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España España · Zaragoza
Voto de Amor Perro:
7
Drama Amy tiene 11 años y se queda alucinada con un grupo de baile de chicas. Para unirse a ellas, empieza a explorar su feminidad, desafiando las tradiciones de su familia musulmana.
15 de septiembre de 2020
19 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá los tontos del culo neomoralistas, neopuritanos y neocensores que afirman que esta película sexualiza a las niñas -por bailar ligeras de ropa y con movimientos "sessis", por imitar a los mayores, como siempre hacen los niños...- (y esa es otra, la mirada sucia, que decía aquel personaje televisivo de Resines) y que han alimentado -para regocijo y beneficio de Netflix- una absurda (otra más...) polémica, preferirían una sociedad donde las mujeres fueran recatadas y sumisas ante los hombres, sometidas a ellos como seres inferiores y obedientes... Esto, a estas alturas, y dado el nivel de estupidez buenista que padecemos desde hace un tiempo (a lo que no es ajena la silenciosa invasión...) no me sorprendería nada. Por la empanada mental de cierto sector de la población, que va de guay y se cree "progresista" al tiempo que se muestra benévola y hasta promueve la visibilización e influencia social de las sociedades y "culturas" más liberticidas del mundo.

Y por otra parte, la absurdez de la polémica también reside en que la película no pretende en absoluto decir que el comportamiento de las niñatas bailongas (que son agresivas y maleducadas) a las que la protagonista observa con progresiva fascinación, sea ejemplar, precisamente... sino que apela a la libertad y al entendimiento de los comportamientos propios de cierta etapa vital, aunque no sean, evidentemente, común a todos. En todo caso, lo que sí parece querer decir es que siempre será mejor eso que la represión e imposición de costumbres atávicas que sólo provocan la infelicidad y la frustración personal.

Y sin querer emular a cierta campaña autobusera de hace unos años, polémica pese a la obviedad de su eslogan (aunque las intenciones de la organización que la promovió eran dudosas, y no están esos muy lejos de los musulmanes, por su común ultraconservadurismo), habría que decirles a ciertos atontados que resulta que los niños, como seres humanos que son... son seres sexuales, ya que tienen órganos sexuales, sí, qué cosas.. Y cada vez interesados antes en estos asuntos. Y no pasa nada. Si así es la evolución de esta cuestión a nivel de desarrollo y conocimiento humano, pues es lo que hay.

La película de Maïmouna Doucouré, unA directorA de origen africano y que por tanto sabe bien de lo que habla, está muy bien; tiene estilo y, aunque no cargue las tintas ni se centre en el asunto, se atreve a poner en evidencia la retrógrada mentalidad islámica, cosa que pocas hacen ya en estos tiempos... puesto que ya se sabe que ser islamófobo (no hay otra postura posible si se es demócrata, abierto de mente, civilizado, NORMAL...) es ser un fascista intolerante. Curioso que oponerse al islamofascismo y no querer eso para nuestra adormecida Europa sea considerado así. Curioso, ciertamente.
Amor Perro
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