No sé quién decía por ahí que esto no era una comedia, y yo digo que un drama no es. Otra cosa es que pretenda ser graciosa y no lo sea, pero creo que tiene sus momentos buenos y absurdos. Lo bueno es ver siempre reunida a la troupe Apatow, que son como una familia y me emociono siempre que aparecen juntos. No puedo evitarlo, soy bastante incondicional del humor absurdo. En este caso agradezco que se le haya dado un papel protagonista a la antaño fantasía sexual de tantos (incluido yo) Christina Applegate, quien no ha sido muy aprovechada salvo contadas películas, aunque quizá por sus problemas personales no la hemos visto mucho en pantalla. Will Ferrell está muy bien metido en su personaje, estereotipo explotado hasta la saciedad (qué tanto me recuerda a Tom Tucker, de Family Guy), y hasta me arriesgo a decir que ese peinado y bigote le favorecen. Lástima que Steve Carell tenga tan pocas líneas, pero aún no era una superestrella. Como siempre digo, la película gana más si se ve en versión original, sobre todo en las comedias de este estilo, que suelen tener un pésimo doblaje español. Y atentos a todos los cameos famosos.