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España España · Moraleja del Vino
Voto de eglantino:
6
Drama La joven y ambiciosa Nomi Malone (Elizabeth Berkley) viaja a Las Vegas con el objetivo de convertirse en una estrella del espectáculo. Empieza trabajando como bailarina de strip-tease, pero acaba consiguiendo una audición para cantar en el coro de una obra del Casino Stardust, donde trabaja la starlette Cristal (Gina Gershon). Sin embargo, Nomi no tardará en darse cuenta de que el mundo que la rodea es más duro y menos brillante de lo que pensaba. (FILMAFFINITY) [+]
18 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si alguien se molestará en leer mi crítica sobre esta película que tantos quebraderos de cabeza nos ha traído. No es que sea una mala mala película, si no más bien todo lo contrario. Ya se ha convertido en una película de culto y no le faltan razones.
Tuvo la osadía de mostrarnos a una Berkley completamente desnuda, sin ningún tipo de pudor bajo la atenta mirada de Gina Gershon, otra actriz que en la cinta muestra sus senos como si de un regalo de los dioses se tratase. Y es que eso es lo bueno de Showgirls, que tuvo el atrevimiento de mostrarnos el sexo puro y duro como ninguna película lo había hecho hasta la fecha, en el ya lejano año de 1995. Y es que ese valor tiene un precio, y es que desde entonces ninguna otra película se ha atrevido a hacer lo que se hace en esta, mostrarnos la relación entre hombre y mujer sin tapujos, enseñándolo todo, sin reservas ni medias tintas de por medio. Desde entonces, ninguna otra película ha sido capaz de mostrarnos lo que en Showgirls se enseña, ya sea por miedo o lo más factible, por doble moral.
También está presente el tema de la amistad, y el odio que pueden llegar a tenerse esas chicas entregadas a enseñarlo todo por un puñado de dólares. La protagonista se siente en deuda con su compañera de caravana, que la ayuda de manera desmedida desde que Berkley llega a Las Vegas sin más ayuda que su físico espectacular. Y es que la película sabe indagar entre los entresijos de una sociedad corrompida por el deseo del sexo; sabe adentrarnos en la política falsa de un mundo mejor, sin Sida, sin enfermedades de transmisión sexual o sin los problemas que puede acarrear el tener sexo sin contemplaciones. ¿Y de la cocaína qué me dicen...? Todos en los 90 que quisieran ser algo (o casi todos) esnifábamos coca como si de helados de vainilla se tratase, y en Showgirls se nos muestra esa adicción, como algo natural que sale de las entrañas de nuestro propio cuerpo. Otro punto a favor de la película, que muestra sin reservas el como las narices de unos y otras se van llenado de ese polvo blanco que te hace llegar mas lejos que a las brillantes estrellas; es de cajón pensar que la crítica de la época no viese con buenos ojos el como la sociedad que se creía casta y puritana, diese al traste con esa sinfonía de droga que se nos muestra en el film.
Showgirls es un muestrario desmedido de todo aquello que da miedo tocar por el miedo al que dirán. Es una fábula clara y concisa sobre los miedos del ser humano por ir hacia caminos prohibidos. No se pueden tener amigos si no llegas a tener un interés para llegar lejos en este mundo; y no es baladí el pensar que esa materia de la que está hecha la película, es cierta. La cinta no se halla entre medias tintas para mostrarnos lo más terrible de las personas: el egoísmo por encima de todo. Berkley nos enseña todo, (y todo es todo), para confabularse con los miedos propios de nosotros mismos. Showgirls se atreve a llegar lejos, a traspasar los horizontes de un mundo en donde todo vale; dónde la bondad es una caricatura lejana de la que es mejor alejarse.
Paul Verhoeven se atrevió a mostrar una película en donde la pura verdad es la regla más eficaz para llegar lejos; se apoyó en unas interpretaciones que van mas allá de lo sensual, para proyectar momentos que en la vida es mejor no enseñar, que es mejor tener guardados en un armario como un gay que no quiere salir del mismo. Mirando la película casi treinta años después de su estreno, me atrevo a consolidar la cinta como un acierto en todos los aspectos, ha sabido traspasar los océanos del tiempo (como diría Drácula), sin llegar a convertirse en una película pasada de moda o alejada de mostrar una sociedad que en el fondo no ha cambiado tanto, pero que ya no se atreve a mostrar el desnudo femenino como algo natural. Ahora en las películas, todas las mujeres hacen el amor con el sujetador puesto, ya no se atreven a enseñar lo que en Showgirls se nos muestra; la belleza femenina como algo sugerente y sensual.
Vuelvan a verla, lectores de filmaffinity, se lo recomiendo de todo corazón, para que se den cuenta de que este film ha sabido llegar lejos sin más apoyos que su propia osadía.
eglantino
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