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Voto de NoTodoEsUSA:
6
Drama Tras un inocente juego en la playa junto a sus compañeros de clase al comienzo del verano, la vida de cinco jóvenes hermanas huérfanas de un pequeño pueblo turco cambia radicalmente. Disgustados por la supuesta inmoralidad en el comportamiento de las chicas, su abuela y su tío deciden tomar medidas que garanticen la virginidad y pureza de las cinco hermanas, así como precipitarlas hacia su destino de futuras esposas. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2016
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El patriarcado es un orden social e ideológico que se fundamenta en relaciones de poder sustentadas en la imposición de superioridad del género masculino sobre el femenino. En su primer largometraje Deniz Gamze Ergúven nos muestra la influencia de la sociedad sobre la vida de cinco hermanas encadenadas a un destino que no eligieron, pero que les fue impuesto por el hecho de ser mujeres. Cuando nacemos todos somos iguales: jugamos, reímos, lloramos pero muy pronto comienzan a imponernos diferencias. La directora nos sumerge en “Mustang” en una problemática muy real que aún se vive en muchos países. Una obra que esta recibiendo el reconocimiento de diversos festivales, tras ganar el “Label Europa Cinemas” en el Festival Cannes 2015 ha sido premiada en el Festival de Sevilla, Festival de Sarajevo, National Board of Review, Premios del Cine Europeo y Premios Goya.

Los caballos salvajes reciben el nombre de ‹mustang› que tiene origen en ‹mesteño›, es decir, ‹animal que no tiene amo conocido›. El film refleja el deseo de las hermanas de ser libres, de no conocer amo y ser dueñas de su propio destino. Como caballos salvajes que no pueden ser domesticadas buscan la forma de escapar del destino que les ata. Un grito de rebeldía contra el orden impuesto, que intenta domarlas para convertirlas en esposas dóciles y serviciales, pero los mustang no pueden ser domesticados siempre encontraran la forma de escapar de las rejas. Una juventud que no comprende ni quiere comprender las injusticias de la sociedad y se rebela contra los lastres del pasado. La juventud siempre fue el motor revolucionario que impulsa a la sociedad.

Cuando llegan las vacaciones las cinco hermanas entre lágrimas y risas corren a disfrutar con sus amigos de a la playa, Gamze nos sumerge en un mar de nostalgia donde una luz cálida ilumina a los niños mientras juegan y se divierten, momentos de inocencia al margen de los lastres del patriarcado, donde ambos géneros pueden divertirse por igual. La familia impone las primeras cadenas, contagiando con sus prejuicios la inocencia de los jóvenes. La presión de la sociedad lleva a la familia a prohibir a las hermanas jugar con los niños, separando el camino de hombres y mujeres. En ese momento la familia se convierte en una cárcel, una fábrica de esposas donde las niñas serán encerradas como ganado para ser preparadas para el matrimonio. En un principio la unión entre ellas las fortalece, les hace afrontar las cadenas que les imponen. Quizás este es el punto álgido de la obra, estos momentos donde la unión de las hermanas unidas por sangre y por padecer la misma condena, les permite superar todos los obstáculos y rebelarse contra el mundo.

Las mujeres son las protagonistas de la historia, la cámara se centra en ellas para diseccionar sus miedos y pensamientos. Observamos las diferentes posiciones que toma cada mujer: las adultas que comprenden la rebeldía de las niñas —y por ello intentan protegerlas— pero se encuentran alienadas al hombre, resignadas a su opresión se convierten en cómplices. Por otro lado, las hermanas que se posicionaran de forma distinta ante la imposición del matrimonio. Unas terminaran aceptándolo mientras que las otras se niegan a aceptarlo. Al dividirse el grupo, esa rebeldía empieza a agotarse en algunas de ellas, comienzan a aceptar la sumisión, entrando en la desesperación de no encontrar salida. ¿Seguir la corriente de la sociedad o rebelarte contra ella? ésta será la cuestión principal a la que se enfrente cada una de ellas.

Las niñas dejan de estudiar para ser esposas, en una fábrica donde el matrimonio es el único destino, se les enseña a vestir, caminar, coser, cocinar, limpiar en definitiva: servir. Una situación que no nos pilla muy de lejos, cuando a las mujeres se les enseñaban asignaturas domésticas en la escuela, con el objetivo de prepararlas desde jóvenes para ser esclavas del hombre. Un adoctrinamiento continuo por parte de los medios de comunicación, familia, vecinos y escuela que busca afianzar la opresión hacía la mujer. Para las hermanas su habitación se convierte en la celda de una cárcel, barrotes a medida que transcurre el tiempo se hacen más altos y, poco a poco, intenta limar su rebeldía, asfixiando las ansias de libertad, anulando sus risas para empujarlas a aceptar las cadenas o rendirse ante ellas.

El film te mantiene pegado al asiento viviendo el drama desde la inocente mirada de una niña. Pero en ciertos aspectos, no arriesga todo lo que se podía esperar, se centra en un tema tratado repetidas veces sin aportar nada nuevo. Da la impresión de que busca el camino fácil, dado que desde la perspectiva europea los hechos denunciados pertenecen al pasado o a un país lejano —no es algo que nos afecte directamente— el mensaje es aceptado de buen grado por todo tipo de público, sin incomodar a nadie. Una obra que no termina de meter el dedo en la yaga, incluso, puede llevar a pensar a muchos que la opresión hacia la mujer ha desaparecido en los países europeos o en las ciudades mas desarrolladas. Es cierto que las formas de opresión han cambiado, que en apariencia la mujer es capaz de decidir su propio camino, pero solo es necesario rascar para apreciar que las cadenas siguen vigentes
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
NoTodoEsUSA
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