The Good Place es, en mi opinión, una de las mejores sitcoms de los últimos años. Así, sin paliativos. Sin ser una serie perfecta, ni tampoco para todo el mundo, consigue aunar un sentido de la comedia particular entre el absurdo y el humor inteligente, todo ello aderezado con nociones de filosofía y ética que además de hacerte reír te harán reflexionar.
Todos los seguidores de la serie coincidimos en que el plot twist del final de la primera temporada es magistral, por inesperado y brillante, y la serie sigue sorprendiéndonos dándole la vuelta a lo establecido sin miedo a evolucionar, tanto la trama como los propios personajes (algo raro en una sitcom).
Es cierto que la tercera y cuarta temporada sufren puntuales bajones de calidad, pero los personajes están tan bien escritos que son minucias fácilmente excusables.
El reparto está en estado de gracia, con una Kristen Bell y un Ted Danson inmensos, y unos secundarios a los que por una razón u otra es imposible no coger cariño, con Jameela Jamil haciendo mil referencias a celebrities por minuto, Manny Jacinto como el tonto adorable y William Jackson Harper como el indeciso pero imprescindible Chidi. Darcy Carden como Janet nos regala los momentos más hilarantes de toda la serie, ya solo su personaje es un motivo de peso para verla. Y bueno, lo de Maya Rudolph como la juez ya es otro nivel, entre el facepalm y el descojone
Para terminar esta extensa crítica decir que la relación de amor es una de las más respetuosas y menos tóxicas vistas en pantalla, y que el final de la serie es sencillamente perfecto.
Everything is fine