Aunque no lo parezca, y es más creo que ni el propio realizador era consciente de ello, nos encontramos ante la sublimación metalinguística del lenguaje cinematográfico.

En más de un pasaje de la película se hace referencia a la importancia de la construcción de los personajes de una novela; de como un buen o mal tratamiento puede convertir algo plano en un ser humano tridimensional.

Y curiosamente esto es lo que Douglas McGrath consigue; a través de una afinada dirección actoral y de unas interpretaciones excelentes como las de Toby Jones, Daniel Craig y una sorprendente Sandra Bullock, se levanta una historia un tanto plana por ser ya resabida hasta un nivel cercano a la perfección.

La lástima es que ha tenido que competir con la archipromocionada "Capote" (por cierto mucho más fría y poco ajustada a los hechos) y por ello pasará bastante desapercibida. Una pena, teniendo en cuenta que nos encontramos ante uno de los films más emotivos y mejor rodados en lo que llevamos de año.

Lo mejor: El trabajo actoral
Lo peor: Que esté permanentemente sujeta a la comparación con "Capote"