Desde los comienzos de la misma, esta nueva y muy libre adaptación de la novela de H.G. Wells, 'La guerra de los mundos', nos mete enseguida en la historia que va a contarnos y nos asombra visualmente, por la capacidad de su director, Steven Spielberg para fascinar al espectador mediante la imagen.

Durante esta primera parte el ritmo es vertiginoso, aunque también sabe detenerse en la historia de la familia protagonista, un hombre divorciado que se (mal)ocupa momentaneamente de sus dos hijos, una niña y un adolescente. Con ellos comienza esta historia y con ellos contemplaremos la devastadora visita extraterrestre a la Tierra, que no es sino una clara metáfora del terrorismo fundamentalista que sacude a las naciones civilizadas en estos primeros años del nuevo milenio.

Es, en general, una cinta estupenda, con un ritmo narrativo y una tensión en muchas secuencias muy logrados. Spielberg la ha filmado excelentemente, acompañado de su habitual y brillante equipo de realización, con Janusz Kaminski en la fotografía y Michael Khan en el muy destacado montaje.

Desgraciadamente, la película no es lo redonda que podría haber sido por culpa de un desenlace precipitado y un forzadísimo "happy end", en la línea del peor Spielberg, pues hasta los genios tienen sus debilidades, y la sensiblería es algo que no siempre sabe esquivar el director norteamericano.

En el apartado interpretativo nos encontramos con una tan sólo correcto Tom Cruise, en su línea de los últimos años, con una sorprendente aparición de Tim Robbins, en una de las escenas clave, la del sótano, donde sin tener la necesidad de recurrir constantemente a la acción pura y dura, nos brinda una secuencia de auténtica tensión muy meritoria. Pero quien se lleva la palma de las actuaciones es la impresionante actriz que es la niña Dakota Fanning, que si sigue por ese camino puede llegar a ser grande, y que ya ha demostrado su talento en 'El escondite', 'Yo soy Sam' o 'El fuego de la venganza'.

Ante todo se agradece que no sea un videoclip donde todo sea ruido y no se vea nada; no es de Michael Bay, Roland Emmerich ni ningún director mediocre a quien le dan un presupuesto desmedido para hacer una película de efectos, y después hacen cosas como 'Godzilla', 'Independence day', 'Volcano' y demás basura cinematográfica. Además, esta nueva revisión de 'La guerra de los mundos' supera con mucho la mojigatería, ridiculez, ingenuidad y beatería de la anterior versión de los años 50 y supone un entretenidísimo espectáculo cinematográfico.