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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
5
Fantástico. Drama. Thriller Año 1944, posguerra española. Ofelia (Ivana Baquero) y su madre, Carmen (Ariadna Gil), que está embarazada, se trasladan a un pequeño pueblo al que ha sido destinado el nuevo marido de Carmen, Vidal (Sergi López), un cruel capitán del ejército franquista por el que la niña no siente ningún afecto. La misión de Vidal es acabar con los últimos miembros de la resistencia republicana que permanecen escondidos en los montes de la zona. En la ... [+]
17 de octubre de 2006
10 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
No seré yo quien vuelva a recordaros el talento de uno de mis directores predilectos, pero desde ahora, os aviso. Basta adentrarse en El laberinto del Fauno para darse cuenta de la diferencia abismal que existe entre un simple aficionado freak y un maestro del cine fantástico como M. Night Shyamalan. Las comparaciones resultan odiosas a la par que inevitables. Más cuando uno sale de la sala y se siente estafado. Ya desde los festivales, la última película de Guillermo del Toro venía siendo alabada a bombo y platillo por nuestros medios de comunicación, críticos más reputados incluidos. Y me huele a chamusquina que apelativos tales como impresionante, extraordinaria, inquietante o deslumbrante sólo pueden responder a dos motivos: o el autor mexicano goza de buenas amistades, o hay dinero español de por medio, y parece ser que mucho, a tenor de la falta de objetividad habida en nuestras cabeceras más internacionales.

El director de la simpática Hellboy vuelve al contexto de la Guerra Civil Española como ya hiciera en El espinazo del diablo. Pero en esta ocasión la palabra equilibrio ha desaparecido de su diccionario. Que no os engañen, El laberinto del Fauno es un largometraje sobre la inmediata posguerra con pinceladas fantásticas, y no al revés. Es cierto que quizás sea su cinta más lograda desde un punto de vista artístico (planificación, fotografía, música, logros técnicos, diseño de producción…), que su narrativa, sin las imposiciones de los estudios, haya alcanzado una sutil dirección (el guión está muy bien administrado). Pero valerse de la crueldad explícita para revelar el auténtico trasfondo de los cuentos de hadas, perderse y no definirse entre la reinvención y la repetición (Ofelia es un trasunto de Alicia y Dorothy con zapatos de charol negros, hay puertas secretas fabricadas con tiza como en Bitelchús, laberintos como en el desenlace de El resplandor, nanas como en La semilla del diablo, etc, etc…), y dar una visión sesgada, doctrinaria y estereotipada de la historia (para luchas entre fascistas y maquis mejor ver Silencio roto, y para maquis y fantasía, El espíritu de la colmena), no ayudan a proteger su descompensada y lúgubre belleza, su falta de emoción. El creador de Blade 2 disfraza su pesadilla (en un mundo insoportable por su violenta realidad ni siquiera es posible recluirse en realidades paralelas) con elementos llegados directamente del video-club, y eso en mi pueblo significa ser poco original, o un copión.
La Maga
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