Sobredosis de autodestrucción. Sobresaliente protagonista que provoca empacho de mala vida. La historia, aunque no sea nueva, es llevada con emoción al espectador más alocado y con irritabilidad a los más juiciosos.

Hiperrealismo, rudo y delicado. Gaspar Noé nos sumerge entre las distintas líneas de la historias con ideas pulcras e imágenes injuriosas. Quien hable de pornografía no ha visto la cinta entera. La historia de LOVE minimiza tanto las escenas de sexo que cuando acaba el film eres capaz de recomendarle la película a tu profesor de religión.
Sólo orgulloso de tu obra te permites poner tu nombre a personajes de la historia.

Bertolucci, acompañado por David Bowie y su Ragazzo solo, Ragazza sola, consigue hacer palpable el paso a la madurez de un joven poco sociable. Aunque no pase gran cosa durante el largometraje, es imposible no esbozar una sonrisa durante los créditos finales. Como ya es habitual, el director consigue iluminar con magia cada escena claustrofóbica, creando un clima de misteriosa intimidad entre los protagonistas.

La respuesta a esta pregunta la encontraremos buceando en numerosas escenas que Dolan envuelve de un misterio que nos impide pestañear. La sofisticación de los personajes, y unas interpretaciones notables, sólo se ve empañado por la simplicidad de algunos diálogos. Sin embargo, gracias a una gran banda sonora, y a alguna sorpresa que los críticos no podrán achacar al ego del joven director, el sabor de boca que deja "Mommy" en el espectador es equiparable al de su plato favorito.

Viaje de altos vuelos por Broadway. Elegante y atrevido homenaje al teatro no apto para medianías.
Múltiples planos sumergidos en largas secuencias con los que Iñárritu consigue que vayamos andando y riendo de la mano de los protagonistas.
El director nos propone un interesante ejercicio en el que todos debemos dejar de ser los protagonistas de nuestras vidas durante un rato y pasar a dirigirla.