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España España · Santa Coloma de Gramenet
Críticas de Chacal
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Críticas 143
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
13 de enero de 2017
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El kaiju eiga, el cine de monstruos japoneses, era una realidad desde la última entrega de Godzilla en 1955, y se pudieron ver cómo decenas de imitaciones asaltaban los cines japoneses, con mayor o menor gloria. El cine japonés dejó obras maestras de la ciencia ficción como Mothra (1961) y Los hijos del volcán (1956) o films más discretos como Varan, the unbelievable (1958), la mayoría dirigidas por Ishiro Honda y todas producidas por la Toho. Incluso los ingleses quisieron hacer su particular versión de Godzilla con la pasable Gorgo (1961).
La Toho tuvo la oportunidad única de comprar los derechos del mítico personaje de King Kong durante los 60 y por motivos que explicaré más adelante la desaprovecharon. Inicialmente este proyecto era una idea soñada por Willis O'Brien llamada King Kong vs Prometheo en la que el simio se enfrentaba a una especie de monstruo de Frankenstein agigantado. El proyecto fue pasando de estudio en estudio sin ningún éxito. La única que parecía interesada por el proyecto resultó ser la Toho, pero más tarde acordaron con la RKO que el enemigo con el que se enfrentaría King Kong sería Godzilla. Willis O' Brien, ilusionado, no tardó en realizar diseños de las bestias y enviárselas a la Toho, quienes ningún caso hicieron al pionero de los efectos especiales. El film iba a tomar otros caminos.
Una expedición científica organizada por Mr. Tako, presidente de una firma de productos farmacéuticos, viaja a la isla Farou para recoger bayas rojas con fuertes poderes somníferos. En la isla los miembros de la expedición descubrirán un gorila de enormes dimensiones que acabarán llevándose a Tokyo. El gigantesco simio será utilizado después por las autoridades para detener a Godzilla, liberada después de la explosión del iceberg que la mantenía prisionera, con un apoteósica lucha final en el Monte Fuji.
A pesar del enorme éxito que tuvo no sólo en Japón sino en el resto del mundo, King Kong contra Godzilla no es la obra definitiva de la ciencia ficción como tendría que haber sido. Supongo que Ishiro Honda estaba cansado de la seriedad que siempre tenían los kaiju eiga y quiso divertirse haciendo una parodia del género, lo que fue todo un error. El personaje de Godzilla antaño era una figura que infundía terror y era una parábola de la guerra atómica, mientras que King Kong era un personaje que desprendía poesía. La seriedad que se le podría dar al film se difumina para convertirse en un espectáculo kitsch, una comedia freak divertidísima, eso si.
El color no sienta nada bien a Godzilla ya que se nota más que nunca que los monstruos son hombres disfrazados y ni intentan disimularlo, al igual que los tanques y aviones utilizados, los cuales se notan a la legua que son juguetes.
Las maquetas y las escenas de destrucción tampoco son demasiado espectaculares. El aspecto ridículo y absolutamente risible de King Kong no mejora las cosas, y para colmo, la gran batalla entre los dos monstruos tampoco es demasiado remarcable, ya que se acerca mucho más a las batallas de lucha libre de la etapa de decadencia del personaje en los 70 con patadas voladoras y golpes de boxeo.
No obstante, estamos ante un film muy entrañable y en definitiva mítico, que gracias al gran talento de Honda se hace disfrutable y divertidísimo. Tras tanta imitación, Godzilla ya no funcionaba como parábola de la guerra atómica, eran otros tiempos, así que la serie deriva en un espectáculo de color con batallas colosales, un tono que la franquicia nunca abandonaría. El problema con King Kong contra Godzilla es que se plantea como una parodia y en ese sentido resulta divertida y medianamente acertada el problema es que ese tono paródico ha acabado con jugarle en su contra ya que las futuras producciones Kaiju y demás entregas de Godzilla acabaron convirtiendo precisamente en esto, un festival imposible de luchas de sumo monstruosas e infantiles.
Varias curiosidades; en su estreno japonés la gente vitoreaba a Godzilla y abucheaba a King Kong, ya que para ellos era símbolo del poder americano. Si alguien le parece extraño que King Kong se alimente de la electricidad, eso es porque inicialmente no era King Kong el oponente pensado para Godzilla, sino una versión colosal del monstruo de Frankenstein. Finalmente se abandonó esta idea, pero se recuperó parcialmente en la notable Frankenstein conquers the world (1965).
Mucho se ha hablado de que hay varios finales diferentes; un final japonés con Godzilla venciendo y un final internacional que da la victoria a King Kong. En realidad, no existen dos finales del mismo film, tanto en el montaje japonés como en el americano el final es el mismo y acaba perdiendo... lo tendréis que descubrir vosotros mismos.
Los americanos, como de costumbre, hicieron su propia versión del film introduciendo veinte minutos de escenas con actores totalmente inexpresivos y acartonados en decorados patéticos y recitando diálogos ridículos dónde únicamente narran lo que está pasando. Se recortó metraje japonés, lo que hizo que se perdiera el rápido ritmo que le había imprimido Honda al original.
Impagable cuando el actor americano describe a Godzilla con un libro infantil de dinosaurios. Desgraciadamente ésta es la versión que se estrenó en todos lados. La versión original japonesa es difícil de encontrar por internet e imposible de encontrar en dvd fuera de Japón pero vale la pena visionarla.
King Kong contra Godzilla fue un éxito sin precedentes en Japón y la entrega más taquillera de la serie Godzilla, consiguiendo llevar al cine a más de 11 millones de espectadores. Se reestrenó en 1970 y 1977 consiguiendo un mayor éxito si cabe con 13 millones de espectadores, además de su gran éxito internacional siendo uno de los films japoneses más populares de todos los tiempos. Por si fuera poco junto a Titanic es uno de los VHS más alquilados de la historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chacal
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6
13 de enero de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El éxito en Japón del primer Godzilla fue impresionante, más de 9 millones de espectadores vieron el film, superando incluso a "Los Siete Samuráis" de Akira Kurosawa, así que por supuesto, la secuela no se hizo esperar. Cinco meses después del estreno del primer film, "Godzilla Contraataca" irrumpía las pantallas, esta vez sin Ishiro Honda detrás de las cámaras, el cual no pudo ocuparse del proyecto por problemas de agenda; en su lugar, el desconocido Motoyoshi Oda se hizo con la dirección. Estas prisas en la producción del film se notaron y mucho en el montaje final, haciendo un film fantástico y muy entretenido en sus primeros 45 minutos, e insoportable en sus 40 minutos restantes.
La historia se inicia con el descubrimiento en una isla de un nuevo Godzilla luchando contra otro monstruo gigante, Anguirus. La batalla entre los dos monstruos llegará hasta la ciudad de Osaka.
Siguiendo las influencias de films clásicos como "King Kong" (1933) o "El mundo perdido" (1925) y sus famosas escenas de batalla entre seres colosales, se añade un elemento que acabaría siendo imprescindible en el futuro del kaiju-eiga como es introducir una batalla colosal entre dos monstruos gigantes mientras destrozan los detallados decorados de las ciudades japonesas. Aquí, el primer enemigo de Godzilla es el citado Anguirus, una especie de dinosaurio cuadrúpedo similar al anquilosaurio pero con una coraza llena de pinchos (dicho monstruo aparecería en futuras entregas de la saga aunque esta vez como aliado del saurio).
A pesar de tener un inicio muy prometedor, el film tiene unos problemas muy graves de ritmo. En su primera mitad todo está muy conseguido: la tensión, la acción, las apariciones de los monstruos son fantásticas, los efectos especiales brillan en muchos momentos...pero una vez Godzilla (no hay explicación alguna sobre el por qué regresa si su cuerpo fue reducido a la nada en la anterior. Regresa y punto) deja fuera de combate a Anguirus, tenemos que aguantar más de media hora de diálogos aburridos entre unos personajes que no nos importan nada y sin chispa hasta llegar a su aceptable final, en el que acorralan a Godzilla en una isla de hielo y ahí lo sepultan entre la nieve. El único personaje que repite de la anterior entrega es el profesor Yamane, interpretado por Takashi Shimura, el cual aparece 5 minutos con cierto aire paródico para intentar aclarar la inexplicable aparición de este segundo Godzilla con un gracioso aire de superioridad: “Ya sabía yo que aparecería otro Godzilla”.
Los efectos especiales, obra otra vez de Eiji Tsuburaya, tienen momentos geniales en las secuencias de destrucción de Osaka y especialmente las batallas entre los monstruos realizados a cámara rápida (según dicen por un error técnico aunque como les gustó el resultado lo dejaron tal y como está), dando un resultado quizás algo ridículo vistos hoy en día pero realista al mostrar a los monstruos como animales rabiosos. La batalla en plena ciudad entre Godzilla y Anguirus es sin duda, la mejor escena del film.
Así, el film contiene imágenes con mucha fuerza aprovechando el, otra vez, siniestro blanco y negro, como esa escena en la que un personaje mira por la ventana hacia la ciudad y ve un hongo atómico o la fantástica batalla contra Anguirus que decía antes. También, a pesar de que resultan hasta cierto punto insoportables, los últimos 40 minutos del film pueden acabar siendo interesantes ya que retratan la reconstrucción de una ciudad y el volver a empezar tras la destrucción por parte de los personajes, rodados de una forma esperanzadora de cara al espectador japonés, que aún sufría las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial (otra cosa es que estos momentos resultan aburridos).
El film repitió éxito en Japón, con 8.340.000 espectadores, y para su venta internacional, al igual que pasó con la anterior, se realizó un horroroso remontaje americano. Se tituló "Gigantis, the fire monster", bautizando a Godzilla como Gigantis. Haciendo un doblaje tremendamente ridículo y cómico, se le añadió una innecesaria e insoportable voz en off, stock shots de films de serie Z como "Robot Monster" e incomprensibles escenas de misiles en los créditos iniciales, además se eliminó la banda sonora original sustituyéndola por música de otros films de ciencia ficción. Por supuesto el engendro recibió pésimas críticas.
Godzilla Contraataca es una película curiosa aunque no excesivamente destacable, entretenida en su primera mitad pero fallida en el resto. Las prisas le hicieron mucho daño a este film. El saurio radiactivo no volvería a las pantallas hasta 1962 con el clásico "King Kong contra Godzilla".

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
Chacal
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9
13 de agosto de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguimos analizando la saga Godzilla y esta vez nos adentramos en uno de los films más míticos de la saga: Godzilla contra los monstruos (1964). Tras el exitazo a nivel mundial de King Kong contra Godzilla (1962), los ejecutivos de la Toho dieron con la clave sobre qué es lo que había que hacer con el personaje de Godzilla: convertirlo en un entretenimiento juvenil muy colorido y repleto de batallas colosales entre monstruos. Fue a partir de entonces, en estos primeros 60, cuando Godzilla se convirtió en un icono de la cultura pop y de lo kitsch. Su éxito animó a que empezaran a salir imitaciones japonesas por todas partes, desde los films de Gamera a la magnifica trilogía del Daimajin, hasta series Z como Gappa, el monstruo que amenaza el mundo (1967) o The X from outer space (1968). Incluso tuvimos un Godzilla surcoreano, Yonggary, el monstruo del abismo (1967) y norcoreano, Pulgasari (1985) (pero eso es otra historia).
A finales de los 50 aparecieron varios kaiju como Rodan o Mothra, pero la expansión del género llegaría en la década de los 60. Tanta sobre exposición kaiju y los bajos presupuestos de dichas imitaciones provocaron una rápida decadencia e infantilización del género. Pero antes de eso, se hicieron varias películas muy cuidadas y entretenidas como la que hoy nos ocupa y en donde se decidió volver a enfrentar a Godzilla (en su cuarta entrega) contra otro monstruo ya conocido por el público. Tras barajar varias opciones (¡¡¡¡había un proyecto de enfrentarlo al Batman de Adam West!!!!) finalmente el nuevo enemigo a batir sería Mothra, la polilla gigante, protagonista de uno de las cintas más destacadas de Ishiro Honda, Mothra (1961).

El resultado fue sin duda, un magnifico ejemplo de cine fantástico perfectamente a la altura del primer Godzilla, donde se recupera la seriedad de aquella pero otorgando poesía, terror, espectáculo y entretenimiento puro.
El film comienza con el descubrimiento de un huevo gigante en una playa. Unos hombres de negocios lo compran para hacer un parque de atracciones y así ganar dinero pero aparecen unas diminutas gemelas que dicen ser las guardianas de Mothra y que tienen que devolver el huevo a su lugar de origen. De repente reaparece Godzilla y comienza a destruirlo todo a su paso.
Sin duda nos encontramos ante la mejor y la más sólida de todas las películas de la etapa clásica de la saga. Aquí se recupera el tono serio y dramático de Japón bajo el terror del monstruo (1954) pero añadiendo las nuevas coordenadas de la serie con el obligatorio enfrentamiento entre monstruos.

Esta vez el color y el cinemascope es utilizado al máximo de sus posibilidades, creando bellos paisajes y panorámicas. Los efectos especiales además están mucho más cuidados que la anterior entrega. Los momentos de destrucción son sobrecogedores, con un Godzilla avanzando lentamente por Tokyo, incidiendo en el gran tamaño del monstruo respecto a la multitud aterrada y acompañado de la inolvidable música de Akira Ifukube. Mothra es un prodigio de los efectos especiales (de la época). Hasta la llegada de los efectos digitales a la saga no se volvería a ver una Mothra tan realista. La batalla entre los dos monstruos es magnífica, dramática y por fin es coreografiada de una forma realista, retratando a los monstruos como lo que son, animales luchando entre sí y no como hombres disfrazados.
Las connotaciones de la batalla entre las dos bestias, para el público japonés, iba más allá que estar viendo a dos hombres disfrazados dándose de leches. Lo que el público japonés estaba viendo y de ahí la perdurabilidad de esta entrega frente a otras era un enfrentamiento entre la encarnación de la bomba atómica, de los errores humanos, el mal y la destrucción del hombre moderno (en el caso de Godzilla) contra una divinidad que representa el poder de la naturaleza, la bondad y el equilibrio del mundo (en el caso de la mariposa Mothra). Dentro de las creencias del pueblo japonés, en el que la naturaleza (repleto de dioses) para ellos es la que decide el orden de nuestro mundo y al cual hay que tener eterno respeto, este enfrentamiento es más decisivo que nunca.

La saga aún estaba orientada a un sector juvenil/adulto, así que hay alguna que otra escena violenta. Se vuelve a tratar el tema sobre el uso de las armas atómicas y sus consecuencias, lo que sin duda es de agradecer. Si hay algo que decir en contra del film es lo llano de algunos personajes, como los malvados de la historia (muy naif) y que a fin de cuentas, es un más de lo mismo, hecho con más seriedad, con soluciones de guión más elaboradas y un mayor énfasis en lo épico, pero más de lo mismo.
De todas formas, Godzilla contra los monstruos (1964) es un film irresistiblemte entretenido, épico, espectacular y con un guión y unos efectos especiales mucho más cuidados de lo habitual. Una cinta que destila magia. El film resultó ser otro gran éxito para la Toho con 7,2 millones de espectadores.
Esta vez la versión americana del film respetó el metraje japonés, a pesar de que incluyeron una escena adicional de Godzilla siendo atacado por unos misiles sorprendentemente bien realizada. La titularon Godzilla vs The thing, en referencia al clásico americano The thing, el enigma del otro mundo (1951).
Y para acabar...¡atención!, este es el último film de la etapa clásica en la que Godzilla es el malo de la película, una razón más para disfrutarla. A partir de la siguiente entrega, el saurio se convertirá en el protector de la humanidad, ya que la Toho pensó que ganaría mucha audiencia infantil si convertía a su monstruo en el bueno, lo que a la larga sería su propia perdición.

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
Chacal
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7
13 de agosto de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impactado me quedé cuando me enteré que Corea del Sur es el primer país del mundo en agresiones sexuales y más impactado aún al saber que hay alrededor de 2700 casos al año de violaciones y agresiones sexuales a menores. Este film sirve cómo denuncia de estos casos en los que la justicia no reprende como debería a estos agresores sexuales debido a un sistema de leyes penoso en este aspecto en los que al cabo de unos meses el agresor puede estar de nuevo en la calle.

Se trata de un film brutalmente intenso en su primera hora de metraje en el que asistimos al vía crucis de la adolescente la cual sufre violaciones, vejaciones y humillaciones por parte de sus compañeros de clase (unos chavales que de verdad dan una rabia tremenda) y la total indiferencia por parte de las autoridades y de esas personas que dicen representar a la ley. Esta primera parte del film está fantásticamente realizada, con buen gusto, un excelente ritmo, fotografía y geniales interpretaciones además de no cortarse un pelo en presentar momentos escalofriantes e impactantes.

Es cuando llega el momento que estamos esperando todos desde el minuto 1 cuando el film baja algo de nivel. La venganza de la madre es ansiada y muy deseada pero por desgracia no resulta del todo satisfactoria ya sea por algunas carencias técnicas pero sobretodo por la falta de atrevimiento del director de no querer llegar a situaciones más extremas. Llamadme sádico pero estos chavales violadores se merecían mucho más, era lo que deseábamos todos y el castigo nos deja parcialmente decepcionados. El final, además, es algo fallido.

No obstante esto el resultado final es muy satisfactorio que no redondo. Al acabar el film quedas hecho polvo e impactado. No recomiendo hacer una doble sesión de ésta película junto a la excelente Silenced (también de agresiones sexuales) porque acabaríais destrozados y vuestra confianza en la justicia hecha añicos.

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
Chacal
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7
9 de agosto de 2013
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que final para una década tan prodigiosa para la ciencia ficción como los 50 ! Con ese título tan estrafalario, Teenagers from outer space es una muestra de un film con un presupuesto inexistente, con unos actores patéticos, diálogos estúpidos y efectos especiales risibles pero que pese a todo consigue ser una obra entretenidísima y entrañable.
El film narra el aterrizaje de un OVNI de otro planeta en la Tierra, de él salen sus pasajeros provenientes de otro planeta que quieren convertir el planeta azul en un campo de cultivo de unas langostas gigantes que ellos utilizan para alimentarse. Uno de ellos se revela y huye a la ciudad.

El responsable de todo este producto fue un hombre a la altura de Ed Wood y cuya vida es aun más surrealista que la propia película, Tom Graeff, un gay alcohólico que sólo dirigió este film para después convencerse de ser la reencarnación de Jesucristo en la tierra para finalmente suicidarse en un hotel. Pese a esto Graeff demostró en este film tener un estilo personal y lograr crear buenos momentos de tensión a pesar de las dificultades presupuestarias. Podemos intuir ciertos elementos autobiográficos del director en el film sobretodo en el protagonista que siente que no encaja en su mundo y se revela aunque al final tiene que aceptar lo que es.
Teenagers from outer space presenta sorpresas en el apartado técnico como esas naves extraterrestres de forma ovalada que están sorprendentemente bien realizadas aunque eso si no nos libramos de ridiculeces como los efectos de la pistola desintegradora de los extraterrestres que deja en los huesos a la gente y en donde se usan esqueletos de plástico con tornillos bien visibles o esa pistola de plástico del todo a cien aunque la guinda se la lleva ese centollo gigante donde se utilizó, por supuesto, un centollo real, el resultado es gloriosamente risible.

El film es fantásticamente entretenido, tiene un muy buen ritmo y no se hace demasiado aburrida lo que es un punto a su favor, la persecución entre los dos extraterrestres se sigue con interés lo que será toda una sorpresa para el aficionado. Eso si, lástima del clímax final en donde en teoría se estrellan todas las naves extraterrestres contra la Tierra, cosas del presupuesto, solamente se ve a los protagonistas gritar y una imagen de archivo de una explosión atómica...Un coitus interruptus en toda regla.
Serie Z pura no apto para todo el mundo pero su visionado se hace divertidísimo.
Chacal
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