Magnífica e inclasificable película de Polanski que bucea por el inevitable y definitivo descenso a la locura de una joven, magníficamente interpretada por Catherine Deneuve.

La repulsión hacia los hombres que manifiesta Carol durante toda la película, cuyo origen es insinuado (spoiler) pero no aclarado del todo al final del metraje, es la otra protagonista del film.
Carol sólo se siente a gusto en compañía de mujeres (su hermana, su compañera de trabajo) y todo lo que tiene que ver con el sexo masculino la repugna. La relación de su hermana con un hombre casado y el posterior viaje a Italia que realizan, dejándola sola en el piso, supone el desencadenante de la psicosis de Carol.

He leído en algún sitio que Polanski no se documentó sobre las fases de un brote psicótico o sobre la sintomatología de una esquizofrenia. No obstante, la película puede funcionar como un retrato sintomatológico de esta enfermedad mental (a pesar de alguna pequeña incoherencia) y como una película de intriga e incluso terror.
Parte de la historia está contada desde la subjetividad del delirio de Carol, estos momentos son los que más emparentan la narración con el terror (las grietas, las manos que emergen del pasillo…). Sin embargo, Polanski se reserva una mirada de narrador que nos permite apreciar objetivamente el deterioro psicológico de Carol, distanciándose de otras películas que también tratan la psicosis como Shutter Island o incluso Cisne Negro.
Gracias a esa mirada de narrador y a una interpretación magistral de Deneuve, la película funciona también para describir las diferentes etapas por las que atraviesa un esquizofrénico en pleno brote (ensimismamiento y perplejidad, alucinación) y también algunos comportamientos asociados a la esquizofrenia como son las conductas sin sentido (el momento de la plancha), la paulatina degradación y suciedad del piso (el conejo pudriéndose, las patatas…).

No queda muy claro si hay delirio por parte de Carol, es decir de una historia que el paciente construya para explicar y dar sentido a las alucinaciones (algo que si estaba presente en, por ejemplo, Shutter Island). Pero por lo demás, la descripción y la evolución patológica de Carol no está mal construida.

Por otra parte, nos queda el relato de intriga-terror propiamente dicho, en la interacción que Carol tiene con los hombres que van apareciendo en la película, consumado con dos escenas de violencia resueltas con tensión y maestría por Polanski (con homenaje a Hitchcook incluido).
El retrato que hace Polanski de los hombres, especialmente explicitado en la figura del casero y más sutilmente en la figura del amante de la hermana, no es muy positivo. Esto me resulta contradictorio, con la biografía del propio Polanski que todos conocemos, así que me decanto a pensar que más que una crítica a la sexualidad masculina, este planteamiento no sea más que un asidero narrativo que le sirva al director para que empaticemos mejor con la protagonista y a su vez poder construir las escenas de más tensión.

El final es excelente y el sabor de boca que deja la película es de obra mayor, de director que sabe lo que hace y sabe como utilizar los recursos narrativos y visuales para contar historias que no solo entretengan o impacten sino que también nos hagan reflexionar.

Magnífica.