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Voto de Peicho:
5
7,7
137.361
Drama. Romance
Jamal Malik (Dev Patel) es un adolescente pobre de los suburbios de Bombay que participa en la versión hindú del popular programa "¿Quién quiere ser millonario?". A punto de conseguir 20 millones de rupias, que es el premio máximo del concurso, el joven es interrogado por la policía, que sospecha que está haciendo trampas. Pero para cada una de las preguntas, Jamal tiene una respuesta. (FILMAFFINITY)
10 de septiembre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ocho Oscars, ocho putos oscars. Como está el cine, señor mío. Veamos (me temo que voy a destripar la película casi enterita):
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Después de un comienzo realmente potente la película comienza a deshilacharse mientras se agota la fórmula de las dichosas preguntas, original en un principio pero que acaba siendo tediosa y repetitiva. Además, el esquema niño pobre-puteado por la vida-huérfano y-con un amor de la infancia a la que busca desesperadamente está más visto que los goles del España-Malta. Se supone que la película tiene mucho de denuncia social, pero los temas más interesantes como el odio religioso o el rapto y maltrato de niños se pasan muy por encima, con la única intención de hacernos ver la procesión de desgracias de nuestro ceniciento moderno. El final, forzadamente feliz, da arcadas, con el niño haciéndose de oro y quedándose también con la chica, y su hermano quemándose a lo bonzo para salvarlos, cuando era un hijoputa con las ocho letras. Para rematar, el bailecito final a lo Bollywood en la estación de tren le quita a uno la posibilidad de tomarse en serio lo que ha ocurrido en la pantalla. Todo esto a nivel general.
En cuanto a detalles más específicos, es sencillamente inverosímil la evolución de los personajes, cambiando de actitud por intervención divina y nada más, caso de Jamal, un niño simpático que pasa a ser un joven apocado, cortante y con el que no se logra ninguna empatía. Vale que ha sufrido mucho y pobrecito, pero seguro que existe un término medio, joder. Y aún peor es lo del hermano. Sin razón aparente se convierte de villano a héroe porque sí, porque la película se está acabando y tenemos que cerrar. Tampoco se entiende la esperpéntica relación desde un principio del prota con el presentador del programa, otro gilipollas del que es imposible adivinar las razones de su comportamiento ("este es mi show" dice el notas), y que más que presentar el 50x15 pareciese que presentaba El rival más débil por su forma de cebarse con el concursante. Lo peor de todas formas llega cuando Jamal consigue descubrir el paradero de su enamorada, donde se dedican el uno y la otra frases como: "¿de qué vamos a vivir? De amor" o "pensé que solo en la muerte estaríamos juntos", todo muy ñoño y vergonzante. La traca final es la jodida útima pregunta, 20 millones de rupias por decir quién es el tercer mosquetero ( VAMOS, NO ME JODAS) y que el comodín de la llamada lo utilice con su hermano, a quién odia, solo para que la chica pueda coger el puto móvil.
No tengo más ganas de seguir desgranando estupideces (qué podría), así que, resumiendo, veinte minutos trepidantes y a partir de ahí descarrile y sin frenos. No me sorprende que le guste al público medio por la cantidad de concesiones que hace el director a la lágrima fácil y la sonrisa boba, pero lo de los críticos sí, porque aunque pueda estar de acuerdo con ellos o no, esta clase de películas tramposas las suelen cazar al vuelo.
De cualquier manera a mi no me engañas, Danny Boyle.
En cuanto a detalles más específicos, es sencillamente inverosímil la evolución de los personajes, cambiando de actitud por intervención divina y nada más, caso de Jamal, un niño simpático que pasa a ser un joven apocado, cortante y con el que no se logra ninguna empatía. Vale que ha sufrido mucho y pobrecito, pero seguro que existe un término medio, joder. Y aún peor es lo del hermano. Sin razón aparente se convierte de villano a héroe porque sí, porque la película se está acabando y tenemos que cerrar. Tampoco se entiende la esperpéntica relación desde un principio del prota con el presentador del programa, otro gilipollas del que es imposible adivinar las razones de su comportamiento ("este es mi show" dice el notas), y que más que presentar el 50x15 pareciese que presentaba El rival más débil por su forma de cebarse con el concursante. Lo peor de todas formas llega cuando Jamal consigue descubrir el paradero de su enamorada, donde se dedican el uno y la otra frases como: "¿de qué vamos a vivir? De amor" o "pensé que solo en la muerte estaríamos juntos", todo muy ñoño y vergonzante. La traca final es la jodida útima pregunta, 20 millones de rupias por decir quién es el tercer mosquetero ( VAMOS, NO ME JODAS) y que el comodín de la llamada lo utilice con su hermano, a quién odia, solo para que la chica pueda coger el puto móvil.
No tengo más ganas de seguir desgranando estupideces (qué podría), así que, resumiendo, veinte minutos trepidantes y a partir de ahí descarrile y sin frenos. No me sorprende que le guste al público medio por la cantidad de concesiones que hace el director a la lágrima fácil y la sonrisa boba, pero lo de los críticos sí, porque aunque pueda estar de acuerdo con ellos o no, esta clase de películas tramposas las suelen cazar al vuelo.
De cualquier manera a mi no me engañas, Danny Boyle.