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Voto de jgripweed:
5
Animación. Fantástico. Comedia. Aventuras Durante décadas, Ralph ha vivido a la sombra de Repara-Félix Jr., el chico bueno de su videojuego. Cansado de ser el malo de la historia, Ralph decide tomar el asunto por sus propias y gigantes manos, y se lanza en un viaje a través de los distintos mundos y generaciones de videojuegos para demostrarle al mundo que él también puede ser un héroe. (FILMAFFINITY)
9 de enero de 2013
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que los tipos de Disney saben que es difícil que gente como yo, salvo por obligación laboral o compromiso familiar, nos dispongamos a ver una película suya. Y somos nosotros, los tipos duros y pasotas, los que marcan la diferencia entre su taquillaje y el de las películas de Pixar. Será que tengo ese trauma contra las películas de Disney; el mismo que tienen muchas mujeres del mundo tras ver Sexo en Nueva York, pero es muy complicado que sus películas me resulten atractivas hoy por hoy.

Aún así los tipos listos de Disney han encontrado un resquicio en mis prejuicios y han producido una cosa llamada ¡Rompe Ralph!, que se sirve de la nostalgia para evocar mi atención y que pierda el tiempo en verla. La nostalgia, digo, porque esto va de un personaje de videojuegos, y utilizan una buena y bonita gama de recursos visuales para hacer que la memoria recupere momentos extraordinarios en las máquinas recreativas, desde los juegos más antiguos de hace más de treinta años, a los cada vez más espectaculares que iban surgiendo (y, de paso, agotando ahorros). Poco a poco, reflexiono en por qué añoro esos videojuegos y por qué no añoro las películas de Disney que veía de pequeño, y creo que he llegado a una conclusión acertada. La misma a la que llegaron los esbirros sabiondos de Walt: nunca me gustaron esas películas, y algo en mi conciencia me decía que cuando fuera mayor me avergonzaría de mis chuchi-gustos infantiles.

Por eso, también me avergüenzo un poquito de haber caído en el anzuelo de nuevo, y aunque Ralph me pareciera algo gracioso y original, acaba resultando algo plano en un mundo tridimensional, y con una paleta de ocho colores en el universo multicolor de las videoconsolas. Prefiero no decir mucho más, porque cada vez que reflexiono sobre ella me da más pereza pensar que a alguno de mis queridos sobrinos se le ocurra la maravillosa idea de pedirme que les lleve a verla. Yo no quiero que ellos crezcan con los mismos traumas y pesares de conciencia que yo.

http://diarioenred.com/2013/01/rompe-ralph/
jgripweed
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