"El hijo de la novia" es una película entrañable. Ojo, entrañable a su manera, porque para nada es una historia edulcorada perfectamente preparada para su pase en Antena 3 durante las vacaciones navideñas. Juan José Campanella nos ofreció una historia con la sombra del alzheimer, maldita enfermedad, siempre presente. Lejos de abordar tan dura temática centrándose en la enfermedad en sí, el realizador argentino se encarga de diseccionar la vida y existencia de los que están alrededor de ella. El alzheimer, en este caso, no es solo protagonista, sino también vehículo para poder indagar en las consecuencias que genera.

"El hijo de la novia" es irremediablemente dramática, algo lógico teniendo en cuenta sus circunstancias, pero a la vez no deja de tener su contraparte, más amable y alegre, incluso cómica en ciertos momentos concretos. Casi se podría decir que es más un drama vital, que gira en torno a problemas cotidianos y a los que probablemente nos hemos enfrentado muchos de nosotros: la relación con nuestros familiares cercanos, las expectativas fallidas creadas en torno a nuestro futuro, la necesidad de romper con todo y a la vez el miedo a lo desconocido, las decisiones estúpidas tomadas en caliente de las que luego nos arrepentimos... Y de fondo, lo más importante: siempre hay un rayo de esperanza y lo mejor para poder visualizarlo es apoyarnos en las personas que queremos.

Trama y estilo narrativo aparte, si la cinta de Campanella sobresale por algo es, también, por su reparto. Ricardo Darín realiza un grandísimo papel dando vida a ese hombre estresado, frustrado y confuso. Su peculiar dicción al hablar casa perfectamente con el personaje. Héctor Alterio también está excelente y la química entre ambos se palpa en cada escena que comparten. De Norma Aleandro, qué decir, increíblemente veraz en su transformación en una enferma de alzheimer, algo nada fácil de plasmar que sin embargo consigue hacer completamente creíble. En papeles más secundarios, una jovencísima Natalia Verbeke y Eduardo Blanco aportan su granito de arena a un conjunto interpretativo espectacular, que es sin duda uno de los puntos fuertes de "El hijo de la novia".