Bellísima película ambientada en Columbia Británica del finales del siglo XIX , si bien fue rodada en las Dolomitas de los Alpes, en el valle de San Lucano a Taibon Agordino, y en el valle de Primiero en Italia. Aunque hay personas, los protagonistas son los animales: osos, ranas (una,al menos), ciervos, un puma, y... perros (debería decir sabuesos) al servicio de sus depredadores dueños.
El personaje principal es un osito que, tras perder a su madre, a la que una avalancha de rocas aplasta la cabeza mientras busca miel para alimentarse en una zona montañosa, queda solo y desamparado.En su triste soledad encuentra a un oso adulto que le rechaza en un primer momento, pero que termina acogiendole. Ambos tendrán que huir de unos cazadores que intentan matarlos. Increiblemente, en un momento de lucidez, los cazadores acaban tomando conciencia sobre el derecho de los animales a vivir. El oso grande se convierte en el padre adoptivo del cachorro, y la historia acaba felizmente.
Bellísimos paisajes, animales entrañables y una vez más, una interpelación al genero humano.