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Voto de Lizzie_Bennet:
8
5,4
75.959
Aventuras. Acción. Ciencia ficción
Año 1957, en plena guerra fría. Indiana Jones (Harrison Ford) consigue de milagro salir ileso de una explosiva situación con unos agentes soviéticos en un remoto desierto al que llegó detenido junto a su amigo Mac (Ray Winstone). El decano de la Universidad (Jim Broadbent) le confiesa a su amigo el profesor Jones que las últimas misiones de Indy han fracasado, y que está a punto de ser despedido. Mientras tanto, Indiana conoce a Mutt ... [+]
25 de mayo de 2008
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡IMPRESIONANTE! Esa es la mejor palabra para definir este pedazo de peliculón que es "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal". Fui a verla ayer y hacia mucho tiempo que no lo pasaba tan bien viendo una película de aventuras a la antigua usanza. Y es que Indy es mucho Indy, y eso se nota. Esta nueva entrega de Indiana Jones no tiene nada que envidiar a sus predecesoras, puesto que tiene la misma calidad que las anteriores. Y eso se debe al regreso de su director, guionista, protagonista e incluso compositor habitual.
Lo mejor es sin duda Harrison Ford. Su retorno como Indiana ha sido fantástico. Ford nos presenta a un Indy que pese a sus años puede saltar de una moto para entrar dentro un coche y salir por la ventanilla para volver a montarse en la moto de nuevo o darle una buena zumba a un soviético con un montón de hormigas gigantes alrededor. Se mantiene ágil y enérgico y aún sigue conservando un gran cuerpazo que no tiene vergüenza en enseñar.
La mayor parte del toque humorístico la pone el personaje de Mutt Williams, que resulta ser muy carismático. Sus comentarios sobre la vejez de Indy, su manía de peinarse a todas horas, su obsesión de llevarse la moto a todos partes, sus momentos de miedo queriendo ser disimulados...Todo ello es genial. Shia LeBouf hace un gran trabajo y es muy guapo, lo que ha provocado que irremediablemente me una a ese coro de admiradoras que tiene Shia, cuyo desparpajo y talento me han enamorado.
El resto del reparto es genial, desde una espléndida e inspirada Cate Blanchett como la gélida agente soviética y “mala” de la función Irina Spalko (la que ya es posiblemente la mejor villana de la saga), pasando por unos correctos Ray Winstone y John Hurt como el ambiguo arqueólogo Mac y el “poseído” Profesor Oxley hasta llegar a una maravillosa Karen Allen, volviendo a ser Marion Ravenwood, la mejor de todas las “chicas Indy”.
En conclusión, pertenezco a esa nueva generación que se perdió la trilogía original en el cine (de echo nací el mismo año de La Última Cruzada) pero que se siente tremendamente orgullosa de haber tenido el honor de ver aunque sea la última película de una saga tan memorable. Y tan solo por ese imponente motivo animo a todo el mundo a verla y disfrutarla tanto como he hecho yo.
Lo mejor es sin duda Harrison Ford. Su retorno como Indiana ha sido fantástico. Ford nos presenta a un Indy que pese a sus años puede saltar de una moto para entrar dentro un coche y salir por la ventanilla para volver a montarse en la moto de nuevo o darle una buena zumba a un soviético con un montón de hormigas gigantes alrededor. Se mantiene ágil y enérgico y aún sigue conservando un gran cuerpazo que no tiene vergüenza en enseñar.
La mayor parte del toque humorístico la pone el personaje de Mutt Williams, que resulta ser muy carismático. Sus comentarios sobre la vejez de Indy, su manía de peinarse a todas horas, su obsesión de llevarse la moto a todos partes, sus momentos de miedo queriendo ser disimulados...Todo ello es genial. Shia LeBouf hace un gran trabajo y es muy guapo, lo que ha provocado que irremediablemente me una a ese coro de admiradoras que tiene Shia, cuyo desparpajo y talento me han enamorado.
El resto del reparto es genial, desde una espléndida e inspirada Cate Blanchett como la gélida agente soviética y “mala” de la función Irina Spalko (la que ya es posiblemente la mejor villana de la saga), pasando por unos correctos Ray Winstone y John Hurt como el ambiguo arqueólogo Mac y el “poseído” Profesor Oxley hasta llegar a una maravillosa Karen Allen, volviendo a ser Marion Ravenwood, la mejor de todas las “chicas Indy”.
En conclusión, pertenezco a esa nueva generación que se perdió la trilogía original en el cine (de echo nací el mismo año de La Última Cruzada) pero que se siente tremendamente orgullosa de haber tenido el honor de ver aunque sea la última película de una saga tan memorable. Y tan solo por ese imponente motivo animo a todo el mundo a verla y disfrutarla tanto como he hecho yo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Qusiera comentar algunos aspectos reveladores:
Aunque en la mayoría de aspectos Indy sigue siendo el de siempre (ejemplo, su miedo a las serpientes sigue palpable), la edad también le ha hecho cambiar un poco, y es por ello que nos encontramos con un Indy más sentimental, que se encuentra solo en el mundo (su padre y su mejor amigo han muerto) y que posiblemente es ese motivo por el cual cuando se reencuentra con Marion y descubre que es padre, se da cuenta que ya echo bastante el tonto y que ha llegado el momento de sentar la cabeza y asumir que tiene una familia que abandonó.
En cuanto a la trama, podría decirse que es la más atrevida de las cuatro, pues su planteamiento mezcla la búsqueda de una reliquia con extraterrestres, un tema un poco arriesgado que no habrá gustado a muchos, pero que no ha quedado nada mal. Su toque de familiaridad es muy divertido a la par que tierno, pese a que sin duda su mejor baza es el humor, ya que si de algo rebosa y va sobrada esta entrega es precisamente de eso.
¡Amé el final! ¡La boda de Indiana y Marion es el mejor broche final que Spielberg y Lucas han podido darle a la saga! Si el reencuentro entre ambos ya fue brutal (que gracia me hizo la cara de emoción que puso Indy al ver a Marion después de 20 años), sus peleas en familia sobre los errores cometido en el pasado (ya le vale a Indy haber plantado a Marion en el altar) eran increíbles y el final, cuando vemos que por fin Indy se casa con la mujer de su vida, culminando así una larga y compleja historia de amor que empezó en la adolescencia, con el rostro de ambos iluminado por felicidad y la emoción, no pude más que dejarme llevar por la ternura que despierta la historia de amor de dos personas maduras a la cual la vida les ha dado una nueva oportunidad. Y es que a la tercera va la vencida.
Y de todas las escenas me quedo con la última, cuando una corriente de aire le lleva a Mutt el sombrero de su padre y como cuando éste intenta cogerlo, Indy se adelanta y se lo quita, dando a entender que Mutt aun es demasiado joven para cogerle el relevo y que él aun tiene cuerda para rato.
Aunque en la mayoría de aspectos Indy sigue siendo el de siempre (ejemplo, su miedo a las serpientes sigue palpable), la edad también le ha hecho cambiar un poco, y es por ello que nos encontramos con un Indy más sentimental, que se encuentra solo en el mundo (su padre y su mejor amigo han muerto) y que posiblemente es ese motivo por el cual cuando se reencuentra con Marion y descubre que es padre, se da cuenta que ya echo bastante el tonto y que ha llegado el momento de sentar la cabeza y asumir que tiene una familia que abandonó.
En cuanto a la trama, podría decirse que es la más atrevida de las cuatro, pues su planteamiento mezcla la búsqueda de una reliquia con extraterrestres, un tema un poco arriesgado que no habrá gustado a muchos, pero que no ha quedado nada mal. Su toque de familiaridad es muy divertido a la par que tierno, pese a que sin duda su mejor baza es el humor, ya que si de algo rebosa y va sobrada esta entrega es precisamente de eso.
¡Amé el final! ¡La boda de Indiana y Marion es el mejor broche final que Spielberg y Lucas han podido darle a la saga! Si el reencuentro entre ambos ya fue brutal (que gracia me hizo la cara de emoción que puso Indy al ver a Marion después de 20 años), sus peleas en familia sobre los errores cometido en el pasado (ya le vale a Indy haber plantado a Marion en el altar) eran increíbles y el final, cuando vemos que por fin Indy se casa con la mujer de su vida, culminando así una larga y compleja historia de amor que empezó en la adolescencia, con el rostro de ambos iluminado por felicidad y la emoción, no pude más que dejarme llevar por la ternura que despierta la historia de amor de dos personas maduras a la cual la vida les ha dado una nueva oportunidad. Y es que a la tercera va la vencida.
Y de todas las escenas me quedo con la última, cuando una corriente de aire le lleva a Mutt el sombrero de su padre y como cuando éste intenta cogerlo, Indy se adelanta y se lo quita, dando a entender que Mutt aun es demasiado joven para cogerle el relevo y que él aun tiene cuerda para rato.