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Voto de Juanma Vidal:
9
Thriller Anna (Naomi Watts), su marido George (Tim Roth) y su hijo de diez años (Devon Gearhart) se van a descansar a su residencia de vacaciones situada al lado de un lago. Nada más llegar, aparecen dos jóvenes (Michael Pitt y Brady Corbet) aparentemente muy educados que dicen ser amigos de los vecinos y que les piden unos huevos. Remake norteamericano (casi una copia) de la película homónima de Haneke, de 1997. (FILMAFFINITY)
15 de septiembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay gente que disfruta haciendo "puenting", saltando en paracaídas o montándose en la montaña rusa más rápida que encuentren. Gente a la que la adrenalina y el riesgo le hace, al mismo tiempo, disfrutar y sufrir. Esto mismo se puede aplicar al cine, donde encontramos a gente, como yo, que "disfruta" viendo películas que están pensadas para hacerlo pasar mal. No es sadismo ni nada por el estilo, es el placer de meterte en una historia y experimentar sensaciones que de otro modo no puedes experimentar. Siempre he defendido que una película es mala cuando no te transmite nada, cuando te deja indiferente, igual que como estabas antes de verla. En cambio, si te hace sentir aquello que su director pretende, ya sea diversión, tristeza, impotencia, asco, repulsión o terror, es que algo bueno tiene. Para todos aquellos identificados con este párrafo, 'Funny Games' es vuestra película.

Cuando uno se dispone a ver un film de Michael Haneke, ya sabe que no va a encontrarse ante un film normal y corriente. La cinta que nos ocupa, estrenada en 2007, es un "remake" o, mejor dicho, un calco plano a plano de la película que el propio Haneke rodó diez años antes. Lo único que varía de una versión a otra es su reparto, mucho más conocido en este caso. El eslogan, que dice algo así como "Tienes que admitirlo, esto te lo has buscado tú solo" ya acojona de por sí, pero ¿de qué va? Pues es muy simple: Ann, George y su hijo, reciben una inesperada visita por parte de dos jóvenes vestidos con polo blanco y aparentemente muy amables y educados, quienes solo quieren pedirles unos huevos. El problema es que ese día los muchachos se han levantado juguetones, y hacen una apuesta con la familia: "Vosotros apostáis a que a las 9:00 de mañana estaréis vivos, y nosotros apostamos a que estaréis muertos". Bajo esta sencilla premisa, se encuentra una de las películas más insoportables que han visto estos ojos (y han visto mucho, creedme). ¿Eso es bueno o malo? Vuelve a leer el primer párrafo y saca tu propia conclusión.

La escena inicial ya es toda una declaración de intenciones. Estamos escuchando una música clásica de lo más relajante, y de golpe y porrazo pasamos a escuchar el heavy metal más duro que os podáis imaginar. De igual modo, todo lo que vemos durante los primeros minutos (la naturaleza, la paz, la tranquilidad, las risas) contrasta con el auténtico infierno que aguarda a los protagonistas. En el momento en que los dos jóvenes aparecen en pantalla, empieza a mascarse la tensión en el ambiente, se crea un halo de desconcierto que llega a aterrorizar por la incertidumbre que produce el no saber qué es lo próximo que va a suceder. Y es que Haneke, entre otras cosas, es un experto en meternos en la piel de los protagonistas y en hacernos sentir la misma confusión que ellos. De hecho, en varios momentos los dos psicópatas se dirigen directamente a nosotros, nos hablan a través de la pantalla para que nuestra inmersión en la acción sea total. El austríaco también es un experto en jugar con los espectadores, pero eso ya lo comentaré al final a modo de "spoiler". El caso es que una vez hemos entrado en el juego, con la familia ya consciente de que no tiene escapatoria, asistimos a una experiencia realmente espeluznante, y no por lo que enseña, sino por lo que insinúa. Porque otra de las virtudes de Haneke es jugar muy bien con los planos, de modo que no necesita mostrarnos grandes escenas de sangre y violencia explícita para removernos las tripas y hacernos sentir la peor de las sensaciones. Ese es para mí el verdadero terror.

Como ya he dicho, la única diferencia entre esta versión y la original es su reparto, y si por algo me quedo con este "remake" es porque los actores están inmensos. Lo de Naomi Watts, concretamente, es para hacerle un monumento. Aparte de salir guapísima haga lo que haga, ha demostrado ser una actriz muy valiente porque no es un papel nada fácil el que le toca sacar adelante, y lo consigue de una forma brillante. Tim Roth también está enorme y los dos chalados, Michael Pitt y Brady Corbet, dan miedo solo de verlos, pese a su aparente aspecto inocente, de modo que cumplen con creces con su cometido. En definitiva, 'Funny Games' es una señora película, pero solo la recomendaría a aquellos que ya estéis un poco aburridos del cine de terror convencional y busquéis experimentar algo nuevo y, por qué no, descubrir el maravilloso mundo del placer de sufrir.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juanma Vidal
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