El cine nórdico parece que no dejará de darme grandes satisfacciones. Y me alegra. "Purge", basada en la novela homónima de Sofi Oksanen, es un filme 'crudo', amargo, que tiene en el sufrimiento de las dos protagonistas el hilo conductor de su interesante argumento. Nos muestra a Aliide, anciana y solitaria, que vivió en carne propia los horrores del régimen comunistas en su país (Estonia) a mediados del siglo XX, y que en una lluviosa noche de 1992, da acogida a Zara, una joven maltratada que escapa de una peligrosa mafia de trata de esclavas sexuales. Ambas comparten una historia de abusos, dolor y desesperación, pero hay algo más allá en esta triste coincidencia, hay algo que desconocen y que la casualidad o el destino les tiene todavía preparado.

Ambientada en las frías tierras del norte de Europa, es "Purge" una cinta sobria, documentada, con una puesta en escena histórica bastante sugestiva. De manera inteligente su director, Antti Jokinen, adapta a la pantalla las dificultades narrativas que plantea la novela original, esto es: el ir y venir en el tiempo (con todo lo que esto implica), mientras cada una de las protagonistas vive su propio calvario enfrentando a dos "antagonistas" históricos tan disimiles entre sí pero igual de represores y violentos.

Rescato de la película la agudeza con la que por medio de las vivencias de las dos mujeres, Aliide y Zara (una anciana y otra joven, una comunista y otra de ideas liberales, entre otras diferencias propias generacionales), quedaron escenificadas las distintas violencias ejercidas hacia las mujeres en el marco normativo de dos épocas tan diferentes como los años 50 y los años 90 del siglo XX. En efecto, el filme parece una ofrenda al dolor físico y moral de las mujeres que en periodos históricos de represión estuvieron ajenas a la palabra pública, a los derechos, a la protesta, a la dignidad.

Contamos con actuaciones interesantes y caras que de seguro veremos a menudo. La exótica Laura Birn fue una gran sorpresa, así como la veterana Liisi Tandefelt y la prematura Amanda Pilke. La bellísima Krista Kosonen no me terminó de convencer, demasiado hermosa para su papel.