Haz click aquí para copiar la URL
España España · Santander
Voto de Simsolo:
8
Comedia. Romance Un grupo de supervivientes de los campos de concentración nazis se asocian para montar un pequeño negocio de venta de ropa de cama, producto que por lo visto está muy demandado entre los alemanes, quienes además sienten la suficiente culpa como para no cerrar la puerta a un grupo de vendedores judíos. La idea es, por supuesto, reunir el dinero suficiente para irse de Alemania a los Estados Unidos. El simpático grupo, contagiado de la ... [+]
5 de diciembre de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Bye bye Germany” incomoda: el holocausto judío es un asunto severo que no admite chanzas ni lecturas contradictorias. Aquí se sustituyen la épica y el compromiso por la capacidad de resistencia del individuo en situaciones que lo superan. Durante una guerra y su miserable prolongación -esas posguerras que colmatan de miseria décadas enteras y carecen de espacio en las enciclopedias-, solo queda una opción: sobrevivir. Quizás la capacidad para contar chistes del bufón protagonista sea la misma que le permite lucirse con la oratoria de cualquier vendedor a domicilio. A pesar de los aires liberadores, la ocupada Alemania conserva el hedor de los hornos crematorios y cualquier estratagema es lícita para huir. Explotar la mala conciencia de unos y otros despeja el camino de nuestros timadores. Dejar atrás un país culpable y pernicioso –el dolor que les supone recorrerlo- barre de un plumazo otras consideraciones morales.

El tono adoptado es el de un cuento perverso con dos macabros figurantes en permanente fuera de campo, un Führer y un Duce que rivalizan como payasos. Su realizador no oculta esa impresión literaria, sino que la acrecienta simbólicamente. Todas las escenas en las que interviene el perro tienen esa inflexión naíf de las fábulas que conceden la risa sin evitar el escalofrío. El plano en el que el hombre simula cojear y camina junto al tullido can, ambos alejándose, esconde una poesía que es un homenaje a la amistad. Cine mudo en su expresividad. Incluso la distante militar americana que conduce los interrogatorios y tiene en sus frías manos la llave de la conclusión (estupenda Antje Traue), esconde sus miedos. No es una historia de amor grandiosa, desde luego, sino un apaño en un momento torturado de dos seres desplazados. Los sentimientos hay que rescatarlos de las alcantarillas. No se trata de pasión, sino de refugio. La esperanza de la carne entre mugre y tristeza.

La reaparición del grueso y jocoso oficial alemán traslada la supervivencia al otro bando. El revés de las cosas, o tal vez su verdadera cara. El mismo escenario para todos. El desdichado se alegra del reencuentro con su preso favorito porque piensa que, exculpando a nuestro embaucador, formará parte de una cadena de favores. Como si su maldad hubiese sido una mala ocurrencia. Los que critiquen “Bye bye Germany” por su falta de heroísmo y denuncia, por su contención emocional, leen mal entre líneas. No hay que engañarse. Por debajo de su mansa y costumbrista corriente circula el poso de un totalitarismo que nunca atendió a razones. No las necesitaba porque las creaba. Y si el absolutismo de la intolerancia vuelve, tocará sobrevivir, ser humanos y hacer de las debilidades vida, no heroísmo. Otra clase de arrojo.
Simsolo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow