Y se abre el filón con una comedia de altura que llega a hacernos reir escena tras escena hasta el final de la película en una representación social digna de una gran ciudad andaluza.
En este caso Sevilla.
Cuando uno sale del cine se da cuenta del potencial creativo de los creadores de la película y el filón que aprovechan en tiempos de incertidumbre económica, para hacernos ver que a veces sólo tenemos que rasgar un poco para que las ideas surjan y permitan emocionarnos. Que sólo tenemos que mirar un poco alrededor y dejarnos empapar por el mundo que nos rodea. Que sólo tenemos que preguntar, porque más tarde o más temprano una respuesta siempre llega.

Dejando claro el ingenio y la capacidad para la comedia de El cabeza y El Culebra me gustaría resaltar en ésta película ese filón que se deja entrever en la película que nos ofrece el territorio andaluz, y que quizás debería de ser más aprovechado en el cine español, pues la riqueza en matices, humor y capacidad para reirse de sí mismos es siempre apta para este tipo de comedias.