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España España · Almadén
Voto de Bonociudad:
8
Serie de TV. Drama Miniserie de TV (2011). 2 episodios. El miembro de ETA Argala (Unax Ugalde) se instala en Madrid con el objetivo de atentar contra el régimen de Francisco Franco. En un principio se encuentra solo porque desde el núcleo duro de ETA no quieren apoyar sus acciones porque le consideran un iluso... Al final consigue los apoyos necesarios para que le ayuden 3 miembros más del talde. El objetivo era matar a Luis Carrero Blanco (José Ángel ... [+]
23 de diciembre de 2012
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Habría que puntualizar algunos detalles históricos para valorar esta miniserie en su justo punto.

¿Personajes perdidos? Al contrario. Más bien es un auténtico placer ver a un guionista que se preocupa por rastrear más allá del Franquismo conocido por el gran público (Franco, Fraga y Carrero) y apreciar a los otros protagonistas del Franquismo, como López Rodó, mano derecha de Carrero, y al que hasta ahora sólo el gran Berlanga había sabido tratarlo, como caricatura, en aquel personaje ministeriable de "La escopeta nacional". Lo mismo se puede decir del otro "López" del tardofranquismo: López Bravo, ministro de exteriores salientes y puntual feligrés de la iglesia que visitaba Carrero. Precisamente la serie tiene la delicadeza histórica de recordarnos que el primer y omnipresente López sustituyó al segundo en la cartera de exteriores, cuando se configuró el gabinete en el que Carrero alcanzó la presidencia del gobierno. No podía ser de otra manera, si López Rodó había configurado juridícamente al Régimen y blindado la sucesión, podía permitirse la recompensa de la verdadera política: la internacional. Desde luego, dotes para ello no le faltaban, como ironiza magistralmente el guión en aquella escena en la que López Rodó se dirige a un diplomático en inglés. Y en ese momento nos sonroja recordar que la mayoría de los presidentes y muchos ministros que le sucedieron en época democrática no han dominado el idioma internacional por excelencia.

Porque, al contrario de lo que he leído en las críticas previas, Juan Carlos no fue en ningún momento la segunda opción para su sucesión, sino que siempre fue la primera. Ya se cuidó Carrero de ello, bien asesorado por sus tecnócratas, con López Rodó a la cabeza. Al morir Franco, recordemos el Jefe de Estado, le sucedería Juan Carlos como jefe de Estado, y Carrero continuaría de presidente.

Sin olvidar el entrañable guiño que el director da a la obra modélica en magnicidios cinematográficos: Chacal, de Fred Zinemmann. Porque muchos conocemos de las relaciones de la OAS con la España de Franco en los 60, a la que le interesaba un gobierno argelino que no pelease con Marruecos. Y en este telefilm la referencia a la OAS es de todo menos ridícula. Ni siquiera lo es el acento francés de Javivi. No olvidemos, que también Spielberg en aquella otra película ambientada en la apasionante política de comienzos de los 70, Munich, también tuvo un detalle con el magistral film del austríaco al incluir a uno de los protagonistas de la primera, el inspector francés, en la suya propia.

En fin, puede que alguien prefiera Operación Ogro de Pontecorvo, director también de la tan excelente como ideológica La Batalla de Argel. A éstos no está de más recordarles que también ETA quiso presentarse a sí misma como un movimiento tercermundista, como los combatientes del FLN argelino que Pontecorvo filmó, y que el retrato de Pontecorvo de unos y otros el tiempo se ha encargado de llenar de sangre, desgarros y destrucción.
Afortunadamente los que nos interesa saber cuanta más historia mejor agradecemos películas y guiones como éstos.
Bonociudad
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