Haz click aquí para copiar la URL
España España · Salamanca
Voto de La Maga:
8
Animación. Aventuras. Comedia. Infantil El pececillo Nemo, que es hijo único, es muy querido y protegido por su padre. Después de ser capturado en un arrecife australiano va a parar a la pecera de la oficina de un dentista de Sidney. Su tímido padre emprenderá una peligrosa aventura para rescatarlo. Pero Nemo y sus nuevos amigos tienen también un astuto plan para escapar de la pecera y volver al mar. (FILMAFFINITY)
12 de mayo de 2007
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un padre dispuesto a convertirse en el orgullo de su hijo aprenderá nuevas formas de educar.
Mucho ha cambiado el panorama en el cine de dibujos animados durante la última década: el conservadurismo de Walt Disney Pictures comienza a irritar, Dream-Works y Fox se atreven a discutirle parte del pastel, y la industria japonesa poco a poco va desembarcando en occidente (en nuestro país gracias a la sección Animat del Festival de Sitges y a sus cientos de seguidores).
Todos los que, siendo niños, pudimos disfrutar con Bambi, Dumbo, Pinocho y compañía, ansiábamos una metamorfosis disneyana en la transmisión de sus repetitivos valores. Los hijos del presente y del mañana no se van a enfrentar a un mundo tan idílico, ñoño y sensiblero, por lo que los nostálgicos aficionados abrigábamos un hálito de esperanza que nos ha llegado con Pixar Animation Studios, factoría bajo la tutela de Disney cuyo contrato expira en 2005, y que es responsable de valerosos y educadores juguetes para todas las edades: Toy Story, Bichos, Monstruos S.A.... Buscando a Nemo es su última creación, y supone una victoria sobre aquellas representaciones humanas incapaces de conmover.
Mensajes contemporáneos
Un pez payaso carente de gracia llamado Marlin, torturado por una fatalidad del pasado en la que murió su esposa, ha perdido a su hijo Nemo, que iba a su primer día de colegio. La sobreprotección desmedida e injustificada conduce a la rebeldía. Dory, un pez amnésico, optimista y vital (Anabel Alonso borda su doblaje), le acompañará hasta Sydney en su busca. Una amistad contemporánea sustentada sobre la tolerancia de roles y comportamientos diferentes (un gran conflicto, la clave de esta exitosa aventura). Las paradas se suceden a lo largo de las diversas tonalidades del azul del mar: una asociación de Devoradores Anónimos que trata de ver a los peces simplemente como amigos, criaturas del abismo del océano, cortesía de los peces luna, ballet de medusas, tortugas surferas... Iniciación a la vida y un intento por enfrentarse a los miedos ante lo desconocido, fobias y manías que a todos nos conforman, que a todos llegan.
Todo funciona a la perfección, como el buen cine americano que aúna la forma y el contenido más convincentes, los gags (el mío-mío de las gaviotas, la irrupción de la sobrina en la consulta de su tío arropada por los acordes herrmannianos de Psicosis...), los personajes, la música, la luz, el color... Y es que se nota que este grupo de profesionales, fanáticos del cine más clásico, y seguidores de cualquier rareza, trabaja con gusto, libertad creativa, y mucha mala leche.
En definitiva, espíritu de aventura fordiana y spielbergiana dirigida con sarcasmo, emotividad e imaginación minimalista y frenética. Y a la espera de Los increíbles y Cars, el mayor éxito de Disney (con el permiso de Pixar), menos gamberra que otros juguetes, pero igualmente recomendable para cualquier devorador fetichista, o sea, ¡para todos!
La Maga
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow