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Acción. Bélico
A los 18 años, Doug Masters sabe pilotar un jet desde mucho antes que pilotar un automóvil. Siempre ha querido ser piloto, como su padre, pero la Academia de las Fuerzas Armadas no le ha dejado matricularse por sus malas notas. Ahora Doug está dispuesto a demostrar que es un temerario piloto de combate, y mucho más maduro de lo que parece. Y es que el muchacho se ha enterado que el avión de su padre ha sido derribado en Oriente Medio. (FILMAFFINITY) [+]
12 de noviembre de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La educación en España es un cachondeo. No me refiero a la calidad ni a los contenidos de la enseñanza sino a objetivo. ¿Hay quien piensa que todavía es un fracaso no ir a la Universidad? Oiga, antes de meter a sus hijos en una carrera hable con ellos y plantéense cómo serán su vidas. ¿O acaso cree que la mitad de los licenciados en España lo serían todavía si supiesen que los iban a sodomizar indefinidamente y a tiempo parcial? Hoy en día seguramente sea difícil hacerse rico de forma honrada, así que hágale un favor a su hijo y dediquen el tiempo que haga falta en buscar algo que le permita vivir dignamente y en lo que no le pongan muchas zancadillas. No sea que le pase como a Doug, que quiere ser piloto y lo sabe desde que de niño vio a su padre volver de las misiones contando hazañas aéreas. Ha terminado el instituto pero lo rechazan en la academia de vuelo por sus notas, cuando es un maestro del Flight Simulator XXCII de Microsoft, incluso logró el récord de horas de vuelo seguidas alcanzando los cinco días y 14 horas, siendo interrumpido porque la tarjeta gráfica de su ordenador se fundió y quemó toda la habitación. Pero ahí está Doug, con un par, soportando carros y carretas y a algún "mamoncillo" de barrio.
Su padre es un vacilón de mucho cuidado, por ahí anda por el Mediterráneo invadiendo el espacio aéreo de los países árabes montado en un F16 Falcon...
Su padre es un vacilón de mucho cuidado, por ahí anda por el Mediterráneo invadiendo el espacio aéreo de los países árabes montado en un F16 Falcon...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
aunque no nos dejan claro de qué país se trata, son los 80 y los rusos siguen siendo los principales malhechores de la vida, los musulmanes son todo lo mismo para ellos: morenos, tapados y con armamento "regalado" por los rusos. Da igual. Los americanos llevan muy mal el tema de que les metan en dedo en el ojo, aunque previamente introdujesen a su agresor un enema de medio litro a través del ano y lo obligasen a aguantarlo tres cuartos de hora. Eso no cuenta porque Estados Unidos es una superpotencia, dice el general. "Malditos hijos de puta" dice el niño, "no tienen derecho". Si es que los pobres musulmanes no hacen una a derechas para los norteamericanos.
El caso es que el padre se mete en un berenjenal, lo derriban y lo meten en la cárcel. Hasta ahí algo coherente pero que para los estadounidenses es sorprendente y una canallada. Entonces se inicia una aventura digna de las películas clásicas del género en la que un grupo de chavales pone en bragas a todo el ejército de los Estados Unidos para tratar de rescatar al padre de las pezuñas de un árabe que cumple dignamente con su papel de malo. Es malo, malo; aprieta los dientes y frunce el ceño.
A destacar el papel de Constantino Romero que posee el cuerpo del gran Louis Gossett Jr. y hace un papelón. Lo echo de menos, una maldita esclerosis lateral amiotrófica tuvo que llevarse a la voz capaz de mejorar a cualquier personaje que doblase, cuando la norma suele ser lo contrario. Constantino no solo dobló grandes personajes sino también secundarios como el gran Chapi, que con Doug lleva a cabo un intento de rescate que, por ridículo que sea por momentos y por muchos MIG que derriben, es entretenido a rabiar.
Lo que más me gusta es el final cuando el ejército de los Estados Unidos tiene a bien perdonarles la trastada. Estos norteamericanos son bastante particulares, tienen el ombligo infectado de tanto tocarlo y dicen chorradas a mansalva, pero luego te vienen con finales así y te da hasta un poco de ternura tal sobredosis de inocencia. Al fin y al cabo fue una operación en la que "la pérdida en vidas humanas ha sido casi despreciable". Con un par.
El caso es que el padre se mete en un berenjenal, lo derriban y lo meten en la cárcel. Hasta ahí algo coherente pero que para los estadounidenses es sorprendente y una canallada. Entonces se inicia una aventura digna de las películas clásicas del género en la que un grupo de chavales pone en bragas a todo el ejército de los Estados Unidos para tratar de rescatar al padre de las pezuñas de un árabe que cumple dignamente con su papel de malo. Es malo, malo; aprieta los dientes y frunce el ceño.
A destacar el papel de Constantino Romero que posee el cuerpo del gran Louis Gossett Jr. y hace un papelón. Lo echo de menos, una maldita esclerosis lateral amiotrófica tuvo que llevarse a la voz capaz de mejorar a cualquier personaje que doblase, cuando la norma suele ser lo contrario. Constantino no solo dobló grandes personajes sino también secundarios como el gran Chapi, que con Doug lleva a cabo un intento de rescate que, por ridículo que sea por momentos y por muchos MIG que derriben, es entretenido a rabiar.
Lo que más me gusta es el final cuando el ejército de los Estados Unidos tiene a bien perdonarles la trastada. Estos norteamericanos son bastante particulares, tienen el ombligo infectado de tanto tocarlo y dicen chorradas a mansalva, pero luego te vienen con finales así y te da hasta un poco de ternura tal sobredosis de inocencia. Al fin y al cabo fue una operación en la que "la pérdida en vidas humanas ha sido casi despreciable". Con un par.