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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
8
Comedia. Drama Dos relatos independientes ambientados en un instituto y una universidad. Los personajes, llenos a la vez de esperanzas y temores, se plantean problemas respecto al sexo, la raza, la fama y la manipulación. (FILMAFFINITY)
9 de mayo de 2007
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El autor de Happiness, una de las cintas más imprescindibles de los últimos tiempos, regresa con personajes manipuladores y manipulados.
Storytelling viene precedida por su censura y sus problemas de exhibición en USA, y supone la versión ingrata, cruel y despiadada de la dulce y académica American Beauty (desternillante parodia la de la bolsa de plástico siendo azotada por el viento). La película está dividida en dos historias bien diferenciadas por los rótulos Ficción y No ficción (una tercera historia, interpretada por el creciente James Van Der Beck, alias Dawson crece, fue eliminada por su alto voltaje homosexual).
La utilización de este recurso es el primer puñetazo que Solondz dirige contra el espectador: con la ficción retrata una supuesta historia acerca de la que todos estamos cansados de saber, o tal vez embotados debido a tanta repetición; con la no ficción el director trata de derribar las telarañas de nuestro emponzoñamiento mental. Esto no quiere decir que la primera no requiera atención, sino todo lo contrario.
La inteligencia de esta propuesta radica precisamente en buscar los hilos conductores que llevan de la primera a la segunda, y los elementos reflexivos que ambas comparten. Vi (espléndida Selma Blair, Crueles intenciones) acaba de romper con su novio, afectado de parálisis cerebral. Para redimirse, qué mejor que follarse al señor Scott, ganador del Pulitzer. Toby es un fracasado que quiere rodar un documental sobre la adolescencia. Scooby es su protagonista, un chaval desquiciado por su familia (genial John Goodman) y embargado por su narcisismo, que sólo tiene un sueño: ser presentador de un programa de entrevistas. La frontera que separa la esperanza de la estupidez es muy fina, como bien recuerda el pedante, abotargado e insensible hijo menor de la familia. Cierto en toda regla.
A través de ingredientes tan in cómodos como la humillación, la discapacidad, la degradación sexual o el linchamiento familiar, ya sea en clave de comedia social y realista, o comedia negra y satírica, hay que agradecer este ataque contra la clase media norteamericana convencida de que los hijos a punto de ingresar en la universidad sufren mayor estrés que los jóvenes bosnios que viven bajo las bombas, y la intención del director de contar la verdad alejándose de los tópicos establecidos, en busca de una respuesta emocional acorde con lo que se nos cuenta.
La Maga
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