Clásico menor del cine de terror, encuadrado en el que se ha convertido casi en un subgénero dentro de este tipo de cine: el de adaptaciones del señor STEPHEN KING.
Si CARRIE, EL RESPLANDOR o CUJO podríamos considerarlas como películas de alto presupuesto, o por lo menos de primera fila, esta que nos ocupa no pasa de ser una cinta barata, que aprovecha el tirón de su autor para afianzarse en el cine de horror de los ochenta.
Sin embargo, aún siendo una hermana pobre de las antes mencionadas, funciona bastante bien como propuesta de entretenimiento, calibra sus posibilidades y opta por un suspense sin pretensiones pero efectivo, fruto del estupendo relato que traslada a la pantalla. La dirección es pésima y sin fuerza, pero, como hemos dicho, el relato se presta a la fantasía y al desasosiego, gracias a la historia nada convencional que King elaboró.
Las actuaciones son correctas y los efectos, la fotografía y la dirección artística brillan por su ineptitud. La música evoca obras más cautivadoras, como el AVE SATANI que JERRY GOLDSMITH firmó para LA PROFECÍA. La fotografía no se beneficia de los juegos de claroscuros, desvirtuando el conjunto y restando inquietud. Lo demás.....llama la atención por chapucero. Incluso vista hoy día, aparenta más años que títulos muy anteriores en el tiempo.
Aún con todo, tiene ese encanto especial perdido de las pelis sangrientas de entonces.