Vamos a ser claros desde el principio, "Whiteout" es una película horrible, sin nada destacable y muchísimos aspectos mejorables. Eso siendo generosos en la valoración y sin caer en adjetivos desagradables. Podría engrosar sin ningún problema la lista de maravillas (guiño, guiño) que se disfrutan en la sobremesa de los domingos de Antena 3. Una de ésas en las que el traductor español se pasa por el forro el título original para renombrarlas como "Seducción fatal" o "El sufrimiento de una madre". Debí hacer caso a las señales cuando vi que "Whiteout" se había convertido en nuestro país en "Terror en la Antártida".

Pero vamos al meollo de la cuestión, aunque por desgracia no es que haya demasiado que comentar. Tenemos a una protagonista en una región inhóspita de la que nos dejan muy claro que está deseando salir. Casi ni suena a que algo malo ocurrirá y no podrá hacerlo, ¿verdad? Tenemos también por ahí un pasado traumático que no aporta absoluta nada a la historia, pero que te van a enseñar en flashbacks para rellenar un poco. No podía faltar una ración de diálogos y chascarrillos cutres, perpretados por unos personajes planos y con los que es imposible crear conexión alguna. Por ahí también andan unos comunistas que resulta que son la semilla de todo lo malo que ocurre en "Whiteout". Y para aderezarlo todo un amago de romance que al final no llega a buen puerto porque los guionistas no tenían tiempo, se les olvidó, les dio demasiada vergüenza meter un topicazo más o vete tú a saber por qué...

A eso hay que añadir un guión inconsistente y sin chispa, que además intenta remontarse con "giros de guión" (ríete tú de Shyamalan) bochornosos. Todo predecible y repleto de las típicas trampas en películas de este calibre: el que parece el culpable, pero no, pero sí otra vez, pero finalmente no y acaba siendo amigo de la "prota"; el malo al que pillan de forma simple pero resulta que no es el "malo malísimo" o el miembro respetable de la comunidad que después de una tensa situación se descubre que es ese "malo malísimo". Derrochando originalidad por los cuatro costados.

Estoy haciendo un esfuerzo para poder nombrar algo positivo. Digamos que técnicamente no es mala, los paisajes helados no están mal, aunque sí poco aprovechados. La banda sonora, pese a ser un ejemplo de melodías genéricas en peliculillas de aventuras de medio pelo, cumple con su cometido sin mucho problema. ¡Ah!... y unos créditos finales (realmente solo parte de ellos) con un bonito aspecto y un atractivo diseño gráfico. O quizá no eran para tanto pero, después de hora y media de bochorno constante, a mí me supieron a gloria...