Ridley Scott y Russell Crowe unen su, ejem, talento para crear el bodrio del año. Hay que felicitarlos porque, realmente, lo consiguen. Como no puedo recomendar nada de esta película (el solo recuerdo de cualquiera de sus escenas me produce arcadas), haré como Servadac y aconsejaré la novela que acabo de leer, que es una obra maestra: Kazuo Ishiguro, "Cuando fuimos huérfanos". Está en bolsillo y vale menos que una entrada al cine con palomitas y cocacola.

Me agradeceréis toda la vida que os haya librado de ver el bodrio de Scottbilla del Váter y Russell Cromo y que os haya aconsejado este libro. Si tuviera sexo, parecería obra de Bolaño, no digo más.

Ishiguro: hay que follar más.