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Voto de jgripweed:
7
Cine negro. Thriller Dos ex-convictos no demasiado brillantes son contratados para asaltar una lucrativa partida ilegal de poker. Las culpas recaerán sobre el organizador del juego y los ladrones podrán empezar una nueva vida. Por desgracia, el dinero robado pertenece a la mafia, que se pone en contacto con el investigador y asesino Jackie Cogan para encontrar a los culpables. (FILMAFFINITY)
28 de septiembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bajo unas palabras tan incompatibles como “Mátalos suavemente” se esconde una película cuya trama principal, de simple, asusta. Unos ladronzuelos asaltan una timba de póquer, y los perjudicados deciden hacer justicia y cargárselos para que no vuelva a suceder. Como cabe esperar, hay personajes fríos, chungos, peligrosos, poco recomendables, asesinos y demás tópicos, en escenarios fríos, chungos, peligrosos, poco recomendables y mortales. Sí, es una historia que, antes de empezar, ya nos ha matado, porque es previsible. Pero lo hace muy suavemente, como el título.

Y esa suavidad, que hace que la película se pase en un suspiro, sin percibir realmente la falta de sorpresas o giros inesperados, la disfrutamos gracias a unos diálogos ingeniosos y, en ocasiones, brillantes, y a las interpretaciones de un elenco de actores que ya quisieran muchos otros. Por la pantalla desfilan Brad Pitt, Ray Liotta, James Gandolfini y Richard Jenkins, actores cuya valía no alberga ninguna duda, y también Scoot McNairy y Ben Mendelsohn, que para nada desentonan a pesar de que su trayectoria sea menos larga o conocida. De hecho, este último recrea a un personaje que sólo se puede definir como tal, “personaje”, cuyas frases y diálogos desprenden un aroma tan sucio como su apariencia; un logro absoluto de Dominik, autor del guión además de la dirección de la película. También Gandolfini saca lo mejor de sus líneas, con una interpretación de las que llaman la atención, para bien, desde el mismo momento en el que abre la boca.

Pero la película no sólo nos mata suavemente, sino que también lo hace fríamente. Acierto de nuevo de Dominik, que no se ciñe en describir a unos personajes carentes de sentimientos, sino que los graba marcando unos tempos y unos ritmos que, sin llegar a congelar la imagen, mantienen al espectador estático y paciente a la vez, sobre todo en esos momentos críticos para una película de este género.

La puntilla, que tal vez sea lo que más debate pueda originar, viene a través de las pildoritas que nos suelta a lo largo de la película, con retransmisiones televisivas de líderes políticos norteamericanos, variadas y ambiguas, a las que Brad Pitt da matarile sin tanta suavidad, pero con toda la frialdad del que tiene como único objetivo sobrevivir.

http://goo.gl/7AfSX
jgripweed
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