Media votos
7,0
Votos
89
Críticas
72
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Señor blanco:
10
7,7
122.095
Drama. Romance
Chris Wilton (Jonathan Rhys Meyers) es un ambicioso y joven profesor de tenis con escasos recursos económicos. Gracias a su amistad con Tom Hewett (Mattew Goode), consigue entrar en la alta sociedad londinense y enamorar a su hermana Chloe (Emily Mortimer). Tom, por su parte, sale con Nola Rice (Johansson), una atractiva americana, de la que Chris se encapricha nada más verla. El azar, la pasión y, sobre todo, la ambición llevarán a ... [+]
22 de febrero de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más Woody Allen nos asombra con una película que es ya un clásico. Una historia de desamor, envidia, embrollos, justicia y crimen de la que ya había apuntado sus ideas principales en Delitos y Faltas (1989). Si en aquella cinta, que a diferencia de ésta había más de una línea argumental Allen guardaba un cierto optimismo, en Match Point lo echa completamente por los suelos.
Inspirandose en Dostoyevski, particularmente en su novela Crimen y Castigo, pero también en los existencialistas franceses (Camus, y Sartre) el director neoyorkino nos trae una película con una trama aparentemente corriente: Chris Wilton (Jon Rhys Meyers) es un profesor de Tennis que se compromete con la rica Chloe Hewett (Emily Mortimer) a la que ha conocido a través del hermano de esta última (Matthew Goode). Pero todo se tuerce cuando Chris conoce a Nola (Scarlett Johansson) una joven americana que sólo le traerá dolores de cabeza.
Este relato costumbrista nos llevará al juego anteriormente descrito, en el que los temas más profundos de la existencia serán tratados con un pesimismo atroz, pero que a su vez nos permitirán entender qué significa la experiencia de la vida para Allen y para todos aquellos en quienes se ha inspirado para rodar la cinta.
Inspirandose en Dostoyevski, particularmente en su novela Crimen y Castigo, pero también en los existencialistas franceses (Camus, y Sartre) el director neoyorkino nos trae una película con una trama aparentemente corriente: Chris Wilton (Jon Rhys Meyers) es un profesor de Tennis que se compromete con la rica Chloe Hewett (Emily Mortimer) a la que ha conocido a través del hermano de esta última (Matthew Goode). Pero todo se tuerce cuando Chris conoce a Nola (Scarlett Johansson) una joven americana que sólo le traerá dolores de cabeza.
Este relato costumbrista nos llevará al juego anteriormente descrito, en el que los temas más profundos de la existencia serán tratados con un pesimismo atroz, pero que a su vez nos permitirán entender qué significa la experiencia de la vida para Allen y para todos aquellos en quienes se ha inspirado para rodar la cinta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
"Aquel que dijo más vale tener suerte que talento, conocía la esencia de la vida". Con ello Allen quiere dejar claro algo que es obvio pero que inexplicablemente no forma parte de nuestro pensamiento ordinario: la suerte juega un papel fundamental en nuestras vidas. Este hecho ya había sido apuntado en películas como "Recuerdos" (1980) o la ya citada Delitos y Faltas. Chris, el protagonista, nos dice en un diálogo que a pesar de que el trabajo sea esencial, no puede olvidarse el factor suerte y la teoria del caos, puesto que la vida no parece tener algun fin. Dicha afirmación pone nerviosos a sus comensales, que rápidamente le hacen cambiar de tema, pero la película avanza inevitablemente en esa dirección.
Chris asesina a Nola, y consigue ocultar su crimen. Por lo bien planeado del crimen y por un hecho casual parece que se ha salido con la suya. Y los fantasmas de Nola y de la anciana que asesinó para hacer pasar el crimen como un robo, se preguntan ¿cómo puede alguien malvado no ser castigado? Chris responde claro: "lo correcto sería ser descubierto, y castigado, porque ello querría decir que hay justicia, que hay un sentido..." pero si no hay Dios, si no hay justicia, si no hay sentido, como a juzgar por todo el horror que ocurre en el mundo parece, entonces todo es posible, incluso que el mal triunfe. Es ese pesimismo, ese horror el que se refleja en la mirada perdida de Chris en el último fotograma de la película.
Pero hay algo más. Chris ha conseguido su propósito y no ha sido descubierto, pero ¿será capaz de reprimir sus emociones y sus pensamientos? ¿es posible que éstos sean quienes nos dificulten (con mayor o menor éxito según el sujeto) cometer el mal? Y por último, y tal como trata Allen en otras películas más recientes, si la suerte es algo fundamental ¿por qué no usarla a nuestro favor e intentar disfrutar de la experiencia?
Reflexiones todas ellas que configuran un gran ejercicio filosófico, que en el ambiente de una película con unos actores soberbios (especialmente Rhys Meyers y Johansson) y una banda sonora impecable (operas de Caruso) crean una auténtica (y trágica) obra de arte.
Chris asesina a Nola, y consigue ocultar su crimen. Por lo bien planeado del crimen y por un hecho casual parece que se ha salido con la suya. Y los fantasmas de Nola y de la anciana que asesinó para hacer pasar el crimen como un robo, se preguntan ¿cómo puede alguien malvado no ser castigado? Chris responde claro: "lo correcto sería ser descubierto, y castigado, porque ello querría decir que hay justicia, que hay un sentido..." pero si no hay Dios, si no hay justicia, si no hay sentido, como a juzgar por todo el horror que ocurre en el mundo parece, entonces todo es posible, incluso que el mal triunfe. Es ese pesimismo, ese horror el que se refleja en la mirada perdida de Chris en el último fotograma de la película.
Pero hay algo más. Chris ha conseguido su propósito y no ha sido descubierto, pero ¿será capaz de reprimir sus emociones y sus pensamientos? ¿es posible que éstos sean quienes nos dificulten (con mayor o menor éxito según el sujeto) cometer el mal? Y por último, y tal como trata Allen en otras películas más recientes, si la suerte es algo fundamental ¿por qué no usarla a nuestro favor e intentar disfrutar de la experiencia?
Reflexiones todas ellas que configuran un gran ejercicio filosófico, que en el ambiente de una película con unos actores soberbios (especialmente Rhys Meyers y Johansson) y una banda sonora impecable (operas de Caruso) crean una auténtica (y trágica) obra de arte.