La gente acude al cine para evadirse de la realidad durante un rato mientras se entretiene con la proyección, ¿no?. Bueno, pues " Guardianes de la noche" invita a volver a esa realidad a los pocos minutos de metraje porque es un producto totalmente infumable. Más cómodo estoy en la cama de mi casa durmiendo que en las butacas del cine(y 6€ del ala que me ahorro). Si el cine es igual a entretenimiento, esto no sería cine; sería una penitencia. Hemos caído una vez más en las garras de la publicidad, arte que es capaz de persuadir al espectador haciéndole creer que va a ver una película; un "ideal" (el del discurso seductor de la publicidad) para que acabemos viendo lo que realmente es; una sucesión de frames carentes de sentido. En definitiva; una vez más nos han vendido gato por liebre. ¡¡¡¡Desconfiemos de los tráilers!!!!