Eso afirma por lo menos el afamado científico Eduard Punset el cuál considera, apoyado en diferentes estudios muy sesudos, que la memoria, en cuanto a recuerdos se refiere, no es efectiva, ya que a medida que pasa el tiempo, el cerebro rellena los huecos con imágenes o supuestos hechos que en realidad sólo estan en nuestra mente, aunque no todos.
Ésta es la premisa para esta cinta donde Cronenberg nos adentra en la mente de Spider, un individuo que tras largo tiempo en un manicomio vuelve a su Londres natal a vivir en una residencia para enfermos mentales en régimen abierto.
Tras tanto tiempo Spider recorre las calles de su infancia y rememora hechos de aquel tiempo que se confunden con hechos actuales, llevando al espectador a confusión, una confusión que es un fiel reflejo del funcionamiento de la mente del protagonista.
Spider recuerda un hecho traumático de su infancia el cual le lleva a planificar una venganza en su esquizofrénica mente.
Excepcional Ralph Fiennes como Spider, un personaje con poco diálogo pero con una caracterización e interpretación sublimes.
Cronenberg, una vez más, nos lleva a conocer alguna parte oscura del comportamiento y la naturaleza del ser humano, y como en casi todas las ocasiones de una forma magistral