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Voto de glothisman:
9
Drama Martín Echenique (Federico Luppi) es un director de cine argentino que lleva más de veinte años viviendo en Madrid. Detesta su país y se niega a recrearse en la nostalgia. Su hijo, al que todos llaman Hache (Juan Diego Botto), tiene 19 años y vive en Buenos Aires con su madre. Ni estudia ni trabaja; callejea y toca su guitarra eléctrica. Después de cinco años sin verse, vuelven a encontrarse en Buenos Aires cuando Hache sufre una ... [+]
29 de noviembre de 2009
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se ha dicho todo ya: que los personajes son carne de psiquiátrico, que se vale de la verborrea para hablar de la incomunicación, que es más necesaria que un libro de filosofía e incluso que si te gusta esta peli necesitas ayuda ( no podría estar más de acuerdo). Se mire por donde se mire, "Martín Hache" es una película excesiva con unos actores que parecen titanes y un guión tan intenso que parece una cápsula de cianuro concentrado. La peli tiene un punch dialógico diseñado para noquear al espectador. El mérito de esta película es recordar que además de seres visuales las personas también somos seres eminentemente verbales. Todos tenemos teorías, defendemos ideas, argumentamos nuestras pasiones, intentamos seducir al otro mediante la palabra. A veces sin mucho éxito, como puede comprobarse en la película. A través de las palabras que usamos y de las que recibimos llegamos a entender, amar y odiar a los demás. Las palabras son el único puente que nos conecta con la humanidad y con nuestros seres queridos. Hache para crecer lo único que necesita es encontrar sus propias palabras y el momento para decirlas. "Martín Hache" es una película síngular y asombrosa , no tanto por la peripecia escabrosa y un tanto increible de sus protagonistas, sino porque sus personajes se lo juegan todo a la carta del diálogo. Y lo hacen con todas las consecuencias, es decir, aún a riesgo de resultar fatuos, hirientes o ridículos. Y no hay que olvidar que las personas a veces también somos así: preferimos seguir hablando antes que poner música, necesitamos expresar minuciosamente lo que nos inquieta hasta las últimas consecuencias, es decir, hasta el extremo de resultar pedantes o meter la pata.

¿ Qué cine refleja esa realidad humana?: ¿ el de Tarantino?, ¿ el de Amenábar?, ¿ el de Wong Kar Wai?. Venga hombre: va a ser que no. El único director que insiste en cada película con su verborrea inquietante es Aristarain. No hay ninguno que se le pueda comparar. Ni siquiera ese piltrafilla inglés llamado Ken Loach.
glothisman
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