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España España · Santander
Voto de Simsolo:
8
Thriller. Drama Mientras planifica su próximo golpe, Doug MacRay (Ben Affleck), un atracador de bancos de Boston, tiene que esforzarse por controlar sus sentimientos por Claire (Rebecca Hall), la directora de uno de los bancos que atracó. Al mismo tiempo, intenta esquivar al agente del FBI (Jon Hamm) que le sigue los pasos. (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2015
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“The town” transita por lugares comunes, pero lo hace con dignidad y aplomo. Desde ese primer atraco que nos recuerda al Fuller más eléctrico, hasta un final un tanto desleído, suma aciertos y altibajos con soltura. Más de los primeros que de los segundos. Y lo hace sin menoscabar una regla de oro del buen cine negro: que la ambigüedad campe a sus anchas, erigiéndose en protagonista total. Que esa turbia frontera entre la delincuencia y sus vigilantes sea invisible. Ejemplos sobran en esta narración construida, a pesar de algunas lagunas de guión, con la tersura y convicción de un clásico: ladrones y policías navegan juntos por las sucias aguas de un barrio consumido por su leyenda. Las escenas de acción, esos atracos súbitos, bruscos, no buscan ahogar al espectador con la marrullería habitual del género. Aquí no hay fuegos de artificio, sino un práctico pragmatismo: la desesperada acción también nos informa de los protagonistas, construyéndolos amenaza tras amenaza, culatazo tras culatazo. Pero su director no descuida por ello las escenas de reposo, que también nos hablan de ellos. De esos dos delincuentes, casi hermanos, atados de pies y manos a su oscuro oficio y al suburbio que habitan,y de todos los demás. Affleck se desenvuelve con una pericia y un sentido trágico heredado del thriller se los setenta, con la sordidez de las relaciones como fondo. Nada que ver, afortunadamente, con ese policiaco actual, basado en la acción desaforada y los planos de más. Como si el mejor Frankenheimer y el amigo Jules Dassin revisitasen sus escenarios dados de la mano.

Ya el plano de las piernas desnudas de la chica durante el atraco nos habla de la redención, de la pureza que el buen ladrón busca. El desapego hacia su viejo mundo se acrecienta, aunque las reglas doradas del hampa están escritas para ser cumplidas, no para ser borradas. Aquí el guión se resiente. La sensación de pérdida y desdicha está conseguida y por momentos estamos en un polar francés, con sus personajes arrastrados por códigos insustituibles. Pero la huella de Jean Pierre Melville termina perdiendo fuelle. Algo chirría en el desenlace, aunque sin que eso resquebraje la película, porque no es un problema de verosimilitud, sino de riesgo. Escenas como el encuentro en el bar entre la hermana drogadicta y el agente o el duelo verbal entre el personaje que interpreta Ben Affleck y el capo barriobajero amante de las rosas y su matón, los toscos amos del barrio, contienen segundas lecturas que enriquecen la trama. Apenas se encuentran momentos de debilidad, solo ligerezas, concesiones que afean una resolución que, de haber abrazado finalmente el aura elegiaca de filmes como “La Jungla de Asfalto”, hubiera cumplido con ese otro requisito de todo thriller enfrentado a sí mismo: la fatalidad.

Aún así “The town” destaca. Tiene aires de clásico, de filme capaz de crecer tras una segunda visión. Merece el tiempo que dura porque le sobran detalles; no insulta al espectador con soluciones formales de feria. Nos permite caminar junto a sus malhadados protagonistas por el filo de la navaja. Su destino acaba importándonos y eso es un mérito. Sabremos así que la triste directora del banco atracado siente por fin el agua salvadora en sus pies, pudiéndose quitar la venda que le impide ver el mundo, y que nuestro condenado perdedor, a su manera, encuentra su último refugio.
Simsolo
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