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España España · bilbao
Voto de marmo:
9
Drama Shigeki vive en una pequeña residencia de ancianos. Allí se siente a gusto y feliz con los demás residentes y con el personal que les atiende. Machiko, una trabajadora social que pertenece a dicho equipo, le presta especial atención, aunque en su interior le atormenta la pérdida de un hijo. Para celebrar el cumpleaños de Shigeki, Machiko decide llevarle a dar un paseo en coche por el campo. Pero el coche se queda parado en la cuneta. El ... [+]
19 de octubre de 2008
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermosa y bella película nos ofrece la directora japonesa Naomi Kawase. Cine aunténtico y sin concesiones. Todo en ella está en su sitio, no falta ni sobra nada.
Del dolor y la soledad, de las heridas del alma que no cicatrizan y pesan como una losa; del desasosiego que nos aparta del mundo humano y de la naturaleza aunque esté en frente de nosotros. Todo ésto y más nos ofrece de manera brillante Naomi Kawase.
Sin caer en el esteticismo y de manera magistral Kawase radiografía el dolor profundo y vital de la perdida de un ser querido y sus consecuencias que se manifiesta en dos personajes.
Este dolor excluyente frente a otro dolor se manifiesta agresivo en el anciano y pasivo en la mujer joven, dos almas perdidas en el camino que tan solo comparten espacio en el geriátrico donde vive el hombre y trabaja la mujer con lazos de comunicación nulos a pesar del esfuerzo de ella por acercar puentes de unión.
Será un viaje inesperado a través del bosque cuando la situación cambie por completo y una secuencia clave posibilite la tranformación. Del rechazo a la unión por medio del abrazo y del CALOR tanto fisico como vital.
El gran valor de Kawase es implicarnos en esta historia sencilla y brillante sin grandes aspavientos, hacernos pensar sin incomodarnos y comprender a sus personajes para ayudarnos a comprendernos a nosotros mismos, porque ¿quién no tiene alguna que otra herida en lo más profundo de su corazón?
El mensaje es claro, nos necesitamos los unos a los otros, necesitamos compartir la naturaleza, abrazarla y dejar que nos traspase su energía. Abrazos, muchos abrazos para compartir el dolor dando paso a la sonrisa, la sonrisa como liberación.
marmo
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