Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de davilochi
<< 1 10 11 12 20 55 >>
Críticas 273
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
10
10 de mayo de 2011
67 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni qué decir tiene que "Europa" es una de las mejores reflexiones cinematográficas en torno a lo ocurrido en nuestro continente entre 1933 y 1945, el trabajo de documentación realizado por el director para la realización de la obra es bastísimo y su sintetización bien madurada, a la altura de los grandes debates historiográficos de las décadas precedentes. Tras el trabajo de Lars von Trier son reconocibles las tesis de algunos sociólogos, historiadores y literatos como Zygmunt Bauman, Geoff Eley, Robert Gellatelly o Cesare Pavese, también son reconocibles los homenajes estilístico-temáticos a los cineastas alemanes de Weimar como Murnau o Fritz Lang. El montaje es trepidante, una trabajo para el recuerdo de los más selectos paladares; la mayor parte de los planos algo simplemente exquisito; la voz en off de Max von Sydow un placer para los sentidos; el traqueteo de los trenes a su paso por las vías alemanas: pura angustia sin cortar. De hecho no sería extraño que Costa-Gavras tomara algunas ideas del danés para la realización de "Amen".

Leo Kessler, estadounidense de ascendencia alemana y de apellido sospechosamente judío, decide cerrar el círculo familiar volviendo a la que fuera patria de sus padres. Bajo la sugestiva voz de Max von Sydow se realiza un auténtico ejercicio de hipnosis por el cual el espectador es sumergido de golpe en la crueldad despiadada de la posguerra europea, concretamente en Alemania. Estamos ante un auténtico viaje psicoanalítico a través de la conciencia de Europa en el que, como digo, no sólo se embarca Leo Kessler, sino también el propio espectador, al cual se trata de retrotraer al pasado en un intento por mostrar lo que un día fuimos.

En realidad el protagonista va a ser un intermediario del espectador. Como cicerone de esta visita por el museo de los horrores un tío del protagonista encargado del servicio de revisores de un tren dormitorio; la ruta: el sistema ferroviario alemán que se recupera a duras penas después del devastador conflicto. El joven va a seguir los pasos del hermano de su padre, creyendo que puede contribuir a la gestación de un mundo mejor a través de su trabajo en los trenes. Nada más lejos de la realidad. Su trabajo como revisor se va a convertir en un infierno donde podrá contemplar el terror en su forma más extrema, mostrando no sólo el drama de alguien procedente de una cultura externa (la estadounidense) incapaz de comprender lo ocurrido en Europa, sino también de aquellos que pretenden sostener una posición neutral ante los conflictos que se desatan a su alrededor. Como Cesare Pavese mostró en "La casa en la colina", a veces los que más sufren son aquellos situados en una zona gris, entre los que ven las cosas blancas o negras.

El símbolo del tren es omnipresente: un tren que constantemente viaja sin un rumbo claro que, como dice el tío de Leo, uno no sabe muy bien si avanza y retrocede.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
2 de mayo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí una película inolvidable de ese filón de tesoros por descubrir que es la cinematografía de Europa centro-oriental, en este caso una obra búlgara del año 64 tras cuya pista me puso - una vez más y para variar - mi sensei y, sobre todo, buen amigo Vozidar. La nota de la que hace gala en IMDB es buena muestra de la maestría contenida en estos 105 minutos de metraje que cuentan con la gran actuación de la que ha pasado a la historia como la "Primera Dama del cine búlgaro", la bella y fascinante Nevena Kokanova. Aunque parezca que no uno tiene que pensar seriamente en los adjetivos a la hora de definir a esta hermosa mujer.

Por aquellos tiempos había en los países socialistas de Europa centro-oriental marcadas tendencias pacifistas encuadradas en el seno de los partidos comunistas y dominantes especialmente entre los intelectuales, sus principales impulsores. Había verdadero temor a una nueva conflagración y, sin lugar a dudas, a esta cargada atmósfera responde esta película.

Vulo Radev emplea eficaces recursos narrativos y cinematográficos que dan gran fuerza al guión en todo momento. El film está ambientado en la bella ciudad de Tarnovo, centro cultural septentrional de Bulgaria y, a su vez, el lugar donde el zar Fernando declaró la independencia de todos los territorios búlgaros en 1908; por tanto un lugar evocador en la historia búlgara. La gran virtud de esta película es la gran variedad de temas que abarca y el hecho de que lo haga sin necesidad de mostrar los horrores de la guerra de forma directa, es decir, en su consumación. Es obvio que el objetivo del director es que el espectador sea capaz de ver el film contando con una visión global de lo que era Europa a la altura de 1918, momento en que se ambienta la película.

De hecho las escenas iniciales son muy reveladoras. El film comienza con un entierro de soldados caídos, simplemente hay que tener en cuenta el pequeño tamaño de los ataudes en que van a ser enterrados: eso nos permite hacernos una idea del estado en que debían encontrarse los cuerpos en el momento en que fueron recogidos para ser entregados a las familias. La Primera Guerra Mundial - si exceptuamos la Guerra de Secesión estadounidense - fue la primera guerra moderna si tenemos en cuenta el número de combatientes, el tamaño de los frentes abiertos y el poder mortífero de las armas puestas en liza. Se alcanzaron niveles de destrucción nunca antes vistos. De hecho el director va a ir dejando a lo largo del film pequeños pero muy reveladores trazos de los efectos de la guerra. Inmediatamente después del entierro el director nos regala un genial contrapicado durante el cual vemos al coronel, marido de Elisabeta, la protagonista, escenificar una teatral carga de bayonetas ante la consternación de la tropa. Puro teatro ante las exigencias de la guerra moderna, que no hacen sino poner de relieve la indefensión del individuo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
1 de mayo de 2011
19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraordinaria película española de año 42 ante la cual uno no puede hacer otra cosa que quitarse el sombrero por varios motivos: la ambición técnica aún a pesar de la escasez de medios y, sobre todo, el simbolismo y las temáticas tratadas a lo largo del film. Además cuenta con la actuación de una de las mejores actrices españolas de la historia, la bella Conchita Montenegro, una mujer de postín que pone de manifiesto sus virtudes en la película de Carlos Arévalo.

El falangismo, como todo movimiento fascista, aunó en su seno una línea radical, más cercana a los valores tradicionales de la izquierda obrera (hablaban de reforma agraria, igualdad social, derechos laborales, etc.) que a los de las conservadoras élites tradicionales que se sirvieron de él para encumbrarse al poder durante y tras la guerra civil que asoló España. Precisamente Carlos Arévalo pertenecía a esta rama del movimiento roji-negro y su película no es más que una denuncia contra las bases mismas del régimen que lleva a cabo un repaso por los últimos veinte años de historia del país, tanto es así que murió devorada por la crítica y fue condenada al ostracismo en los sotanos de la Filmoteca Nacional. Sea como fuere esta es una cinta para gente que ha indagado en y comprendido los entresijos de la España de los primeros cuarenta años del siglo XX. Si no la mejor una de las mejores películas en el tratamiento de la guerra civil, pues huye de todos los convencionalismos, maniqueismos e "ismos" en general para ofrecernos una visión radical y única que merece la pena conocer.

Merece la pena comentar algunas de las claves de una película que empieza con un manifiesto que nos situa en el año 1921, año del Desastre militar de Annual en la guerra colonial de Marruecos, cumbre del "egoismo, debilidad y desacierto" de las élites político-económicas tradicionales de la Restauración. Al tiempo que leemos el manifiesto que hablad de "La noche, roja de sangre y negra de odio" que cayó sobre el pueblo español, de fondo vemos la gota que colma el vaso, metáfora hermosamente reflejado por una enorme copa de agua que se desborda con violencia. La película no deja títere con cabeza, por ello no duda en realizar una ácida crítica contra la guerra de Marruecos, cuna de los generales africanistas que más tarde desolarían el país a su paso sembrando la injusticia, los Mola, Yagüe o Franco, por citar algunos de los más "ilustres". Al final de la primera parte, "La mañana", en una sucesión de imágenes vemos a una mujer gritar en el momento en que le presentan a la criatura que acaba de parir, como si fuera consciente de que arrojar una vida al mundo es condenarla a una muerte atroz.

Los puntos de vista de la joven pareja de protagonistas, Luisa y Miguel, van a entrar cada vez más en abierto conflicto, una muestra de hasta qué punto la cesura representada por la brutal guerra civil pudo llegar a suponer la división de familias, comunidades de vecinos, pueblos, cuadrillas de amigos, etc.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
30 de abril de 2011
46 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Montxo Armendáriz confesó los conflictos que tuvo que tuvo que superar durante un rodaje que duró dos años y que estuvo a punto de abandonar, afirmando que el problema reflejado en la película está mucho más extendido de lo que podríamos llegar a imaginar. De hecho el director llegó a decir que parte de la financiación para el proyecto procedió de personas de las más altas esferas sospechosas de abuso a menores, quizás con el objetivo de lavar su reputación de cara a la opinión pública. Sea como fuere el deseo de mostrar una realidad sumergida con la que podemos llegar a convivir día a día sin saberlo pudo más que los dilemas éticos de Montxo Armendáriz, y desde luego hay que reconocerle el valor que ha tenido al realizar este trabajo, tanto a él como a las personas que dieron a conocer su historia en las terapias que vemos a lo largo del film (algunos de los que hablan exponen su experiencia real).

Y digo que el trabajo del director es digno de reconocimiento porque la realización de una película como ésta puede llegar a ser mucho más complicada de lo que en un primer momento puede parecer, porque sin querer se puede caer en la lágrima fácil y el sentimentalismo. Armendáriz ha hehco una apuesta firme por el hiperrealismo total y absoluto, sin simbolismos, sin paños calientes, pero eso sí: con gran sutileza y buen gusto en la fotografía y el manejo de la cámara. El modo en que es reflejado el problema del abuso a menores - en este caso el de una joven a manos de su padre - en esta película la hace doblemente impactante: no hay ninguna escena explícita. En este sentido ha habido escenas que me han recordado en el planteamiento - salvando las distancias - a la espeluznante violación de "Paisaje en la niebla" de Angelopoulos, sin duda una de las mejores escenas que he visto en el cine, todo queda a la imaginación del espectador, lo cual hace doblemente insoportable lo planteado para el espectador.

Sin embargo el director decidió no quedarse ahí, en realidad eso habría sido lo sencillo, él quiso ir más allá, y lo cierto es que lo consigue. Una de las dudas que se le plantearon a la hora de llevar a cabo este film era la de si debía plantearlo desde la perspectiva del agresor, de la víctima o desde un término medio. Finalmente optó por la segunda opción. Así toda la película transcurre desde el punto de vista de Silvia (interpretada por una Michelle Jenner muy seria y madura), una joven que sufre desde su más tierna infancia abusos por parte de su padre, magistralmente interpretado por Lluís Homar. El hecho de que Montxo Armendáriz consiga un resultado redondo en este film se debe en buena medida a la actuación de este gran actor, quien consigue ponernos ante un serio dilema en nuestro posicionamiento ante el agresor: ¿es éste culpable? Desde luego, pero ¿es una persona consciente de lo que hace? Aquí empiezan las dudas, uno puede llegar a plantearse si acaso es una persona enferma incapaz de controlar esos impulsos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
24 de abril de 2011
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermosa película de Alain Resnais que cuenta como actor principal con Yves Montand, uno de los más grandes del cine europeo del siglo XX y el galán por excelencia, actor fetiche del gran Costa-Gavras en films insuperables como "Z" o "La confesión" (curiosamente también con Semprún como guionista). La combinación no podía ser mejor. El tema: la tragedia del exilio español. Hoy por hoy olvidamos a menudo que aproximadamente un cuarto de millón de españoles permanecieron de forma prácticamente permanente fuera del país durante los casi cuarenta años que duró la dictadura de Franco lo cual, sin lugar a dudas, constituye un drama colectivo a todos los niveles, por no hablar del drama individual de cada uno de ellos.

Las reflexiones presentadas por Alain Resnais a lo largo del metraje estuvieron muy presentes entre la intelligentsia española condenada al exilio, nos encontramos con temas muy similares tanto en México como en Francia, pasando por Brasil y Argentina. Está claro que la necesidad de sobrevivir impuso a los exiliados una adaptación forzosa a entornos en buena medida extraños para ellos, dejando a un lado la tan cacareada filiación lingüística existente entre Latinoamérica y España. Todo lo que de provisional pudiera tener el exilio se convirtió en desesperación tras el 45, cuando se hizo evidente que no habría una solución exterior al problema español. La adaptación se produjo por pura necesidad – con mejores o peores resultados dependiendo de los casos – pero los exiliados cargarían a lo largo de todas sus vidas con esa sensación de tragedia colectiva e individual: la nostalgia por los proyectos frustrados, la sensación de desarraigo, el problema de España… todos ellos serían temas recurrentes en las reflexiones de los españoles condenados al ostracismo.

Diego Mora es uno más entre los muchos que durante buena parte del exilio vivieron sumidos de forma lacerante en un mundo de ayer al que sabían que era imposible volver, agotando sus fuerzas diariamente a causa de las penurias impuestas por las circunstancias. Precisamente lo más penoso era el ser consciente de la imposibilidad de volver, remontar el camino de vuelta a España una y otra vez y encontrarte cada vez con un país más irreconocible. Esa inigualable voz en off que nos acompaña del principio al final nos da cuenta de esa amargura: "Una vez más tienes ese rancio e inquieto sabor al cruzar la frontera [...] Una vez más cruzas la frontera con la estremecedora luz de la madrugada [...] De nuevo vas a cruzar". Una y otra vez ese lacónico lamento que surge de las mismas entrañas del ser condenado a no ser, a vivir entre dos mundos y no pertenecer a ninguno. ¿Puede haber una tragedia mayor para un hombre? Muchos personajes de cultura - y otros de los que nunca sabremos por no pertenecer a dicho mundo - como Max Aub, la inigualable Rosa Chacel experimentaron un desconcierto profundo al reencontrarse con España muchos años después de abandonarla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 11 12 20 55 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow