Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · BOULOGNE
Críticas de EKELEDUDU
<< 1 10 19 20 21 30 >>
Críticas 150
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
10
7 de abril de 2009
30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se sea o no adicto a Harry Potter, algo que se le debe reconocer a esta película y agradecer entusiastamente a director y guionistas, es el innegable respeto por la obra en que se basa. HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL es una adaptación casi milimétrica del libro homónimo de Joan Rowling. Yo leí el libro luego de ver la película y es la primera vez que uno de los dos no me decepciona. Los cambios que hay son mínimos, y están justificados por la necesidad de resumir o por el deseo de provocar más tensión o emoción, y resultan creíbles en el marco en que se desarrolla la trama.

Diez puntos también por la elección del elenco. Que Harry sea un calco del original literario tal vez no sea una gran hazaña, pero Robbie Coltrane en el papel de Hagrid, Maggie Smith encarnando a la muy estricta Minerva McGonagall y Richard Harris en la piel de Albus Dumbledore, son elecciones que a priori podrían haber resultado menos obvias y, no obstante, hacen pensar que los mismos personajes saltaron de las páginas del libro directamente al celuloide. A mi entender, las palmas se las lleva Alan Rickman, quien da vida al ambiguo Severus Snape.

Naturalmente, por la naturaleza misma del libro, esta película es pródiga en efectos especiales. Me complace decir, sin embargo, que están donde deben estar, no sobra ni uno. Ojalá esta norma fuera seguida más a menudo...
EKELEDUDU
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1
7 de abril de 2009
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son unos cuantos: Bram Stoker, Mary Shelley, Robert Louis Stevenson. Personajes de todos los mentados aparecen en este olvidable filme, mezclados en una ensalada rusa mal sazonada con excesivos y mal usados efectos especiales. El anciano y sabio Doctor Abraham Van Helsing, de DRACULA, se ha convertido aquí en el rejuvenecido Gabriel Van Helsing, quien tras dar muerte a Míster Hyde por cuenta del Vaticano, es enviado a acabar con el más famoso vampiro de todos los tiempos, en cuyo castillo se hallan también, entre otros, el Hombre Lobo y el monstruo de Frankenstein.

Semejante mezcolanza puede sonar chistosa, pero fórmulas similares fueron intentadas antes, exitosamente, en el cine y la literatura, siendo el más conocido ejemplo la saga de Harry Potter, en la que vemos con toda naturalidad (me refiero a los libros) centauros, hombres-lobo, perros de tres cabezas, vampiros, basiliscos y dragones entre muchos otros seres fantásticos, todos mezclados con resultados excelentes. El problema es que Stephen Sommers, como ya lo demostró en LA MOMIA, no sabe distinguir dónde termina la buena fantasía para dejar paso al rotundo e increíble disparate. Porque, ¿cuál es el objeto de la fantasía, sino el de hacernos olvidar por un momento que estamos viendo o leyendo cosas sencillamente imposibles? Pero llega un momento en que la credulidad del espectador o el lector, por elástica que ésta sea, dice "basta". Sommers no tiene esto en cuenta.

Peor todavía, no se entiende demasiado a qué apuntaba al dirigir VAN HELSING. El filme es demasiado ridículo para encasillarlo en el rubro TERROR o AVENTURAS. Todo héroe, para lucirse, precisa de un antagonista a su medida. El Drácula de esta película tiene tanta terrorífica majestad como algunos vendedores de panchos (hot dogs, para los no argentinos) de cualquier plaza de nuestra respectiva ciudad. Tanto él como sus novias pecan del eterno defecto de casi todos los filmes sobre vampiros: los colmillos de un kilómetro de largo que los asemejan más a tigres dientes de sable que a auténticos vampiros. Claro que esto, a estas alturas, ya resulta un simple detalle.
EKELEDUDU
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1
6 de abril de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Apenas puede creerse que estemos hablando del director de la magistral RAZORBACK y de la digna aunque inferior a la antes nombrada HIGHLANDER. ¡Señor, qué caída en picada...y a qué abismos de mediocridad! Se trata de una producción de Hallmark Channel, que ya antes nos atormentara con otras miniseries en las que se metían, entre otros, con el mago Merlín. A esta que ahora nos ocupa, el canal la promocionó con muchos bombos y platillos. Creyendo, ingenuamente, que tenía algo que ver con la historia del célebre descubrimiento, en 1922, de la tumba del Faraón Niño, lo primero que pensé fue que Casper Van Dien ni de lejos daba para el papel de Howard Carter. Claro, pero es que no interpreta a Howard Carter ni mucho menos a Lord Carnarvon, los afamados realizadores del descubrimiento en cuestión. Tenemos aquí una historia fantástica tirada de los pelos y que debe estar haciendo que no sólo Carter y Carnarvon, sino el propio Tutankamón (junto con sus predecesores y sucesores en el trono) se revuelquen en la tumba.

La miniserie es, sí, una maldición; pero no mayor que la que desde hace años viene padeciendo el infortunado Mulcahy. Cómo tras tan prometedor comienzo fue a terminar dirigiendo este bodrio, es un misterio que deja enanos los secretos de la Gran Pirámide y las más delirantes fantasías ocultistas, maldición de Tutankamón incluida.
EKELEDUDU
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
6 de abril de 2009
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que llama la atención en esta película es el acierto en la elección del elenco. En los roles principales tenemos al para mí desconocido Benno Fürmann en el papel de Sigfrido, el legendario héroe de los mitos germanoescandinavos, cuya historia se cuenta aquí desde sus inicios; en tanto que la bellísima y temperamental Kristanna Loken es Brunhilda, la reina de Islandia, en un rol que decididamente no era para nadie más que ella. Creo, en efecto, que ninguna otra actriz en este momento podría, como ella, cortar la respiración al público masculino y a la vez exhibir ese aire intimidante que aquí envuelve a la actriz. A título de curiosidad, digamos que figura también Robert Pattinson en un papel anterior a aquellos que lo hicieron famoso (el de Cedric Diggory en la saga de Harry Potter y el de Edward Cullen en la reciente Crepúsculo), aquí interpretando al príncipe Geiseler.

La adaptación de una saga como la de los Nibelungos decididamente no es tarea fácil. El famoso poema, se sabe, es la versión cristiana de un mito pagano. ¿Cuál versión debía seguirse, la original y menos conocida, o la cristiana, más celebre pero de algún modo también más insulsa? Con gran ecuanimidad se ha optado por un tercer camino, tomando elementos de ambas y fusionándolas en una tercera y nueva versión. Esto es fundamental porque convierte a la historia en una alegoría del cristianismo reemplazando a la antigua religión nórdica. Además, la trama adquiere nueva y más trágica dimensión por esa vía: deja de ser un drama de humanos mortales aunque heroicos para convertirse ni más ni menos que en el mítico Crepúsculo de los Dioses.

Se debe admitir, como dato importante para los devotos de los efectos especiales, que el dragón Fafnir, sin ser el peor reptil legendario recreado en celuloide, tampoco es de los más impresionantes. Cumple, y nada más. Pero en lo personal, prefiero soslayar este detalle atribuible quizás a razones presupuestarias, toda vez que se cumplió amplia e inteligentemente en todos los demás aspectos. EL REINO DEL ANILLO (para Argentina, EL ANILLO DE LOS NIBELUNGOS) es una soberbia creación épica, y uno de los mejores productos recientes vistos en televisión.
EKELEDUDU
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
6 de abril de 2009
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque se lo identifica como un personaje de Shakespeare, no fue él quien inventó a Hamlet, sino que éste proviene de viejas leyendas danesas. Valga la aclaración porque algún espectador podría sentirse tentado de defenestrar esta película por no ceñirse al drama shakespeariano. De todos modos, la historia básica sigue girando en torno a Hamleth (aquí interpretado por Christian Bale, a quien el papel le viene como anillo al dedo), heredero legítimo del trono de Dinamarca, usurpado por su tío Fenge (Gabriel Byrne) tras el crimen que ha convertido a éste a la vez en fratricida y regicida. Es muy interesante la recreación ambiental del filme, que da visos de credibilidad a la historia. En efecto, los reyes daneses no aparecen como uno suele imaginar a los monarcas. Dan la impresión de ser simples granjeros con cierto poder y fama. Tampoco hay magníficos castillos, sino defensas rústicas. En suma, el espectador se siente transportado a tiempos realmente muy antiguos, donde las guerras estaban más cercanas al mero conflicto tribal, y que sin duda habrían sido el escenario de la historia del auténtico Hamleth, caso de que existiera una base real para la leyenda. Este es el principal acierto de este filme, y no el menor. Ojalá el cine norteamericano tomara ejemplo de esta película, pero me temo que la sobriedad nunca será una virtud que abunde en Hollywood.
EKELEDUDU
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 19 20 21 30 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow