Pues le falta a mi juicio algo para llegar a ser tan encantadora como Moonrise Kingdom o tan divertida com Life Acuatic, pero gusta, entretiene y también hace sentir, así que la valoración es en conjunto positiva. Fantástico Ralph Fiennes en el papel de ese jefe de hotel que seduce a mujeres mayores. Constituye tanto el personaje como la buena interpretación de Fiennes (perfectamente adaptado al universo Anderson) lo mejorcito de la película. La historia nostálgica y cómica, con una fotografia y estética especial como siempre, bella y tristona, se enriquece con una plantel de actores extraordinario, Murray, Keitel, Adrian Brody, Daffoe, Norton y otros (varios de ellos habituales de las películas de Anderson). Sin embargo, ese plantel parece en el fondo querer desviar la atención sobre la realidad de que al guión le falta por momentos un poquito más de fuerza, ser algo más sólido. Parece como si Anderson (consciente de que el guión no acaba de atrapar) haya optado por deslumbrar al espectador con una sucesión de cameos en la que cada secundario que aparece viene interpretado por un peso pesado de la pantalla. El resultado es que si bien te alegras de ir reconociendo rostros importantes del cine en cada nuevo personaje, en algún momento (por ejemplo el rato de la prisión) parece que el film se sirva de eso para mantener la atención. Pero bueno, la película se sostiene, el metraje no es exagerado, y como antes decíamos Fiennes y su personaje mantienen el interés y una sonrisa constante hasta el final, y después.