Continuación de la mítica obra de CRAVEN, que reproduce, quizás por la cercanía cronológica (y, sin duda, por el hacer del operador de cámara), mejor que ninguna la ambientación de la primera....aunque hay acaban los paralelismos.
Aprovechando el inesperado éxito de la original, JACK SHOLDER (cuya colaboración fue conflictiva con los productores de New Line) dirigió este capítulo que vuelve a los escenarios de la precuela. No obstante, con nuevos personajes.
Historia que gira en torno a la idea de posesión, de que el sueño vaya más allá de su limitado espacio y de un inseguro joven, que cuenta con una amiga para parar su angustia.
El problema de esta PESADILLA...radica en que se difuminan sus objetivos primeros (el arranque de la cinta resulta prometedor) en cuanto el asesino de marras aparece en escena. Este no es el Freddy que nos vendieron. Más bien parece un aburrido ancianito que solo quiere que su nieto le saque a pasear.
A partir de ahí, se dedicará toda la peli a aparecer y desaparecer sin ton ni son, cada vez que la acción (los productores) lo requiera arbitrariamente.
Y su "salida", que no detallaré, es el principal fallo de esta película, resultando cómica, absurda y quebrantando las reglas establecidas en la primera parte.
En fín, ningun avance respecto a la saga, perfectamente pasable, y un pelín aburrida.