Esta película es un flagrante caso de "quiero y no puedo". Quiero ser Sospechosos habituales 2 y me quedo a mitad de camino. Quiero comprarle un buen peluquín a Bruce Willis y me quedo sin presupuesto.

En fin, la peli sigue el siguiente esquema: Willis te saca completamente de la película, provocándote un ataque de risa cuando mira a una anciana dormida y dice convencido: "Está buena, ¿eh?". Después, sin quedar muy claro a qué género pertenece (no es una comedia, como podría colegirse de la escena de Willis que acabo de describir) una enrevesadísima historia, protagonizada por personajes raros de narices, aporta toneladas de datos que serán unidos en plan puzzle en el sorprendente final. Lo que pasa que el final sorprende, pero no tanto, porque no han sabido preparar al espectador para ello. Te encuentras con una peli "de final sorprendente", valga la redundancia, bastante cogido por los pelos y encima con trasfondo chungo y dramático, cuando creías que estabas viendo una simpática peli de mafiosillos y chuletas que se toman demasiado en serio a sí mismos.

Le pasa lo mismo a la película: al final se toma demasiado en serio a sí misma.