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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
6
Drama A principios de los años 60, Ignacio y Enrique, conocen el amor, el cine y el miedo en un colegio religioso. El Padre Manolo (Giménez Cacho), director del centro y profesor de literatura, es testigo y parte de esos descubrimientos. Los tres vuelven a verse a principios de los 80, y ese reencuentro marcará sus vidas. Ignacio, que ahora se llama Ángel (García Bernal), es un travestido que aspira a ser actor. Por su parte, Enrique (Fele ... [+]
21 de mayo de 2007
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diez años llevaba Pedro Almodóvar gestando su 15ª película, un proyecto que deambula entre lo autobiográfico y lo netamente personal, pero que supone un ligero tropiezo en su etapa de madurez. Su premisa es polémica: la nefasta influencia ejercida por las escuelas católicas durante el franquismo. Su desarrollo, sugestivo e interesante: el ulterior trauma durante la Movida de los 80. Su desenlace: cine autocomplaciente. Eso sí, la pasión y el deseo como protagonistas absolutos de una historia abordada de manera obsesiva, que no cerebral, en la que los personajes se lanzan a un estanque lleno de cocodrilos para abrazarlos y morir en silencio.
Gracias a la profundidad de su trama, de indudable calidad - un tríptico rotativo de personajes, escenarios temporales, y dimensiones narrativas cambiantes -, el director manchego hace gala de sus dos mayores virtudes en la actualidad: su genialidad en el aspecto formal, de absoluto dominio y arrolladora personalidad, y en la elaboración del guión. Sin embargo, la segunda parte de La mala educación pierde objetividad en aras de los excesos de su autor, con el consiguiente y perjudicial resultado de un conjunto no tan homogéneo, en el que algunos pasajes parecen incluidos más por la necesidad del director que de la película, y en el que la verosimilitud y la sensibilidad logradas derivan hacia un melodrama inesperadamente convencional (y revisionista del género negro), que diluye casi por entero el excepcional trabajo de sus actores, y representa el lado más pueril, relativo, visceral y terapéutico de Almodóvar. Aun así, se agradecen momentos de belleza insuperable en los que no carnavaliza temas proclives a ello (abusos, religión, prostitución, travestismo, drogadicción...), y rinde explícito homenaje cinéfilo (Perdición, de Billy Wilder; La bestia humana, de Renoir y Therese Raquin, de Marcel Carné).
Existen, pues, altibajos, parches, y una poética mal engarzada, literaria, forzada, parca en su transmisión emotiva, espesa en su desarrollo, y enmarañada en la descripción de personajes que hacen que el espectador se desconecte poco a poco de su oscurantista trama. Además, roles semiplanos, personajes inconclusos, historias inacabadas que se pierden en medio de detalles ornamentales, y una gama cromática profusa en colores y simbolismos.
A pesar de todo esto, será con toda seguridad una de las mejores cintas de cine español en los próximos meses. Una historia de amor imposible, desgarradora singularidad y profusión sexual contenida, un submundo de bajas pasiones, de decepcionante complejidad, un culebrón de vidas desquiciadas cargado de irrealidad absorbente, una reflexión sobre los mecanismos de ficción, un cuento moral donde lo inesperado construye la realidad entre las víctimas y el verdugo, una historia de seres imperfectos que encuentran su oportunidad para saldar deudas, un manifiesto gay, una cinta muy ideológica, provocativa, una tentativa de lo más noir.
La Maga
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