfilo también que pasar tiempo con Tom, para ello montan tardes de cine y cervezas, y así pasar un rato agradable. Todo iba perfecto hasta que Dan recibe en su buzón una película un tanto especial. Tras verla las vidas de los dos amigos nunca volverán a ser igual.

Director, guionista, productor y encargado de la edición de Gut, el director norteamericano, Elias, ha sido el responsable de sacar adelante su propio proyecto. Un film que toca un tema tan espeluznante como las snuff movies. Y como el visionar este tipo de contenidos puede afectar a las personas. El film está realmente bien rodado y su contenido es muy crudo. Aunque sufre bastante en cuanto a ritmo, pese a su duración de escasa hora y media, realmente todo avanza lentamente y no es hasta sus 10 minutos finales donde explosiona todo y llega un final bastante bueno y elaborado. Pero no sé si realmente vale la pena aguantar el resto de metraje para un final, aunque bueno, bastante previsible.

Aunque he dicho que su ritmo es bastante soporífero hay que reconocer la labor de Chad Bernhard, elaborando una música genial, que pone en tensión al espectador en los momentos claves. Por otra parte mencionar que los efectos de maquillaje en algunos momentos chirrían, aunque hay que tener en cuenta que estamos visionando una película indie, la cual tampoco está rodada con gran presupuesto.

Gut no es una gran película, lo que sí que tiene es una trama bastante controvertida al tocar un tema bastante delicado. Lo hace con elegancia pero la formula no acaba de funcionar. Curioso sin más, sólo recomendable para personas sin pudor y esos morbosos que les gusta ver sufrir a los demás sentados en el cómodo sofá de casa.

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Un par de asesinos profesionales deben cumplir la simple misión de liquidar a un sujeto que se interpone en los planes de su jefe. Todo se complica cuando descubren que ese sencillo trabajo tiene cabos sueltos, un pentagrama en mitad del cobertizo... un sacrificio humano... Fuerzas que escapan a su entendimiento están a punto de desatarse.

Segundo largo del director Sean Hogan, el cual también es responsable de su guión. Nos presenta un thriller muy oscuro con tintes paranormales, que a priori es una excelente idea. Pero a medida que avanza el metraje se va diluyendo en un aburrido sinsentido. Para acabar con un final realmente horroroso.

Cuando un film sólo goza de dos o tres protagonistas, es en estos donde recae todo el peso de la película, y cuando esto falla, es que tenemos un gran problema. En The Devil's Business pasa esto mismo, sus protagonistas no tienen carisma alguno, no tienen gancho y su antagonista es más de lo mismo. Y aunque es cierto que las interpretaciones de todos ellos son correctas, no provocan ningún interés en el espectador, son personajes totalmente planos. Podríamos hablar de su guión, el cual no se aguanta por ningún lado, el protagonista, un experimentado asesino actúa como una quinceañera desvalida y los giros de guión son si mas no esperpénticos y carentes totalmente de sentido.

Como nota positiva destacar la música, compuesta por Justin Greaves, realmente notable y acompaña muy bien a los momentos de tensión en el film. No acabar sin mencionar a Nicola Marsh, director de fotografía y que juega magníficamente con las luces interiores del gran caserón donde pasa la mayoría de la acción. Realmente ayuda mucho a crear esa atmosfera de temor e inquietud.

Fallida mezcla de géneros, donde todo empieza como un thriller y acaba convirtiéndose en una cinta pseudosatánica sin un propósito claro, más que confundir al espectador. Tras haber participado con un buen segmento en la película Little Deaths, Sean Hogan presenta su nuevo y fallido film de terror The Devil's Business. Sólo recomendable como película curiosa por su mezcla de géneros, la cual recuerda en algunos momentos a The House of the Devil de Ti West.

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Para la gran mayoría de nosotros, las navidades son unas fechas que significan felicidad, grandes reuniones familiares y regalos. Pero en la otra cara de la moneda hay alguien que esas fechas significan muerte, caos y fatalidad. Hablamos de los árboles de navidad. Si esos amiguitos que todo el mundo los quiere tener en casa para decorarlos y colocar a sus pies esos magníficos regalos. Pero para llegar hasta ese momento, esos pequeños arboles han tenido que sufrir mucho. Arrancados de sus hogares, separados de sus familias... ¡Hasta ahora! ¡Ha llegado el momento de la venganza! Levantaos arboles del mundo y tomad venganza contra esos seres humanos sin escrúpulos.

Un grupo de leñadores talan y maltratan los abetos, los cuales en breve podremos disfrutar estas fiestas de navidad en nuestras casas. Pero estos simpáticos y carismáticos arboles están artos de ese maltrato indiscriminado que sufren año tras año. Es el momento de la venganza.

Posiblemente muchos conozcáis a Jason Eisener, por su trailer falso incluido en la sesión Grindhouse de Tarantino y Robert Rodríguez. O por lo que más tarde se transformaría en su exitosa película Hobo with a Shotgun. Pero antes de todo eso el director canadiense ya había realizado otros trabajos. Treevenge es uno de ellos, un excelente corto lleno de gore y mucha mala leche, todos los ingredientes que ya son firma propia del director. Este corto, el cual está dirigido, editado y co-escrito por el mismo Jason Eisener, es una verdadera delicia el trabajo de este. Su apoteósico final sin duda recuerda mucho al excelente final de Braindead.

Uno de los grandes detalles que gustan y llaman la atención es el uso del tema compuesto por Michael Holm, Liebesthema. El cual usa en los títulos de inicio tanto en Hobo como en Treevenge. Otorgando así ese aire tan retro y casposo que parece gustarle tanto al director.

Imprescindible cortometraje que hará las delicias de todos los amantes del gore. ¿Estáis preparados para pasar un buen rato? Poneros chubasquero porque la sangre salpica.

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El tercer trabajo de Pascal Laugier, sin duda es, su obra más personal e intimista. El director francés huye del encasillamiento y los tópicos, para ofrecer una película que agrupa de forma deliberada varios géneros y obtiene una combinación brillante a la vez que sorprendente. Es difícil realizar una propuesta convincente después de ser el responsable de una cinta tan impactante como lo ha sido Martyrs. En El Hombre de las Sombras, titulo para la versión doblada al castellano, Laugier ofrece una producción difícil de catalogar, donde hay terror, suspense e incluso drama y donde se ha primado también, la calidad técnica y el oficio por encima de todo.

El inquietante argumento brilla en la mayoría de sus aspectos. Las situaciones quedan bien concluidas, los cabos sueltos no existen, es interesante y consigue mantener la expectación hasta el final. Además procura varios giros inesperados, marca de la casa, que no dejarán indiferente a nadie. Por otra parte las excelentes interpretaciones de la mayor parte del elenco, hacen de la propuesta una obra de referencia. Jessica Biel realiza una labor emotiva y convincente, está a la altura de las circunstancias y desempeña su mejor papel visto hasta la fecha. También Jodelle Ferland, que ya viéramos en Silent Hill, demuestra unas dotes interpretativas de destacada profundidad psicológica.

En el apartado técnico, cabe reseñar una soberbia fotografía firmada por Kamal Derkaoui, donde se observa toda la crudeza necesaria para reflejar la historia del hombre del saco, sin caer en lo cómico. La atmosfera tan cargada y las localizaciones en los alrededores de Seattle, contribuyen a recrear ese efecto de desasosiego. Del mismo modo la turbadora banda sonora surgida de Jell Danna, incrementa aun más esa sensación opresiva. Aunque, lo más llamativo de este apartado es el ritmo narrativo que establece Laugier. En ocasiones sosegado y vertiginoso en otras, todo según la ocasión lo requiera.

Cold Rock es una población deprimida situada en las afueras de Seattle. La mayor parte de sus habitantes son bebedores habituales sin ningún tipo de futuro. Desde hace tiempo, los niños del pueblo desaparecen sin dejar rastro alguno y traen de cabeza a las fuerzas policiales del lugar, al no conseguir ninguna pista. Por este motivo la leyenda sobrenatural de The Tall Man está más viva que nunca.

Para los que anhelen una película tipo Martyrs o Alta Tensión probablemente quedarán desilusionados, pues no es un film de terror francés al uso. Sin embargo, es evidente que el trabajo de Laugier es admirable. Los planos, la generación de ambientes, las sombras y el clima. Todo el conjunto está premeditado para contar lo que piensa el director, tal y como lo pretende. Recomendable para cualquier seguidor del buen cine de suspense.

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El remake de aquella película dirigida por Charles E. Sellier llamada Silent Night, Deadly Night, que nos aterrorizó a todos en los ochenta e hizo que ya no volviéramos a ver a Papá Noel de la misma forma, llega estas fiestas para hacernos revivir aquellos pavores adolescentes. Otra cosa distinta es que lo consiga. Cierto es que, para realizar el típico slasher de siempre no es necesario un gran argumento o unas interpretaciones maravillosas. Sólo se necesitan grandes dosis de humor macabro, junto a unas aniquilaciones espectaculares. En Silent Night no vamos a ver, ni lo uno ni lo otro.

Ahora Steven C. Miller toma las riendas del proyecto e intenta no desentonar demasiado, sin llegar a ofrecer nada nuevo. La producción no destaca en ninguno de sus apartados aunque, para ser justos, tampoco es lo peor que se haya hecho dentro del género. El argumento es flojo y previsible, los diálogos torpes y cargados de tópicos y la historia se vuelve más insulsa a medida que se acerca su conclusión. En un slasher, esto se podría pasar por alto si al menos las escenas de acción, estuvieran abarrotadas de divertidas formas de acabar con la vida ajena. Tampoco es el caso. Las secuencias que deberían ser más escalofriantes, no pasan de la simple corrección y los efectos especiales sin llegar a desmerecer, tampoco escapan a la simple mediocridad.

Sin duda, lo mejor de Silent Night es un reparto bien nutrido de actores de primera línea. Contar con la figura de Malcom McDowell es un argumento de peso. Aquí, el protagonista de La Naranja Mecánica (1971), interpreta al sheriff Cooper, personaje repleto de estereotipos al que Malcom apenas puede otorgar algo de vida. También Jaime King, una experimentada actriz con una dilatada experiencia en películas de los géneros más diversos como, Pearl Harbour (2001), Sin City (2005) o The Spirit (2008). Sin duda, es la que tiene un papel más agradecido y la que mejor sabe aprovecharlo.

Un pequeño pueblo del interior de los Estados Unidos se prepara para recibir la llegada de la Navidad. De repente, comienzan a suceder brutales asesinatos en los cuales, siempre está implicado un enorme Santa Claus con cara de pocos amigos. La policía local deberá solucionar el caso en unas fechas donde la población está plagada de gente disfrazada de Papá Noel.

Innecesaria película donde la mediocridad es la tónica general. No es el peor slasher que se haya hecho, pero a estas alturas y en un género tan explotado, es necesario aportar algo más. Lo único rescatable es la presencia de un notable elenco de actores que otorga cierta notoriedad a la producción. Sólo recomendable para los seguidores más empedernidos del Santa asesino.

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