No es que el filme me haya convencido, caray. Pero algo tiene. Más de uno no me podrá negar que esa estética de zoom y la BSO de Quincy Jones han envejecido lo suyo. Sin embargo, la violencia del filme (violencia entre hombres y mujeres, violencia entre villanos y villanos, violencia ralentizada con automóviles...) sigue intacta.

Aunque quizá el largometraje peque de demasiado duro. Hay muchos malos sentimientos, muy pocas sonrisas, muy pocas palabras. Es bastante hard en ciertros aspectos, en definitiva.

Lo mejor: La dureza de las set pieces y la bella Ali MacGraw.

Lo peor: El ritmo de la película se ha convertido en demasiado parsimonioso para los estándares actuales (lo cual es a su vez bueno, supongo).