'Alpha Dog' presenta una de esas historias basadas en hechos reales con las que te preguntas sí te están tomando del pelo, sí es una broma pesada o ridícula. La trama gira al rededor del secuestro de un frustrado y virginal adolescente a mano de un grupo de aburguesados gansters estrato 20, que en el intento de recuperar 1.200 dólares en un negocio de drogas, terminan por condenar la vida del iluso secuestrado y las suyas.

Encontré en esta cinta comercial pinceladas de calidad que pensaba ausentes. La presencia fenomenal de Ben Foster como un maniático neonazi (con un par de escenas demenciales) y el cuasi cameo de veteranos como Bruce Willis y Sharon Stone (esta última con un interesante monólogo final) hacen de la cinta una pieza que deja buen sabor de boca. Además: interesante, corto e inteligente abordaje a la decidía e incompetencia de los padres de la alta sociedad estadounidense respecto a la educación de sus hijos.

Poco gusto he sacado del rol protagónico de Emile Hirsch (nunca me terminó de convencer como líder de una banda de traficantes); en el dudoso casting que puso a Justin Timberlake como uno de los principales de la trama (quizá demasiado encasillado por su aura de estrella pop); y en la inexplicable ausencia de Ben Foster en la casi totalidad de la segunda parte del filme.

El desenlace de la película está ajustado a los hechos reales. Así que el absurdo del mismo es una muestra más de los insuperables límites de la estupidez humana, y ninguna responsabilidad del director.