Haz click aquí para copiar la URL
España España · Salamanca
Voto de La Maga:
6
Acción. Thriller. Drama. Bélico Bob Lee Swagger (Mark Whalberg) es un ex-tirador de élite del ejército de los Estados Unidos que abandona las fuerzas armadas después del fracaso de una misión extraoficial. Cuando le piden que se reincorpore, regresa al servicio a regañadientes, pero vuelven a engañarlo. A pesar de llevar dos balas en el cuerpo y de ser el objetivo de una caza a nivel nacional, Swagger planea su venganza... (FILMAFFINITY)
15 de abril de 2007
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El patriotismo americano, actualmente fuera de toda explicación racional para muchos de nosotros, es un cóctel explosivo de fetichismo y rituales en torno a un himno y una bandera. Con la religiosidad como complemento, en un país donde existen más banderas que ciudadanos, y los dos tercios de la población se declaran muy patrióticos, es comprensible que la figura del héroe haya pasado en el cine de John Wayne a John Rambo. Antoine Fuqua, un especialista en el retrato de junglas – la intensa Día de entrenamiento (2001) sigue siendo el cénit de su carrera -, abandona la urbana L.A. para adentrarse en el interior del que podría ser el nuevo patriota del género de acción.
Apoyado en la primera parte (Point of impact) de una trilogía escrita por el Pulitzer y crítico de cine Stephen Hunter, El tirador soporta el pulso de su mirilla sólo en su primer tercio por culpa de una decrépita fórmula (militar retirado en busca de venganza), una cargante trama de conspiración política, y una estética y una dirección demasiado ligadas a la serie 24. Fuqua mantiene la tensión desde un punto de vista técnico, pero no logra que admiremos a su héroe como sería necesario. Un experto en armas, y Michael Peña, paradigma del ciudadano que, alejado del partidismo, prefiere cuestionarse todos los puntos de vista antes que aceptar sin rechistar cualquier información procedente del poder, tratan de suplir las carencias dramáticas de este blockbuster.
Bob Lee Swagger ya no es el antiguo boina verde, especie de pitecántropo rousseaniano, que se enfrentaba a un sheriff de limitados alcances. Atrás quedaron las reaccionarias y belicosas apologías del invencible combatiente. Mantiene, eso sí, esa aspiración a la calma y la soledad, la naturaleza como morada que le infunde fuerza para resistir a la civilización corruptora de las instituciones. El febril patriotismo ha dejado paso a un cínico pseudo-anarquismo que le permite soportar la realidad del duelo, compensada mediante la afirmación de una esperanza que sólo tendrá cura en un reconocimiento tardío. Swagger, como los protagonistas de El cazador, Nacido el 4 de julio o Forrest Gump, representa la guerra interna americana, el resultado de su ideología bienpensante, el comentario desolado y conciliador sobre el lamentable estado de cosas que retrata a USA como fuente de cobardía, ignorancia, ciega celebración, y heroísmo invencible, insaciable. Como siempre, la falsa esperanza de un nuevo día, o dicho de otro modo, la pérdida de identidad patriótica.
La Maga
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow